Saint Germain

Misterios develados


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      Misterios develados

Editorial

      Misterios develados (2021) Saint Germain

      D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2021

      Batalla de Casa Blanca, Manzana 147-A, Lote 1621

      Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección

      C. P. 09310, México D. F.

      Tel. 5581 3202

      www.lectorum.com.mx

      [email protected]

      Primera edición: agosto 2021

      ISBN: En trámite

      D. R. © Portada: Angélica Carmona Bistráin

      D. R. © Imagen de portada: Shutterstock®

      Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.

      Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

      Introducción del autor

      Las experiencias que yo he vivido, y que son relatadas en esta serie de libros, se deben a la asistencia del Maestro Saint Germain. Es también por su mandato, y su benevolencia, que son mostrados al público. Nadie puede imaginar mi amor y gratitud a Él y a los otros Maestros que me asistieron.

      Con excepción de Saint Germain, y por su petición, se han ocultado los nombres de los otros Maestros Ascendidos y de las exactas localidades; ya que, únicamente por un servicio de Amor y por orden directa de los Maestros, uno puede obtener la amable invitaciones de estar con ellos en forma visible, tangible y de sus cuerpos vivientes. Cualquier otro intento de acercarse será inútil, pues la Presencia y el Poder que los han custodiado a través de las centurias los custodia aún.

      Sólo la pureza interior del individuo es el boleto que da la entrada a esta asociación con los Maestros Ascendidos. Cuando una persona, por esfuerzo consciente, llega a corregir aquellas debilidades que le aquejan, no hay nada en el Universo que pueda impedírselo.

      En los Estados Unidos hay uno de los grupo más antiguos de la Gran Hermandad Blanca, que ha trabajado por el bienestar del hombre desde su primera aparición en la Tierra. Algunas de las actividades de este retiro son descritas y reveladas para que lector, cuando esté preparado, pueda hacer contacto consciente, por su propia Luz y por aquella Luz mayor que irradia de este Poderoso Centro, con el fin de que él, algún día, pueda beber de la Fuente de la antigua sabiduría; y así llevar la copa de amor, paz y fuerza de a sus hermanos.

      El propósito de que estas palabras lleguen a las manos de aquél que lo desee, es para comunicar el valor y la fuerza que ha de sostenerlo y apoyarlo a través de este periodo de transición en el que estamos; y también revelar algo de la sólida base sobre la cual se construye el futuro de la Era Entrante.

      Éste escrito se ha hecho a la sombra del majestuoso monte Shasta, cuyo ápice está por siempre envuelto en el radiante y puro símbolo blanco de la Luz de la Eternidad. En estas páginas describo la forma en cómo llegué a establecer contacto con el amado maestro Saint Germain y los otros grandes Maestros Ascendidos, que trabajan sin fin para ayudar a la humanidad de la Tierra en su lucha por la Paz, Amor y Eterna Perfección.

      Yo, que durante estas experiencias mantenía un deseo ferviente de ver, oir y conocer la infalible Verdad de la Vida, fui llevado, paso a paso, a realizar y aceptar la Magna Presencia que todos llevamos dentro de nuestro propio ser; es La Luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo, o sea El Cristo. La manera de hacer contacto con esta Luz, con su Omnisciente Omnipresencia y su actividad inequívoca, me fue regalada por los Maestros, y yo la haré llegar a los demás seres de la Tierra.

      Uno por uno, mis grandes deseos se han cumplido; mi búsqueda de la Verdad y Felicidad fue larga y firme, pero las he encontrado y ningún hombre me las puede quitar: son eternas y vienen de mi propio Ser Divino, Dios. Al transcribir esta experiencia, lo hago con una profunda oración para que lector sea bendecido por y con la Luz y que sea próspero en su sendero de la Verdad, que es el único camino en el que se puede encontrar la felicidad permanente. Allí, y solamente allí, podrá encontrar paz que tanto anhelamos, y el Servicio de Amor. Si mi presente esfuerzo, de hacer llegar las palabras ascendidas al mundo, puede lograr que lleven un poco de Amor, de la Luz y de la Dicha que yo he recibido, me sentiré plena y ampliamente premiado.

      Aquel dicho, de que la verdad es más extraño que la ficción, es aplicable en este libro. Es derecho del lector aceptarlo o no, pero los Maestros Ascendidos me han dicho: “Tanto más pueda la humanidad aceptar que realmente existimos, tanto más se abrirá la puerta de nuestra presencia para poder derramarles más y más de nuestra asistencia. Pero el que se nos se acepte o se nos rechace personalmente, no nos elimina de la existencia del Universo”.

      Aquellos que aceptan la Verdad, aquí descrita y transcrita, encontrarán una nueva y poderosa fuerza iluminando sus vidas. Cada palabra lleva a esta Magna Presencia, Su Radiación y Su Poder Sostenedor. Todo el que estudie estas páginas con honesta y profunda persistencia, conocerá y sentirá la realidad de esa Presencia y Poder. Para aquéllos que lean esta obra, les aseguro que estas experiencias son reales, como es la existencia del hombre. Todo ocurrió en los meses de agosto, septiembre y octubre del año 1930, en el monte Shasta, California, Estados Unidos.

      Capítulo I

       Encuentro con el maestro

      Monte Shasta destacaba majestuoso contra el cielo del Oeste, rodeado por una plantación de pinos y abetos que lo hacían parecer una joya de una blancura de brillo diamantino, prendida en un afiligranado engarce verdoso. Sus picos cubiertos de nieve relucían y cambiaban de color momento a momento, según se alargaban las sombras en el descenso del sol hacia el horizonte.

      Decía un rumor que había un grupo de hombres, hombres divinos, llamado la Hermandad del Monte Shasta, que eran una rama de La Gran Logia Blanca, y que este Foco había existido sin interrupción desde muy remotos tiempos hasta el día presente.

      Yo había sido enviado por asuntos gubernamentales a una pequeña ciudad situada al pie de la montaña, y mientras ocurría esto, ocupaba mi tiempo libre intentando desenmarañar este rumor, concerniente a La Hermandad.

      Yo sabía, a través de mis viajes en el Lejano Oriente, que muchos rumores, mitos y leyendas, tienen por origen una profunda verdad subyacente, que usualmente permanece desapercibida para todos, excepto para aquellos que son verdaderos estudiantes de la vida.

      Me enamoré del Monte Shasta, e involuntariamente, casi cada mañana, saludaba al Espíritu de la Montaña y a los Miembros de la Orden. Yo sentí algo muy inusual en la entera localidad, y a la luz de las experiencias que siguieron, no me sorprendo de que algunas de ellas proyectaran su sombra por adelantado.

      Llegó a ser mi hábito recorrer largos senderos, siempre que deseaba estar a solas, o tomar decisiones de seria importancia. Aquí, en este Gigante de la Naturaleza, encontraba distracción, inspiración y paz, que calmaban mi alma y fortalecían mi mente y cuerpo.

      Había planeado una de esas caminatas, por placer, según pensé, para pasar algún tiempo adentrado en el corazón de la montaña, cuando entró en mi vida la siguiente experiencia, para cambiarla tan completamente, que casi creí estar en otro planeta, si no fuera porque tuve que volver a la rutina usual, en la que estuve comprometido durante meses.

      La mañana en cuestión, salí al amanecer, decidiendo caminar al azar, y de un modo muy vago pedí a Dios que dirigiera mi camino. Hacia el mediodía había trepado bastante arriba por la ladera de la montaña, donde la vista hacia el Sur era bella como un sueño.

      Según avanzaba el día, hacía cada vez más calor, y paraba frecuentemente para descansar, y para gozar de la amplia y notable extensión de la campiña alrededor del río, valle y ciudad de McCloud. Llegó la hora de comer, y busqué el agua fresca