John-Mark L. Miravalle

Defensa de la belleza


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      JOHN-MARK L. MIRAVALLE

      DEFENSA DE LA BELLEZA

      Qué es y por qué importa

      EDICIONES RIALP, S. A.

      MADRID

      Título original: Beauty. What It Is & Why It Matters.

      © 2019 by SOPHIA INSTITUTE PRESS

      © 2020 de la edición española traducida por AURORA RICE

      by EDICIONES RIALP, S. A.,

      Colombia, 63, 8º A - 28016 Madrid

      (www.rialp.com)

      Preimpresión: produccioneditorial.com

      ISBN (versión impresa): 978-84-321-5248-1

      ISBN (versión digital): 978-84-321-5249-8

      No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

      ÍNDICE

       PORTADA

       PORTADA INTERIOR

       CRÉDITOS

       INTRODUCCIÓN

       PRIMERA PARTE. LA NATURALEZA DE LA BELLEZA

       1. LA BELLEZA, LA VIRTUD Y LAS PASIONES

       2. LA BELLEZA DE LA NATURALEZA

       3. ORDEN Y SORPRESA

       4. VERDAD Y BELLEZA

       5. LAS TENTACIONES QUE NOS ALEJAN DE LO BELLO

       6. LA BELLEZA DE LA FORMA HUMANA

       SEGUNDA PARTE. LA BELLEZA CREADA POR EL HOMBRE

       7. EL ARTE Y LOS ARTISTAS

       8. BELLOS DISEÑOS

       9. BELLAS REPRESENTACIONES

       10. FUNCIONALIDAD Y BELLEZA

       TERCERA PARTE. LA BELLEZA Y LO SOBRENATURAL

       11. LA BELLEZA DIVINA

       12. EL ARTE CRISTIANO

       13. LA BELLEZA DE LA LITURGIA

       14. MARÍA, TOTA PULCHRA

       CONCLUSIÓN. LA BELLEZA Y LA DISCIPLINA DEL GOZO

       EPÍLOGO. La ética del humor

       AGRADECIMIENTOS

       AUTOR

      INTRODUCCIÓN

      A NADIE REPUGNA LA BELLEZA. La belleza es, por definición, cautivadora, atrayente, deliciosa.

      Pero es frecuente sentir rechazo cuando alguien habla de ella. La belleza, y la experiencia de la belleza, son tan exquisitas y personales que al hablar de ellas parece que las mancillamos.

      Peor aún, aquellos que hablan con entusiasmo de la belleza suelen discutir (con mucha pasión pero a veces con poca claridad) de diferencias teóricas que parece que no importan demasiado para la vida diaria. ¿Es mejor la poesía con ritmo pero sin rima, como insiste Milton? ¿La belleza cuenta técnicamente como algo trascendente para santo Tomás? ¿El realismo en el arte y la literatura es una corrupción?

      Y los que escuchan, piensan: «¿Qué más da?».

      Además, la gente a veces cree que no es posible entender nada acerca de la belleza salvo que se trate de alguien con una gran cultura o con un gran conocimiento de historia del arte, literatura, arquitectura y demás. Como la mayoría no encajamos en esa descripción, muchos llegamos a la conclusión de que es mejor conformarse con ser buenas personas, creyentes fieles, y dejar las discusiones sobre la belleza a los que se dedican a esas cosas.

      Todo eso es comprensible, pero erróneo. La belleza no es sólo para los cultos o los soñadores, o los cursis. Es para todos.

      La belleza, como la felicidad, el amor y el entendimiento, es para lo que fue creado el ser humano. La experiencia de la belleza es en sí misma una mezcla de amor, felicidad y entendimiento. En cualquier caso, la tendencia hacia la belleza es intrínseca a nuestra naturaleza. Alcanzar la belleza forma parte de nuestro propósito. Y como es responsabilidad de todos cumplir ese propósito, la belleza es responsabilidad moral de todos.

      Dicho esto, habrá que explicar lo que significa en un lenguaje claro y práctico. Y para eso está pensado este libro: para ofrecer una introducción general a la belleza, centrándonos a cada paso en las aplicaciones morales prácticas.

      Al hablar de la belleza en términos precisos y concretos, ¿no acabaremos dañándola? Analizar la belleza, distinguiendo sus aspectos, puede parecer como si usáramos una tijera para recortar una foto de un rostro hermoso, separando los rasgos; o como si despedazáramos una novela o una gran película, para analizarla hasta la extenuación. Eso suele estropearlo todo, ¿no?

      Eso no lo vamos a hacer. Entender los aspectos de la belleza no significa tomar un objeto hermoso y romperlo en pedazos. Es más bien como averiguar los ingredientes que componen un plato predilecto; no es un sustitutivo de la comida, sino que nos capacita para apreciarla y entender por qué está tan sabrosa; y para aprender a prepararla nosotros también. De la misma forma, una clara comprensión de la belleza no es un sustitutivo de la apreciación estética, pero puede realzar nuestra apreciación, y proporcionarnos las herramientas que necesitamos para promocionar la belleza en nuestra vida y en la de los demás.

      He organizado lo que sigue