Felipe Casado

Mecanizado CNC 4.0


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      Imágenes de CMZ.

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      Imagen de LNS.

      Por si pensabas que los tornos modernos no son suficientemente autónomos, también puedes acoplar un avanzabarras automático que, conectado al torno, permite la alimentación del material que se vaya a mecanizar.

      Una vez lo recargas con las barras a diferentes medidas, en función del modelo, se integra con el torno y le proporciona un suministro continuo de material.

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      Imagen de Haas Automation Inc.

      El fabricante Haas Automation ofrece su propio cargador automático de piezas para sus tornos.

      Se integra directamente sobre el control del torno; de esta forma, podemos conseguir una alta producción cuando mecanizamos grandes series de piezas.

      Y, por supuesto, también podemos situar un brazo robotizado al lado del torno o la fresadora para realizar el cambio de pieza. Este sistema tiene un precio elevado y, por el momento, solo lo emplean fábricas donde se realizan grandes lotes de piezas iguales.

      Existen en el mercado gran variedad de tornos en virtud del trabajo que se realice, ya que no se utiliza el mismo tipo de máquina para piezas pequeñas y en grandes cantidades que para fabricar piezas de grandes dimensiones.

      Los tornos de bancada horizontal son los más habituales con los que te encontrarás en cualquier taller. Permiten un amplio abanico de posibilidades en cuanto a trabajos para realizar y poseen una gran estabilidad; son fiables y potentes y ofrecen una alta productividad. Este tipo de tornos nos permiten el uso de contrapuntos y lunetas, lo que garantiza unos mecanizados precisos y un gran arranque de viruta.

      Los tornos verticales son perfectos para el mecanizado de piezas de gran tamaño y pesadas. Por lo tanto, suelen ser máquinas voluminosas y potentes, que no aportan grandes velocidades de corte, pero, gracias a las nuevas tecnologías, cada vez pueden hacer más funciones.

      Los centros de torneado presentan capacidades multifunción, además de varios ejes añadidos.

      En la torreta de las herramientas, se pueden incluir herramientas motorizadas, gracias a las cuales podremos hacer trabajos de fresado, taladrado y roscado en distintas caras de la pieza.

      También pueden incluir un subhusillo o husillo secundario, el cual se posiciona en la zona donde habitualmente se encuentra el contrapunto y, gracias al cual, podremos cambiar la pieza de un husillo a otro de forma automática, lo que permite el mecanizado de todas las caras de la pieza y la realización de un trabajo completo, sin necesidad de girar la pieza de forma manual.

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      Imagen de CMZ.

      También tenemos los tornos multihusillo, que suelen ser máquinas de dimensiones reducidas, pero que permiten altas velocidades de trabajo y resultan ideales para grandes series.

      Como te iba diciendo, hoy día, las máquinas son cada vez más versátiles y pueden hacer trabajos que parecen imposibles. Para que esto sea posible, dependemos de los ejes que tenga nuestra máquina.

      ¿Qué es eso de los ejes? Los ejes de una máquina son los mecanismos que tiene, para hacer que las partes internas de la máquina se puedan mover en una dirección u otra.

      El movimiento de derecha a izquierda corresponde a un eje; el movimiento de adelante y atrás corresponde a otro, y así sucesivamente.

      Pues bien, a medida que incluyamos ejes en la máquina, iremos haciendo movimientos más complejos y llegaremos a sitios más difíciles.

      Para empezar por lo más básico, vete recordando los tres ejes principales: eje X, eje Y y eje Z.

      Solemos distinguir, en las máquinas de fresado, dos tipos: principalmente, las fresadoras y los centros de mecanizado.

      Para que te hagas una idea general, llamamos centro de mecanizado a una fresadora de pequeñas dimensiones, que normalmente suele ser la que cuenta con unos recorridos en sus ejes de hasta dos metros en el eje X, o sea, en la mesa de trabajo.

      Son máquinas que siempre están carenadas y muestran grandes velocidades de corte, desplazamientos y husillos, que pueden llegar a altas revoluciones.

      Y llamaremos fresadora a aquella máquina cuya mesa mida más de dos metros de longitud.

      Estas fresadoras, por lo general, son algo más lentas que los centros de mecanizado, ya que sirven para trabajar con piezas más grandes y pesadas y tienen un cabezal para trabajar que aporta menos revoluciones que el husillo de un centro de mecanizado, pero ofrecen mucha más potencia de arranque de viruta.

      Como siempre te digo, esta es una definición general. Los fabricantes cada día nos sorprenden con nuevos conceptos de máquinas y, a veces, resulta difícil definir con precisión si estamos ante un centro de mecanizado grande o una fresadora pequeña, un torno fresadora o una fresadora con módulo de torneado…

      Un centro de mecanizado vertical básico cuenta con los tres ejes principales para realizar los trabajos anteriormente nombrados.

      A medida que se le incorporan más ejes, podemos trabajar con un plato divisor, el cual nos permitirá el mecanizado por cuatro caras distintas de una sola atada, o puede incorporar una mesa con giro, una bancada oscilante o un cabezal multiposición, gracias al cual conseguimos hasta cinco ejes en movimiento continuo para fabricar álabes de turbina, entre otros muchísimos trabajos.

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      MULTIPROCESS+.

      Esta máquina del fabricante Ibarmia es capaz de fresar en cinco ejes, tornear y rectificar.

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      Nos encontramos en el inicio, donde cada día será más habitual ver fresadoras de última generación que incorporen cabezales especiales para poder imprimir metales en tres dimensiones.

      Podremos imprimir la pieza y, sin moverla de la máquina, hacer el mecanizado necesario para conseguir los ajustes y tolerancias precisos.

      Estas imágenes pertenecen a Ibarmia, fabricante español de centros de mecanizado de alta tecnología.

      LMD son las siglas de Laser Metal Deposition.

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      Si todavía no estás impresionado, aquí tienes unas máquinas realmente sorprendentes del fabricante Soraluce. Son capaces de fresar, tornear, mandrinar, taladrar y roscar en una sola atada.

      Disponen, igualmente, de cambios automáticos de cabezales e incluso de máquinas dúplex. Es como trabajar con dos máquinas a la vez sobre la misma pieza.

      Presentan, asimismo, una tecnología, unos diseños y una estética espectacular. Esto sí que es industria 4.0.

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