Diego Cuéllar

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      CHAMp

      Competences and Human Approach

      Management Program

      Habilidades personales para competir, también en la era digital

      DIEGO CUÉLLAR

      Categoría: Directivos y líderes | Colección: Liderazgo con valores

      Título original: CHAMP

      Competences and Human Approach Management Program

      Habilidades personales para competir, también en la era digital

      Primera edición: Marzo 2020

      © 2020 Editorial Kolima, Madrid

      www.editorialkolima.com

      Autor: Diego Cuéllar

      Dirección editorial: Marta Prieto Asirón

      Maquetación de cubierta: Sergio Santos Palmero

      Maquetación: Carolina Hernández Alarcón y Lucía Alfonsín Otero

      ISBN: 978-84-18263-02-6

      Depósito legal: M-8737-2020

      Impreso en España

      No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares de propiedad intelectual.

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      Disfruta la vida como te llega y saborea cada minuto como si fuese el último.

      A mi padre,

      más que un jefe, un amigo.

      Introducción

      En septiembre de 1991, recién acabados mis estudios, comencé a trabajar en el departamento de marketing de una multinacional de gran consumo. Johnson&Johnson supuso para mí el comienzo de una carrera en grandes empresas multinacionales que se prolongó durante veintisiete años. Colgate, Gillette, Procter&Gamble, Miele y Svenson han formado parte indisociable de algún momento de mi vida y de ellas me he sentido plenamente satisfecho. Con independencia del éxito obtenido o no (eso lo dejo al relativo juicio de terceras personas) durante todo ese tiempo tuve la fortuna de desarrollar una carrera profesional en posiciones que me fueron procurando cierto prestigio y, sobre todo, me dieron la oportunidad de participar en excelentes programas de formación de muy diversa índole: habilidades y competencias, procesos, toma de decisiones, gestión de proyectos, liderazgo, comunicación, gestión del tiempo, etc. Casi siempre se trataba de formaciones que no estaban orientadas al área funcional en la que se desenvolvía mi trabajo, sino al desarrollo de competencias y habilidades que me permitían trabajar y dirigir a otros profesionales, que me facilitaban el crecimiento como persona y como profesional, y que me abrían nuevos caminos y oportunidades dentro de la compañía.

      Siempre he sentido que la educación es la piedra angular del conocimiento y que las empresas que invierten en capacitar a su gente adquieren una ventaja competitiva sostenible sobre las que no lo hacen. Por mi parte, me procuré un hueco en las mejores escuelas de negocios (Madrid Business School, IMD e IESE) donde, a través de cientos de casos, trabajé habilidades directivas y de gestión que completaron mi perfil para rendir al máximo en los puestos que ocupé.

      La vida, caprichosa, me puso delante una circunstancia familiar que me obligó a adoptar decisiones difíciles. Tomar el control de tu vida es uno de los grandes aprendizajes y quizás de los retos más complejos de gestionar. Como consecuencia de ese nuevo camino, fui pionero en la creación de una escuela inclusiva y he participado, liderado y creado tres proyectos de startups, que me han dado una perspectiva diferente y me han obligado a desarrollar talentos y competencias complementarias a las que ya incorporaba. Los tiempos y las necesidades de gestión en la toma de decisiones son muy distintos cuando te juegas algo más que un tirón de orejas de tu jefe.

      Toda esta experiencia me ha enseñado que lo más importante en la vida profesional y personal es contar con la inteligencia necesaria para establecer relaciones con otras personas, comunicarte con ellas, participar en equipos de trabajo diversos como miembro o como líder, y para gestionar el esfuerzo con un consumo eficaz de tiempo y energía. Estas habilidades establecen la frontera entre el trabajador excelente y el resto, muy por encima de las competencias técnicas.

      He recopilado, en la bibliografía al final del libro, toda la información que he encontrado para elaborar CHAMP. Libros, notas técnicas, apuntes, formaciones y casos que forman parte de mi particular rincón de conocimiento. Lecturas todas ellas que me sirvieron de referencia, no solo en el momento que las adquirí, sino en innumerables ocasiones en las que retomé sus enseñanzas atemporales. No pretendo que esta obra tenga un carácter científico, y tampoco era esa mi intención. He querido contraponer dos mundos que conozco bien, el ejecutivo y el emprendedor, en una novela cuya pretensión es, además de entretener, mostrar un camino y unas claves de comportamiento a los jóvenes que acceden al mercado de trabajo actual. Información sobre las habilidades que siempre marcarán la diferencia a través de ideas que crearon tendencia en otras épocas y que hoy, percibo, son más necesarias que nunca.

      ***

      1. Reencuentro

      Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.

      Séneca

      –Buenos días, Javier. ¡Cómo me alegró recibir tu llamada la semana pasada! ¿Qué tal estás, viejo amigo?

      Miguel y Javier se reunieron en una céntrica cervecería de Madrid. Javier se había adelantado. Llevaba un rato leyendo las noticias en su tableta cuando Miguel cruzó la puerta de cristal. Una corriente de aire frío se coló tras él. Al verle, Javier se incorporó y se fundió en un entrañable abrazo con su compañero y amigo.

      –¡Hola Miguel! ¿Cuánto tiempo hace? ¿Quince años quizás? –dijo apartándose un poco para poder examinarlo mejor–. ¡Qué bien te mantienes; no has cambiado nada en todo este tiempo!

      Miguel cuidaba su forma física, hacía ejercicio con regularidad y dedicaba un corto pero valioso tiempo diario a sí mismo.

      –¡Seguro que no! –respondió jocoso mientras se quitaba la ropa de abrigo–. Yo a ti, en cambio, te veo con menos pelo y un poco más pesado, ¡pero aún te reconozco! –Rieron.

      Javier lucía más descuidado; ni tras la calidad de su traje Hugo Boss y su corbata de seda acertaba a disimularlo. Se apreciaba la presión a la que había estado sometido, a pesar de que tres meses antes había cerrado un jugoso acuerdo económico de salida de su empresa, lo que le proporcionaba la seguridad y la tranquilidad necesarias para afrontar con holgadas garantías su futuro y el de su familia.

      Se conocieron en tiempos de estudiantes, siendo compañeros de clase en el MBA que cursaron en una prestigiosa escuela de negocios de Madrid. Compartieron grandes momentos entre libros, cervezas y alguna que otra inconfesable juerga juvenil. Dos años de duro trabajo que forjaron una sólida amistad, de las de antes. Posteriormente, recién licenciados, firmaron a la vez su primer contrato de trabajo en la misma empresa. Entraron con el mismo pie en el mundo profesional, en una de las grandes escuelas del marketing, que solían presentarse en las más prestigiosas universidades y escuelas de postgrado para reclutar talentos de primer nivel y hacer de ellos directivos competentes dispuestos a desplazarse a cualquier parte del planeta. A comienzos de los años noventa, en plena crisis del petróleo, encontrar una posición con proyección en una empresa multinacional de calado era un lujo que no estaba al alcance de cualquiera. Una oportunidad irrechazable.

      Durante