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Índice
¡Bienvenidos a las islas griegas!
Las islas griegas en 20 palabras
Una mirada sobre las islas griegas
Ático
Islas Sarónicas – Νησιά Σαρωνικός
Espóradas – Σποράδες
Cícladas centrales
Cícladas orientales
Cícladas Menores del Este
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Invitación al viaje
¡Bienvenidos a las islas griegas!
Muy a menudo todavía, el postre es ofrecido por la casa. Algunos cortes de sandía o de pastel, como antes. Como antes de la crisis. A pesar de las dificultades, los griegos siempre han conservado la sonrisa y su sentido de la hospitalidad. Sin embargo, desde 2009 el país atraviesa una grave crisis. Financiera al principio, ha tenido las graves repercusiones económicas, políticas y sociales que conocemos. Sin embargo, su patrimonio se mantuvo tan intacto como inmenso. Porque Grecia es su Partenón, sus antiguas piedras, pero también sus islas —6.000 islas e islotes dispersas por el mar Jónico y el mar Egeo, de las cuales 227 están habitadas—. El viajero tendrá la posibilidad de elegir: playas que se extienden a lo largo de kilómetros o pequeñas y preciosas calas. Guijarros o arena dorada o negra (en las zonas volcánicas). Relax o cultura. Porque estas islas, como el continente, siguen siendo la cuna de algunas de las civilizaciones europeas más antiguas (cicládica, micénica…) repartidas en seis archipiélagos: las Cícladas, por supuesto, pero también el Dodecaneso, las islas Sarónicas, Eubea, las Espóradas o las islas del noreste del mar Egeo. ¿Es una casualidad que el sector turístico haya resistido relativamente bien a la crisis? Uno no se cansa de sus paisajes ni de una cierta mirada a la vida. Las islas griegas son ruinas dispersas, playas, pero también un ritmo de vida marcado por el sol y por la luna, una forma de vivir al día y de preservar las tradiciones ancestrales pase lo que pase. Una relación con el tiempo inigualable, que solo puede prolongar la vida y hacerla más dulce… Grecia es un país efervescente en el que se han conservado las costumbres de los pueblos, a pesar de los tubos de escape y el hormigón, y aún se plantan jazmines o lavanda en los balcones. El lema de los griegos es no precipitarse, por miedo a hacer mal las cosas. Siga, siga. Déjese sorprender por esas extensiones de olivos plateados, de arbustos de flores rosadas y de oscuros cipreses. Estudie la particular forma en que los hombres se sientan en las terrazas y descubrirá que tres sillas son más cómodas que una sola. Salga a disfrutar de la brisa vespertina bajo la pérgola de alguna pequeña taberna con los aromas de orégano y de pescado fresco, y prolongue la velada al son embriagador de un buzouki… Tómese tiempo de vivir y le sorprenderá comprobar que todos tenemos algo de griegos dentro de nosotros. Kalos irthate! ¡Bienvenido! El equipo de redacción
Advertencia
Grecia sigue sufriendo una crisis económica de una magnitud sin precedentes.