SPECTOR: Músico y productor estadounidense.
RALPH MOLINA: Batería de Crazy Horse.
RANDY MEISNER: Músico estadounidense, cantante, guitarrista, bajista y compositor. Miembro fundador de Poco y The Eagles.
RANDY NEWMAN: Compositor, arreglista, cantante y pianista estadounidense.
RICHIE FURAY: Músico, cantante, guitarrista y compositor estadounidense. Miembro fundador de Buffalo Springfield y Poco.
RICKIE LEE JONES: Vocalista, compositora y productora estadounidense.
ROBERT MARCHESE: Gerente del club Troubadour.
ROGER CORMAN: Director de cine.
ROGER MCGUINN: Cantautor y guitarrista estadounidense. Cofundador de The Byrds.
ROMAN POLANSKI: Director de cine, productor, guionista y actor francopolaco de origen judío.
RON STONE: Mánager.
RUSS TITELMAN: Cantautor y productor estadounidense.
RY COODER: Músico de folk-blues y productor estadounidense.
SHARON TATE: Actriz y esposa de Roman Polanski.
SID KAISER: Camello de The Rolling Stones.
«SNEAKY» PETE KLEINOW: Miembro de The Flying Burrito Brothers.
STAN CORNYN: Ejecutivo de Warner Brothers.
STEPHEN STILLS: Guitarrista, cantante y compositor estadounidense. Miembro fundador de Buffalo Springfield y Crosby, Stills, Nash & Young.
STEVE MCQUEEN: Actor.
STEVE ROSS: Empresario estadounidense. Director ejecutivo de Time Warner Inc. y Warner Communications.
SUZI JANE HOKOM: Novia de Lee Hazlewood.
TED MARKLAND: Actor.
TED TEMPLEMAN: Productor discográfico estadounidense.
TERRY MELCHER: Músico y productor estadounidense.
TIM BUCKLEY: Músico estadounidense de rock de vanguardia, con influencias de folk, jazz, psicodelia, funk y soul.
TOM NOLAN: Escritor estadounidense.
TOM RUSH: Cantautor estadounidense de folk y blues.
TOM WAITS: Músico, cantante, compositor y actor estadounidense.
TOM WILKES: Diseñador del póster del Monterey Pop Festival y director artístico de A&M.
VAN DYKE PARKS: Músico, compositor, arreglista y letrista estadounidense.
VAN MORRISON: Cantante, compositor y músico norirlandés.
WADDY WACHTEL: Músico, productor discográfico y compositor estadounidense. Colaborador como músico de sesión de Linda Ronstadt, Stevie Nicks, Keith Richards, The Rolling Stones, James Taylor, Warren Zevon y Jackson Browne, entre otros.
WALLY HEIDER: Ingeniero de grabación estadounidense y propietario de un estudio de grabación.
WARREN BEATTY: Actor.
WARREN ZEVON: Cantautor estadounidense.
WILD MAN FISCHER: Artista callejero y compositor estadounidense.
1. Expecting
to fly El reclamo de los Byrds
y el sueño californiano
Los empresarios se apelotonaban a nuestro alrededor
Venían a escuchar el sonido dorado
NEIL YOUNG
I. Soñadores de lo imposible
Durante décadas, Los Ángeles fue sinónimo de Hollywood: de la gran pantalla y de sus deidades. L.A. quería decir palmeras y el océano Pacífico, directores de cine déspotas y favores sexuales; una fábrica de ilusiones. L.A. era «La Costa», delimitada por centenares de kilómetros de desierto y cordilleras. En aquella época Los Ángeles no era conocido por ser una ciudad musical, a pesar de producir buena parte del mejor jazz y rhythm & blues de las décadas de los cuarenta y de los cincuenta. En 1960 el epicentro de la industria musical seguía siendo Nueva York, para cuyos ciudadanos L.A. era en el mejor de los casos un lugar estrambótico y provinciano.
Entre 1960 y 1965 se produjo un cambio sorprendente; el sonido y la imagen del sur de California empezaron a imponerse y a sustituir a Manhattan como centro de la música pop norteamericana. El productor Phil Spector se llevó a L.A. la filosofía característica de la fábrica de éxitos del grupo de compositores del Brill Building1 y elevó el sonido teen pop2 a proporciones épicas. Embelesado por Spector, Brian Wilson, un inadaptado residente en las afueras de la ciudad, se dedicó a componer himnos melosos a la cultura de la playa y de los coches que reinventaron el Estado Dorado como un paraíso adolescente. Otros productores de L.A. siguieron su ejemplo y en 1965 los singles grabados en Los Ángeles ocuparon el puesto número uno durante veinte semanas, algo admirable en comparación con Nueva York, que solo consiguió hacerse con el puesto una semana.
«California estaba a años luz de las tendencias dominantes de la industria discográfica», afirma el disc-jockey de Boston Joe Smith, que se mudó a L.A. en 1960 para trabajar en una distribuidora discográfica local. «Y, de repente, los Beach Boys, Dick Dale y Jan & Dean empezaron a hacer un tipo de música que nadie más hacía, y se convirtió en el sello distintivo de la Costa Oeste.»
De manera simultánea, un movimiento de música folk arrasaba Norteamérica y llegó a Los Ángeles. Las hootenannies —pequeñas reuniones de cantantes de folk— se llevaban celebrando en Los Ángeles desde el final de la Segunda Guerra Mundial, pero la escena folk angelina estaba muy desperdigada y apenas había salas de conciertos que le dieran cabida. En 1957 el promotor local Herb Cohen respondió a esta carencia con la apertura del café Unicorn en Sunset Boulevard.
Los clubs y los cafés empezaron a proliferar por Sunset y alrededores, al oeste del viejo Hollywood, antes de llegar a la pompa y el oropel de Beverly Hills. Si bien Los Ángeles siempre había estado enfocado al automóvil, ahora Sunset Strip se había convertido en un barrio que derrochaba vida y en la meca de la juventud disidente. El epicentro de la incipiente escena folk angelina era el club Troubadour de Doug Weston, situado al sur del Strip en el número 9081 de Santa Monica Boulevard. Weston había abierto el Troubadour original cerca de allí, en La Cienega Boulevard, pero en 1961 se mudó a Santa Monica, al este de Doheny Drive, arrastrando consigo a los miembros del grupillo folkie de mentalidad más comercial. Un chaval chulito de Santa Bárbara llamado David Crosby era un habitual de la tribu. David era un osito de peluche lascivo de mente traviesa que cantaba canciones protesta plañideras imitando a Woody Guthrie.
Herbie Cohen, ayudado por su hermano Mutt, que era abogado, llevaba la batuta en los bajos fondos acústicos de Hollywood. Su apariencia paternal escondía una vena cruel donde las haya. «Herbie daba mucho más miedo de lo que la gente pensaba», afirma el cantante de folk Jerry Yester. «La gente lo tenía por un tipo judío más bien regordete, pero si te tocaba enfrentarte a él era absolutamente aterrador.» Doug Weston era, a su manera, tan despiadado como Cohen. Con sus casi dos metros de estatura, se alzaba por encima de todo el mundo. «El maricón más alto que he conocido», en palabras del actor Ted Markland. Si bien las preferencias sexuales de Weston eran un secreto del mundillo, lo que no era secreto era la astuta práctica que tenía para atar a los artistas a unos contratos que les obligaban a volver al hacinado Troubadour cuando ya llevaban mucho tiempo llenando anfiteatros.
Por mucho que apoyara de boquilla al movimiento de folk protesta, el Troubadour siempre tuvo un ojo puesto en el éxito. Sede de la música folk más comercial con el Kingston Trio a la cabeza, no tardaría en convertirse en un semillero de hootenannies de ambición jactanciosa. El Ash Grove, el club que Ed Pearl había abierto en el número 8162 de Melrose Avenue en julio de 1958, era harina de otro costal. Autoproclamado bastión