Yu Man

La filosofía de Xi Jinping


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autor: ¡nos preocupamos siempre por el bienestar del pueblo!

      Citado en:

      Discurso pronunciado en la reunión con motivo del 65°aniversario de la fundación de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y en otros documentos.

      Lectura interpretativa

      El tópico «la voluntad del pueblo» es fundamental para un partido gobernante. La cita, extraída de Guan Zi, expone la relación de complementariedad mutua entre la voluntad del pueblo y el uso del poder. El camarada Xi Jinping ha insistido reiteradamente en la importancia de pensar como piensa el pueblo y de conocer, por experiencia propia, sus aspiraciones, sufrimientos y privaciones.

      Lo planteó de forma explícita en la teoría y en la práctica exigió, inequívocamente, que se tomaran como punto de partida los intereses del pueblo, que deben servir también como culminación de todas nuestras acciones, pues es ahí donde reside la trascendental superioridad política del Partido. Al hojear la historia de nuestra lucha por más de 90 años, constatamos que el Partido debe su éxito al pueblo, quien le ofreció un terreno profundo para que se arraigara y le suministró una inagotable fuerza mediante su apoyo, por lo que la palabra «pueblo» permanece inscrita en su estandarte.

      Desde el fervor revolucionario de los campesinos que se empeñaban en ganar la campaña de Huaihai empujando sus carretillas, hasta el entusiasmo de «ofrecer petróleo a la patria» en el noreste de China; desde la decisión de los que con la impresión digital firmaron el contrato de «operación integral de tarifa plana», a la conciencia cívica manifestada en «la generación de Wenchuan» y en «la generación del Nido de Pájaros», el pueblo se ha convertido en la fuente de energía y de inteligencia para la revolución, la construcción y la reforma. Hoy, frente a las aspiraciones de una vida mejor, tenemos que redoblar esfuerzos para garantizar que toda la población se beneficie de los frutos del desarrollo de manera equitativa, y asegurarnos de que avance con confianza hacia la prosperidad compartida.

      Cita original y referencias

      Las políticas prosperan porque siguen al pueblo en lo que piensa; se abrogan porque van en su contra. Si la gente detesta las penalidades, les ofreceré distracción; si rechazan la miseria, les prometeré fortuna; si huyen de los desastres, les propiciaré seguridad; si temen por la extinción de su prole, les ayudaré a procrearse. Así que, al atender sus cuatro aspiraciones elementales, vendrán a nosotros desde rincones remotos para unirse y someterse a la autoridad; por el contrario, si se les somete a lo que detestan, es decir, a los cuatro tipos de aborrecimiento que ya mencioné, incluso las tribus más cercanas se volverán en contra. Por lo tanto, saber dar lo que se va a cobrar después es una valiosa estratagema del arte de gobernar.

      Período Primavera-Otoño

      Guan Zi

      Guan Zi. Sobre gobernar a la gente.

      Cuatro órdenes

      Notas hermenéuticas

      Guan Zi fue escrito por un estudioso de la Academia de Jixia, reino de Qi en Shandong, durante el período de los Reinos Combatientes bajo el supuesto nombre de Guan Zhong; parte de sus doctrinas están contenidas en los capítulos «Cómo pastorear al pueblo», «La situación», «En la consolidación de la autoridad del trono» y «Los asuntos económicos y políticos más importantes». De los anteriores, el capítulo «Cómo pastorear al pueblo» habla del gobierno de los hombres, y «Las cuatro sugerencias de seguimiento» explica el arte de gobernar de acuerdo con lo que piensa el pueblo.

      Según Guanzi, el éxito de un régimen radica en saber lo que el pueblo piensa. Una política que funciona es aquella que comparte la voluntad popular, de otro modo estará condenada al fracaso. Guanzi enumera las cuatro «cosas más abominables» para el pueblo —penalidades, miseria, calamidades y extinción de la prole— y las cuatro «más preferidas» a que aspira —distracción, fortuna, seguridad y procreación— insistiendo en que, si se atienden las preferencias, el pueblo se vuelve amigable; pero si se aplica una política de aborrecimiento, el pueblo se rebelará. Al respecto, propone cuatro sugerencias para seguir la voluntad popular.

      Para Guanzi la clave de «pastorear» al pueblo radica en las cuatro «formas correspondientes de seguimiento», es decir, seguir las aspiraciones del pueblo para darle placer, riquezas, seguridad y la posibilidad de continuar el linaje familiar. Una vez satisfechas estas «cuatro aspiraciones», la población que se mantiene a distancia se unirá al régimen, de otro modo, incluso las personas cercanas se alejarán si se les somete a las cuatro cosas que aborrece.

      Aun en nuestros días, el pensamiento de Guanzi sigue siendo válido e inspirador: para crear un buen sistema de administración es necesario que los directores ejecutivos de una empresa (CEO, por sus siglas en inglés) tengan claro lo que sus subalternos «aborrecen» y a lo que «aspiran», a fin de establecer un buen mecanismo de gestión en función de las aspiraciones de su personal.

      Citado en:

      Arriba y afuera de la pobreza. La facultad básica de un cuadro: mantener un estrecho vínculo con las masas populares y en otros documentos.

      Lectura interpretativa

      En la vida los hombres se encontrarán con toda clase de dificultades. Al nivel de la sociedad, el porcentaje de la población que está en dificultades puede no ser muy grande, pero a nivel individual o familiar las dificultades, si vienen, son del 100 %. Por lo tanto, los gobernantes que desean ver a las masas vivir y trabajar en paz, deben dar prioridad a los problemas que les afecten directamente.

      En la primera conferencia de prensa, después del XVIII Congreso Nacional del PCCh, el camarada Xi Jinping insistió en que «la aspiración del pueblo a una vida mejor constituye el objetivo de nuestra lucha», lo que dará como resultado «mejor educación, trabajo más estable, ingresos más satisfactorios, un sistema de seguro social más confiable, servicios médicos y sanitarios más eficientes, una vivienda más cómoda y un entorno más agradable».

      Es cierto que «la manera de tranquilizar a la población es conocer su sufrimiento». Si «servir al pueblo» sigue siendo solo un compromiso verbal y no se traduce en acciones encaminadas a conocer sus sufrimientos, si «tomarse en serio los intereses de las masas» solo se escribe en los documentos y a la hora de elaborar las políticas no se beneficia a las mismas, entonces resulta imposible conocer sus sufrimientos y sus preocupaciones.

      Si todo se queda en bellas palabras y no en beneficios reales, entonces ¿cómo se puede hablar de tranquilizar al pueblo para dirigir el país y de ganarse su confianza? En cambio, si estamos al tanto de sus preocupaciones y sufrimientos y los manejemos bien y juiciosamente, tratando «los males de la gente» como propios y representando realmente sus intereses fundamentales, podremos atraer y reunir a millones de hombres, unir fuerzas inmensas para trabajar en la construcción del país y en la revitalización nacional.

      Cita original y referencias

      Su humilde servidor ha oído decir que la esencia de gobernar es tranquilizar al pueblo y que la forma de hacerlo es conocer su sufrimiento. Mas un punto que hace sufrir a la población es la recaudación del impuesto anual que no se cobró durante los años de hambruna. Esto consiste en distribuir los impuestos acumulados año tras año en varios lotes, los cuales deben pagarse junto con los del año en curso. Tras la implementación de la inspección periódica del resultado del trabajo de los servidores públicos, las reservas almacenadas, tanto públicas como privadas, son abundantes en la actualidad.

      La exención de los impuestos atrasados no tendrá un impacto negativo en los ingresos fiscales recaudados por el Estado. En cambio, este favor que Su Majestad otorga será particularmente adecuado para la gente del pueblo. La alabanza del pueblo se escuchará en todas partes, fortalecerá el sentir solidario y pacificará el país. No hay mejor idea para asegurar una paz duradera por un largo reinado. Ruego humildemente