Aristoteles

Ética a Nicómano


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amistades que consisten en exceso

       Parte 9 Libro noveno

       Capítulo 1 En que se declara qué manera de cosas son las que conservan la amistad

       Capítulo 2 En que se declara lo que se debe hacer por cada uno

       Capítulo 3 En que se disputa si se han de deshacer las amistades

       Capítulo 4 De las obras de los amigos, y cómo el amigo se ha de tratar de la misma manera para consigo y para con el amigo, pero que el malo ni para consigo en alguna manera ni para con otro tiene afecto de amigo

       Capítulo 5 De la buena voluntad

       Capítulo 6 De la concordia

       Capítulo 7 De la beneficencia

       Capítulo 8 Del amor proprio

       Capítulo 9 En el cual se muestra cómo el próspero tiene también necesidad de amigos virtuosos

       Capítulo 10 Del número de los amigos

       Capítulo 11 En que se disputa cuándo son menester más los amigos, en la prosperidad o en la adversidad

       Capítulo 12 En que se demuestra cómo el vivir en compañía es la más propria obra de los amigos, así buenos como malos

       Parte 10 Libro décimo

       Capítulo 1 Del deleite

       Capítulo 2 En que se propone la opinión, de Eudoxo, de Platón y de otros acerca del deleite

       Capítulo 3 En que se prueba cómo el deleite es cosa buena, y que no se han de escoger todos los deleites, y se satisface a las razones de los que tienen lo contrario

       Capítulo 4 En el cual se declara qué cosa es deleite y cómo perficiona todo ejercicio

       Capítulo 5 En que se muestra cómo los deleites difieren en especie

       Capítulo 6 De la felicidad

       Capítulo 7 De la felicidad contemplativa

       Capítulo 8 En que se prueba que el sabio es el mejor afortunado

       Capítulo 9 Del saber y de la práctica en esta filosofía

      Etica a Nicómano

      Aristóteles

       Publicado: -300 Categoría(s): No Ficción, Humanidades, Filosofía, Etica y filosofía moral

Parte 1 Libro Primero

      Capítulo 1

      Cualquier arte y cualquier doctrina, y asimismo toda acción y elección, parece que a algún bien es enderezada. Por tanto, discretamente difinieron el bien los que dijeron ser aquello a lo cual todas las cosas se enderezan. Pero parece que hay en los fines alguna diferencia, porque unos de ellos son acciones y otros, fuera de las acciones, son algunas obras; y donde los fines son algunas cosas fuera de las acciones, allí mejores son las obras que las mismas acciones.

      Pero como sean muchas las acciones y las artes y las ciencias, de necesidad han de ser los fines también muchos. Porque el fin de la medicina es la salud, el de la arte de fabricar naves la nave, el del arte militar la victoria, el de la disciplina familiar la hacienda.

      En todas cuantas hay de esta suerte, que debajo de una virtud se comprenden, como debajo del arte del caballerizo el arte del frenero, y todas las demás que tratan los aparejos del caballo; y la misma arte de caballerizo, con todos los hechos de la guerra, debajo del arte de emperador o capitán, y de la misma manera otras debajo de otras; en todas, los fines de las más principales, y que contienen a las otras, más perfectos y más dignos son de desear que no los de las que están debajo de ellas, pues éstos por respecto de aquéllos se pretenden, y cuanto a esto no importa nada que los fines sean acciones, o alguna otra cosa fuera dellas, como en las ciencias que están dichas.

      Presupuesta esta verdad en el capítulo pasado, que todas las acciones se encaminan a algún bien, en el capítulo II disputa cuál es el bien humano, donde los hombres deben enderezar como a un blanco sus acciones para no errarlas, y cómo éste es la felicidad.

      Demuestra asimismo cómo el considerar este fin pertenece a la disciplina y ciencia de la república, como a la que más principal es de todas, pues ésta contiene debajo de sí todas las demás y es la señora de mandar cuáles ha de haber y cuáles se han de despedir del gobierno y trato de los hombres.

      Capítulo 2 New Chapter

      Pero si el fin de los hechos es aquel que por sí mismo es deseado, y todas las demás cosas por razón de aquél, y si no todas las cosas por razón de otras se desean (porque de esta manera no ternía fin nuestro deseo, y así sería vano y miserable), cosa clara es que este fin será el mismo bien y lo más perfecto, cuyo conocimiento podrá ser que importe mucho para la vida, pues teniendo, a manera de ballesteros, puesto blanco, alcanzaremos mejor lo que conviene. Y si esto así es, habremos de probar, como por cifra, entender esto qué cosa es, y a qué ciencia o facultad toca tratar dello.

      Parece, pues, que toca a la más propria y más principal de todas, cual parece ser la disciplina de república, pues ésta ordena qué ciencias conviene que haya en las ciudades, y cuáles, y hasta dónde conviene que las aprendan cada uno.

      Vemos asimismo que las más honrosas de todas las facultades debajo de ésta se contienen, como el arte militar, la ciencia que pertenece al regimiento de la familia, y la retórica. Y pues ésta de todas las demás activas ciencias usa y se sirve, y les pone regla para lo que deben hacer y de qué se han de guardar, síguese que el fin de ésta comprenderá debajo de sí los fines de las otras, y así será éste el bien humano.

      Porque aunque lo que es bien para un particular es asimismo bien para una república, mayor, con todo, y más perfecto parece ser para procurarlo y conservarlo el bien de una república. Porque bien es de amar el bien de uno, pero más ilustre y más divina cosa es hacer bien a una nación y a muchos pueblos. Esta doctrina, pues, que es ciencia de república, propone tratar de todas estas cosas.