Roger Chartier

Presencias del pasado


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referiré a continuación al segundo aspecto del proceso comunicativo, el relativo a la recepción de la cultura escrita. A las manos del lector llega un producto manufacturado, el libro, que le permite acceder a la lectura del texto. Este encuentro ha sido percibido por muchos como un momento creativo. Así, por ejemplo, Italo Calvino aludía a este afirmando: «Leer es ir al encuentro de algo que está a punto de ser y aún nadie sabe que será». Los lectores, además, según Michel de Certeau, «son viajeros: circulan sobre las tierras del prójimo, nómadas que cazan furtivamente a través de los campos que no han escrito». En esta encrucijada concurren, por un lado, la coerción del sistema impuesto y, por otro, la libertad del individuo que lo subvierte en su propio beneficio. Sin olvidar que, como dijo Borges, «una literatura difiere de otra, menos por el texto, que por la forma en que se lee». A las formas de apropiación de los textos ha dedicado el profesor Chartier una parte importante de sus investigaciones, entre las que destacaría dos: la Historia de la lectura en el mundo occidental, codirigida con el profesor Guglielmo Cavallo,10 y Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna.11 Roger Chartier ha expuesto con meridiana claridad la historicidad de un objeto de análisis que aparentemente era difícil de comprender, teniendo en cuenta que la lectura en múltiples ocasiones no deja huella de su existencia. La ausencia de indicios le ha obligado a localizar la información para su estudio en las representaciones que la literatura y las artes en general han proporcionado de esta práctica cultural, viéndose obligado a sortear toda clase de convenciones y modas que las condicionan; ha advertido, además, que la lectura lleva pareja siempre una puesta en escena por parte del lector.

      Ha analizado de qué modo la circulación material de los textos, sirviéndose de soportes diferentes, genera productos que, intencionadamente, distorsionan lo acontecido, con la voluntad de imaginar una realidad diferente, tal vez paralela, y –en otras ocasiones– han contribuido a crear de forma decisiva estados de opinión, como se evidencia en Les origines culturelles de la Révolution française.12 Ha escuchado con sus «ojos a los muertos», siguiendo el consejo de Quevedo, en Escuchar a los muertos con los ojos,13 y ha desentrañado los entresijos constitutivos de los discursos, transformándolos en fuentes del conocimiento histórico. Ha observado detenidamente las variantes textuales y paratextuales introducidas en las diversas ediciones de algunas obras, como la Brevísima relación de la destrucción de Indias, de fray Bartolomé de Las Casas en «Textes sans frontières».14 Dicha pesquisa la ha llevado a cabo como si de un viaje se tratase, en el que el lector descubre escenarios diferentes a resultas de los intereses de quienes emprendieron la publicación. Ha estudiado también la performatividad constitutiva de algunos textos preparados para ser representados teatralmente, no para leerlos en silencio, especialmente en La obra, el taller y el escenario,15 «Entre páginas y tablas: las desventuras de Cardenio»,16 y también en Cardenio entre Cervantès et Shakespeare. Histoire d’un piece perdu.17

      Vistas así las cosas, la lectura surge en un contexto delimitado por las claves de comprensión inscritas en el propio texto, las convenciones lingüísticas (podría recordarse en este momento el billete con el ambivalente mensaje «Eduardum occidere nolite timere bonum est», sin puntuar, del Eduardo II de Christopher Marlowe, en el que se invitaba a asesinar al rey), la materialidad, las expectativas de la comunidad de interpretación (citaré a modo de ejemplo su estudio Comunidades de lectores) y, finalmente, la libertad del lector analizada en «El lector entre restricciones y libertad».18 La experiencia investigadora acumulada le ha permitido explorar también la circulación y apropiación de los textos en la época digital, un espacio de aparente libertad en el que, con frecuencia, los respectivos domini exhiben sus tentáculos, haciéndonos creer que el mundo digital nos traslada a una especie de Edén en el que nadie controla la producción y el uso de la cultura escrita, y nadie organiza su conservación en los espacios adecuados. Vana ilusión. La transformación de los hábitos de la lectura silenciosa como consecuencia de la circulación digital de los textos ha merecido diversas contribuciones como, por ejemplo, «¿Muerte o transfiguración del lector?».19 Frente a todo ello, como antídoto, solo cabe la experiencia del texto gadameriana.

      El profesor Chartier no ha olvidado, finalmente, la reflexión sobre su quehacer como historiador. Merecedoras de elogio, en este Sentido, son las contribuciones recogidas en Au bord de la falaise. L’histoire entre certitudes et inquiétude,20 donde aborda las grandes preocupaciones epistemológicas de los últimos tiempos, analiza la convergencia de la historia con otras disciplinas próximas, vecinas (L’histoire entre géographie et sociologie,21 Philosophie et histoire,22 «Bibliographie et histoire culturelle»,23 «Histoire et littérature»),24 así como las formas de escritura de la historia («L’histoire entre récit et connaissance»).25

      La excelencia de su investigación ha sido reconocida mediante la concesión de premios otorgados por prestigiosas instituciones como la American Printing History Association y la Académie Française.

      El profesor Roger Chartier ha compaginado la investigación, esbozada aquí de forma sucinta, con una brillante e intensísima actividad docente, tanto en Europa como en América. En la actualidad, y desde el 1 de diciembre de 2016, es profesor emérito en el Collège de France, institución a la que estuvo adscrito desde el año 2007, donde ocupó la cátedra Ecrit et cultures dans l’Europe moderne. Desde enero de 1984 es director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Ha sido profesor visitante en prestigiosas universidades como Princeton, Montreal, Yale, Berkeley, Cornell, John Hopkins (Baltimore), Chicago o Buenos Aires, así como en instituciones culturales como el Center for Renaissance Studies de la Newberry Library, de Chicago, o el Folger Institute for Renaissance and Eighteenth Century Studies, de Washington.

      Ha impartido conferencias en prestigiosas instituciones académicas y cátedras especializadas como la American Historical Society, la Saintsbury Lecture de la Universidad de Edimburgo, la McKenzie Lecture de la Universidad de Oxford y la Panizzi Lectures de la Biblioteca Británica, entre otras. Ha pronunciado, asimismo, conferencias en la mayor parte de las universidades españolas durante las tres últimas décadas. Nueve universidades lo han galardonado nombrándolo doctor honoris causa: Carlos III de Madrid; universidades de Buenos Aires, Córdoba y San Martín en Argentina; Universidad de Santiago de Chile; Universidad de Laval en Québec, Canadá; Universidad de Neuchâtel en Suiza; Universidad de Rosario en Colombia, y Universidad de Lisboa en Portugal.

      Roger Chartier forma parte de los comités de la Revue de Synthèse (París), de Iichiko (Tokyo) y de Mana. Estudos de Antropologia Social (Río de Janeiro); es miembro del comité editorial de las colecciones «Studies in Print Culture and the History of the Book» (University of Massachusetts Press) e «In-Octavo» (IMEC Editions et Editions de la Maison des Sciences de l’Homme), así como del consejo editorial de la colección «Historia» de Publicacions de la Universitat de València. Fue presidente del consejo científico de la Bibliothèque de France (1990-1994), miembro del Consejo Científico para la Investigación Universitaria del Ministerio de Enseñanza Superior e Investigación (1990-1994), presidente del comité científico de la Ecole Nationale Supérieure des Sciences de l’Information et des Bibliothèques (1995-1998) y miembro correspondiente de la British Academy.

      Su magisterio e investigaciones proporcionan claves para transitar por el universo digital del presente y posiblemente también del futuro, siendo conscientes, además, de que dichas experiencias son el fruto de una vida intensa dedicada al estudio de la historia de la cultura escrita. Profesor Roger Chartier, muchísimas gracias por su magisterio y por aceptar formar parte, a partir de este momento, del Claustro de la Universitat de València.

      Muchas gracias por su atención.

      1. Roger Chartier y Carlos A. Scolari: Cultura escrita y textos en red, Barcelona, Gedisa, 2019.

      2. Roger Chartier: «¿Qué es un autor?», en íd.: Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna, Madrid, Alianza, 1993, pp. 58-89.

      3. Roger Chartier: «Figures d’auteur», en íd.: L’ordre des libres. Lecteurs, auteurs, bibliothèques en Europe entre XIVe et XVIIIe