de luz blanca la Rodopsina se disipa y hay que volver a empezar de nuevo.
7 Una experiencia práctica muy útil sería la de aclimatar nuestra vista en un lugar oscuro (preferentemente la montaña o un lugar apartado de nuestra ciudad), después de media hora nos taparemos un ojo, el que queramos, y obligaremos al que queda destapado a que mire la luz de una linterna (no hace falta que sea demasiado potente, con un poquito de luz blanca hay suficiente), la pantalla de un móvil o cualquier elemento que haga luz blanca; después apagaremos todas las luces y destaparemos el ojo protegido. Alternando la mirada primero con uno y después con el otro ojo podremos evaluar la eficacia de la Rodopsina y confirmaremos la necesidad de una correcta aclimatación visual antes de observar el cielo.
IMPORTANTE
La luz roja es la única luz que no afecta a la Rodopsina y por tanto no produce deslumbramiento. Las linternas rojas, sobre todo las de Led, son las que se utilizan normalmente para consultar los mapas y las cartas estelares mientras hacemos astronomía.
002 | Cuántas estrellas podemos ver |
PODEMOS HACER ASTRONOMÍA DE DÍA Y DE NOCHE. De hecho, de día podemos observar el Sol, la Luna y algunos planetas, pero resulta especialmente interesante con el crepúsculo. Cuando la luz del Sol da paso a la oscuridad empezamos a ver el universo de verdad … o al menos una porción más grande del universo.
IMPORTANTE
Cuando se mira el cielo estrellado a través de un agujero de 12 cm situado a 30 cm del ojo se observa el 1% de la bóveda celeste.
1 En condiciones ideales, sin contaminación lumínica ni nubes ni luna llena, si sumamos todas las estrellas que podríamos ver a simple vista en los dos hemisferios, norte y sur, veríamos unas 8.500 estrellas; todas las que conocemos hasta la magnitud 6.5, la magnitud máxima que puede llegar a ver un ojo humano de extrema agudeza visual.
2 Si sólo contamos las del hemisferio norte, en una noche excepcional y en condiciones ideales, con suerte veríamos, aproximadamente, unas 2.500 estrellas, menos si hay luna, aunque sólo sea en cuarto de fase.
3 Y si intentamos contar las estrellas que veríamos desde nuestra ciudad, con todos los problemas de contaminación lumínica, tendríamos suerte si contamos más de 50. Las más brillantes.
4 Esta acumulación de estrellas nos puede abrumar en un primer momento. ¿Por dónde empezamos a desliar el ovillo? ¿Dónde están las constelaciones? ¿Y los planetas? ¿Por qué algunas estrellas brillan más que otras? ¿Por qué vemos estrellas de diferentes colores? La visión del cielo nocturno nos puede aturdir un poco si no tenemos las referencias adecuadas para desenredarlo. Nada parece tener sentido, ¿verdad? Tantas estrellas en el cielo y sin un orden concreto …
5 Y ahora vamos a comprobar todo lo que se ha dicho, ¡vamos a contar estrellas! Primero haremos una buena aclimatación de la vista, y después nos ayudaremos de un artefacto llamado “contador de estrellas” que construiremos nosotros mismos.
6 Cómo utilizar el contador de estrellas: Sostenga el aparato con el extremo de la cuerda cerca del ojo. Ténselo bien, es importante que esté a 30 cm del ojo. Apunte a cualquier zona del cielo y cuente la estrellas que vea dentro del agujero. Repita la operación en diferentes zonas de la bóveda celeste y saque la media. Multiplique el resultado por 100. Aquí tiene una aproximación a cuantas estrellas puede ver en “toda” la bóveda celeste. Evidentemente la cifra variará según las condiciones del cielo y de la contaminación lumínica.
7 Para calcular las estrellas que veríamos en un solo hemisferio nos tendríamos que situar en cualquiera de los dos polos del planeta, hacer el mismo ejercicio y dividir por dos.
IMPORTANTE
Sólo es cuestión de tiempo, dedicación y paciencia llegar a conocer el cielo. No lo quiera saber todo la primer noche de observación.
003 | Magnitud estelar |
ES INEVITABLE DARSE CUENTA DE QUE HAY ESTRELLAS más brillantes que otras. En astronomía llamamos magnitud a la cantidad de brillo, real o aparente, que tiene una estrella.
IMPORTANTE
Aunque en este capítulo sólo hablamos de magnitudes y de la aportación de Hiparco al tema, no podemos olvidar otras no menos importantes aportaciones que este brillante astrónomo realizó, como: el primer catálogo de estrellas, la división del día en 24 horas iguales, descubrir la precesión de los equinoccios, calcular la distancia entre la Tierra y la Luna, inventar la trigonometría, así como diversos aparatos de medición como por ejemplo el teodolito.
1 Ya en la antigüedad el astrónomo griego Hiparco estableció un sistema para diferenciar la magnitud de las estrellas. Las estrellas más brillantes eran de magnitud 1, las del siguiente grupo de magnitud 2 y así hasta la magnitud 6, que son las más débiles que puede apreciar el ojo humano (sin ayuda). Algunos aventuran la tesis de que ciertos ojos privilegiados pueden llegar a detectar estrellas más débiles todavía, como las de magnitud 6,5.
2 Con la invención del telescopio se vio que había estrellas más débiles y se incorporaron más grupos: 7, 8, 9 …
3 En el siglo XIX esta escala fue cuantificada matemáticamente y se determinó que la diferencia de brillo entre una estrella de cualquier magnitud es 2,5 veces más brillante que otra estrella de una magnitud inferior. De esta manera veremos que una estrella de la 1a magnitud es 100 veces más brillante que una de la magnitud 5.
4 Poco después se vio que había estrellas todavía más brillantes y se adoptó el 0 (cero) y los números negativos para cuantificar estrellas muy brillantes. Nuestro sol tiene una magnitud de -28.
5 Proponemos buscar las estrellas del cuadro adjunto en el cielo. Para evitar confusiones hemos marcado con un asterisco las estrellas de verano, el resto se ven en invierno. La única cosa que debe recordar es que son las estrellas más brillantes de nuestro