Aldivan Teixeira Torres

El Testamento Contemporáneo


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compañeros de camino y representan mucho en mi vida.

      Los estudios me proporcionaron mi posición actual en el trabajo, el acceso a la cultura, la realización de los sueños y el conocimiento. Valió la pena el esfuerzo a lo largo de mi vida.

      Espero tener muchas más experiencias que llenen mi ser de éxito y felicidad. La vida es para ser vivida.

      Hay un dicho que dice: "El fin justifica los medios". No estoy de acuerdo con él porque mucho más importante que el éxito es tener una conciencia limpia. Nunca haría trampa por mi cuenta, prefiero mantener conmigo la decencia y los valores que aprendí de mi padre espiritual: Honestidad, lealtad, dignidad, sencillez y verdad. Mi padre espera que actúes de la misma manera con tus semejantes.

      ¿De qué sirve que el hombre gane el mundo y pierda su alma? No importa cuánto poder hayas conquistado en la vida. Para mí y para el creador, sus acciones serán juzgadas y pesadas en la balanza. Si cuelga de nuestro lado, podemos reflexionar sobre el mejor camino para tu alma. Recuerda siempre que el camino es estrecho, mientras que la puerta de la perdición es ancha. Siempre actúa a favor de tu prójimo practicando el bien.

      Actitudes simples pueden ser la clave de su vida: Ayudar a una persona discapacitada a cruzar una calle, dejar su asiento para una persona mayor en un autobús lleno de gente, refugiar y consolar a los pacientes en el hospital, ayudar a un amigo necesitado, valorar y apoyar a la familia, evitar agresiones verbales, practicar la caridad, la comprensión y la solidaridad. Si hacéis todo esto, estáis entre mis hijos y vuestra recompensa será justa.

      - "Pinta tu calle y tu pueblo y conquista el mundo."

      Vivimos en un mundo donde hurtar y robar se ha convertido en algo común. Es robarnos los bienes materiales, nuestro entorno artístico, nuestros afectos y nuestra propia personalidad. Lo que no pueden robarnos es nuestra bondad, inteligencia y obras de caridad.

      Jesús dijo que lo mejor para ser humano es recoger tesoros en el cielo, donde el óxido y la polilla no se corroen y los ladrones no roban. Allí tenemos la protección del Dios verdadero, fuerte, omnipotente, omnisciente y omnipresente, y preferimos el valor de las cosas eternas.

      Si caes en pecado, arrepiéntete y no repitas el acto ilegal. Nuestro Señor estará dispuesto a perdonarte. Tu pasado ya no importa, sino lo que puedas hacer en el futuro. Tengamos más fe.

      La vida en la tierra nunca ha sido tan difícil como hoy. Vivimos en una sociedad con una intensa presión sobre nuestras actitudes. A menudo nos preguntamos por qué todo esto y llegamos a la desesperación. A veces la situación es tan grave que muchos renuncian a sus propias vidas.

      Quiero a través de estas palabras tocar el corazón de cada persona en esta conexión autor-lector. ¿La situación es mala? A pesar de esto, nunca te des por vencido contigo mismo. El quid de la cuestión es evaluar su estrategia, identificar defectos y debilidades, buscar e implementar soluciones.

      Cuando analizas la situación, te darás cuenta de que todo tiene un camino, es sólo para usar los elementos correctos. La vaguedad de la vida es lo que la hace bella y desafiante. Aparte de la muerte, todo, absolutamente todo, puede ser cambiado. Así que, usa tu persistencia y fe para convertirte en un ganador.

      - "Cuando todos te digan que no, cuando parezca que todo está perdido y la oscuridad te rodea, recuerda en este momento: Dios está contigo preparando un camino espacioso, amplio y claro, algo mejor que todo lo que has imaginado para tu vida".

      Estamos viviendo un momento único en la humanidad. Desde el siglo XX hasta el actual se sabe que la humanidad ha avanzado en varios aspectos, especialmente en el ámbito científico-tecnológico y cultural. Por el contrario, hay un deterioro de las relaciones familiares, sociales y religiosas.

      Somos capaces de volar, de comunicarnos a largas distancias, de combatir enfermedades incurables, pero la mayoría son incapaces de valorar a la familia, los amigos, la gratitud, el respeto, prefieren entrar en un ambiente de competición en busca de dinero, fama, poder, estatus social en detrimento de uno mismo y del otro.

      Hoy en día, es común la desobediencia del niño a los padres, las agresiones verbales y físicas, la libertad exacerbada de los jóvenes que aún antes de la mayoría de edad invaden las redes sociales sometiéndose a peligros incuestionables. Antes teníamos una educación patriarcal rígida, ahora la educación se ha vuelto imposible. Las consecuencias de esta modernidad están en el aumento de la delincuencia, en las tragedias familiares, en la separación de padres e hijos.

      Además, la sociedad y su falso moralismo obligan a la gente a vivir un carácter que encaje en el biotipo aceptado. Ejemplos de ello son los homosexuales no asumidos, las mujeres y sus matrimonios a menudo se enfrentan, los indios y los negros que una vez escaparon de la intolerancia al sincretismo religioso.

      Todo esto expuesto, podemos concluir que para entrar en el Reino de Dios, es necesario negar lo que hay en el mundo, el materialismo, e integrar la misión que Yahvé nos ha dejado. Es necesario mostrar amor, competencia, honestidad, sinceridad y caridad en todos los sentidos hacia el prójimo. La gente tiene así un lugar reservado en el mundo espiritual, la casa de mi padre.

      Desde el principio de los tiempos, hemos vivido una fase dualista. Por un lado tenemos las fuerzas del bien representadas en su rango jerárquico más alto por Yahvé y sus hijos; y por el otro, Satanás y sus ángeles. Nuestra realidad dimensional refleja esta realidad con personas divididas en ambos lados. Pero no es de manera absoluta. Incluso las personas buenas cometen maldades y las malas a veces también hacen buenas obras.

      Yahweh Dios permitió que fuera de esta forma como consecuencia de su gran amor con las criaturas. La dualidad es un precio a pagar por la libertad concedida. Desde la revuelta de Lucifer hasta el Apocalipsis, todo es premeditado con la coordinación del Dios viviente ya que ni una hoja de los árboles cae sin vuestro consentimiento.

      Haciendo una analogía, somos actores en el gran escenario cuyo escritor invisible es Yahvé. Dios infunde en las criaturas el estado de ánimo adecuado para que sucedan cosas buenas. Sin embargo, no podemos usar este argumento para justificar nuestros errores porque en el mal no se encuentra.

      Invito a mis hermanos a recorrer el camino de la bondad y los elementos clave para ello son el seguimiento de los treinta mandamientos ya citados. Mi padre quiere que todos sean salvos y sólo espera tu respuesta para actuar y transformar tu vida.

      Hay hombres humanos e inhumanos. Estos últimos tienen el corazón tan petrificado que son insensibles a las situaciones calamitosas de la vida. Son criaturas castigables por estar en una escala más baja. Los primeros son personas abiertas y con la sensibilidad necesaria para ayudar y perdonar a los primeros.

      Aunque son buenos, los hombres humanos no pueden ser comparados con el padre y los hijos. Con infinita bondad y una intensa capacidad de amar, lo divino tiene una misericordia insondable.

      Tanto como un hombre se hunde en el lodo de los pecados, la salvación es posible a los ojos de Dios. Sólo una entrega confiada y una actitud sincera de cambio por parte del pecador. Al hacerlo, las puertas se abrirán y entonces el mundo experimentará el verdadero amor del Padre.

      Propongo una reflexión colectiva sobre el papel de Dios en nuestras vidas. ¿Qué importancia tiene tu presencia en nuestro día a día? Para mí, Dios lo es todo. Él está presente