cargados afectivamente. Por ejemplo, casi todo el mundo puede describir multitud de detalles que se produjeron alrededor de aquellos acontecimientos positivos, como por ejemplo la boda, el nacimiento del primer hijo...; aspectos que por muchos años que pasen, estarán âtan vÃvidos como el primer dÃaâ.
Igualmente, un acontecimiento desagradable como un robo, un accidente de tráfico... va a hacer que se recuerden esos momentos y los detalles de las circunstancias que lo rodearon, durante mucho tiempo.
De ahà que a veces a las personas les cueste superar el duelo, por un familiar o amigo perdido, ya que tiene vÃvidos recuerdos de todo aquello durante largo tiempo, lo que le provocará un daño psicológico continuado.
- La toma de decisiones, lejos de ser algo âfrÃo y calculadorâ, en que se busca el máximo beneficio para la persona, está mayoritariamente influido por el mundo emocional de la misma. Si se piensan en las grandes decisiones de la vida, con que pareja se comparte, qué estudios se realizan, dónde se adquiere la viviendaâ¦, se puede uno âautoengañarâ pensando que era la mejor opción y por eso se eligió, pero si se reflexiona sobre ello, se puede dar cuenta que existieron multitud de aspectos emocionales, implicados en dichas decisiones; ya sean sentidas por uno mismo, como aconsejadas por personas que se estiman y valoran.
Aspecto que queda constatado en un estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Cambridge (Inglaterra), la Universidad de Radboud y la Universidad M.C. St. Radboud (Noruega) cuyos resultados han sido publicados en la revista cientÃfica Frontiers in Human Neuroscience en donde se realiza una exhaustiva revisión de los artÃculos publicados sobre la toma de decisión hasta la fecha.
En el mismo se analizaron los distintos factores que influyen a la hora de decidir entre varias opciones, prestando especial atención a la influencia social del contexto como modulador de las propias decisiones, ya sea desde el aprendizaje de conductas y valores dado por el aprendizaje social, como por fenómenos como la presión grupal, el conformismo social, la cooperación y estrés social entre otros, todo ello modulado por el campo de las emociones.
Las emociones son parte de la vida, sea uno consciente o no de ello, están presentes en cada una de las acciones y decisiones que se toman, de ahà la importancia de su estudio.
Entre los teóricos de las emociones, existen dos principales corrientes, aquellos que consideran a las emociones como un concepto univoco e inseparable que se extiende desde los afectos positivos hasta los negativos, en un continuo; y aquellos que lo consideran como un concepto multidimensional, compuesto por elementos cognitivos, conductuales y fisiológicos.
La emoción puede considerarse como un estado particular del sujeto, que le permite percibir y responder al medio ambiente (al modo del arousal). Simplificando, se podrÃa considerar tres estados posibles, el positivo (alegrÃa o felicidad), el neutro (indiferencia) y el negativo (tristeza, displacer o infelicidad); se tratarÃa por tanto de un modo de percibir y responder ante el ambiente; cuando este estado se hace crónico, pasa a considerarse como un ârasgoâ de la personalidad, es decir, el individuo lo convierte en su modo habitual de respuesta, ante la estimulación interna o externa.
Cuando los estados emocionales se hacen crónicos, se âdesajustanâ, aparecen desviaciones anómalas del procesamiento emocional, que van desde la acentuación de rasgos ansiosos o fóbicos, a patologÃas como el trastorno por ansiedad generalizada o el trastorno de depresión mayor.
Otra aproximación a la emoción, es considerarla como un procedimiento adaptativo de reacción cognitiva, fisiológica y conductual ante la estimulación ambiental o interna que puede ser positiva o negativa; por tanto, la emoción influye tanto en los pensamientos, como en el organismo y la conducta.
Entre las funciones de la emoción se destaca: coordina el sistema de respuesta conductual; modifica la jerarquÃa de conductas; proporciona mecanismos de comunicación y vinculación social; detiene o retiene brevemente los procesos cognitivos; facilita el almacenamiento y recuperación de información.
Se pueden distinguir dos procesos implicados en el procesamiento de la emoción, la percepción y experiencia emocional; asà el primero implica un procesamiento cognitivo de bajo nivel, donde se percibe y evalúa el estÃmulo emocional; mientras que el segundo implica un procesamiento cognitivo de alto nivel, en el que se contextualiza lo percibido, y se interpreta según las experiencias previas.
Estos parecen ser procesos independientes, por lo que el procesamiento de la percepción emocional puede o no involucrar una experiencia emocional.
Con respecto a la relación entre cognición y emoción, han sido tres las posturas principales que se han adoptado; asà por un lado hay quien defiende que, en determinadas circunstancias, las emociones bloquean y anulan la cognición, siendo precisamente las habilidades y capacidades afectivas, el rasgo que caracteriza a los humanos, en comparación con el simple procesamiento matemático o categorial de datos que sucede en un ordenador.
La postura opuesta defiende que aquello que define a los humanos y por tanto lo hace diferente de los animales, son los procesos cognitivos superiores, dejando relegadas las emociones a procesos secundarios, irracionales y casi siempre equÃvocos, propios de los animales. Una tercera postura, seria aquella que considera ambos procesos cognitivos como independientes, pero que en determinadas circunstancias trabajan de forma conjunta.
La existencia del circuito emocional-perceptual-memorÃstico en el cerebro humano está ampliamente consensuado, en donde la amÃgdala tiene un papel crucial registrando las ocurrencias de los estÃmulos emocionales. Asà la información con contenido emocional tiene significativamente más probabilidad de ser mejor almacenada y recuperada frente a la información con contenido neutro.
La extensa conexión entre la amÃgdala y las regiones visuales extraestriado y del hipocampo, permite a la amÃgdala modular su funcionamiento y facilitar la función perceptiva y mnémica en esas áreas.
Sin embargo, hay evidencias que indican que el aprendizaje emocional asociado con la amÃgdala está limitado temporalmente, y que los efectos posteriores sobre la memoria podrÃan deberse a la participación de otras regiones del cerebro, como la corteza orbitofrontal.
Según lo comentado anteriormente, se estarÃa ante un circuito de procesamiento emocional, que contrastarÃa con la vÃa de procesamiento cognitivo especifica. En el circuito emocional los estÃmulos parecen ser analizados automáticamente de forma más ruda y rápida, siguiendo una estrategia configuracional, se trata de una comunicación simplificada, pero con información de gran relevancia, necesaria para la supervivencia y el desarrollo adecuado dentro del nicho ecológico.
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