José María Bautista Guadalupe

Liderazgo VICA


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en este libro: hemos de poner énfasis en la autogestión, que no en el control; necesitamos contemplar los problemas con una mirada sistémica y no solo desde los “Excel” divididos; hemos de asumir que el caos es el caldo de cultivo idóneo de la creatividad; que los equipos llegan más lejos que los individuos aislados; que la intuición y la creatividad van a ser más importantes que nunca; que hemos de primar la felicidad, el disfrute o el bien común frente al materialismo, las vacaciones o los enemigos y que, en definitiva, hemos de construir una sociedad basada en la empatía, la comunidad, la mutua ayuda y el compromiso por el futuro y el presente.

      José María, además, analiza con ejemplos muy actuales cuáles son los ingredientes del éxito en este camino del liderazgo VICA. Para ello, se vale de todo tipo de recursos para el aprendizaje, como hace en sus talleres de formación, que tantísimo éxito tienen. En el caso de este libro, profundiza en conceptos apasionantes y se apoya en series muy conocidas (Juego de tronos, House of Cards, Mad Men…), en aplicaciones que casi todos tenemos en nuestros teléfonos móviles, en antiguos anuncios publicitarios que marcaron nuestras infancias y en todo tipo de elementos que nos ayudan a comprender cuáles son los comportamientos de los que nos tenemos que desprender para ser líderes en este nuevo contexto y hacia dónde nos tenemos que dirigir. Uno de los que analiza es la diferencia entre liderar o jefear, o como él escribe, je-fear.

      En la Roma clásica se diferenciaba la potestas o la auctoritas. Es decir, el poder que proviene de la jerarquía (potestas) o aquel que nace de la capacidad de influencia por las habilidades personales o el liderazgo (auctoritas). Como es de suponer, no siempre coinciden la auctoritas y la potestas, de ahí que existan tan malos jefes habitando en las organizaciones y en los centros educativos. Tener galones no es sinónimo de liderar. Por eso, en un mundo VICA, desarrollar nuestra capacidad de dirigir personas exige entrenar habilidades de influencia no tradicionales. El “ordeno y mando” ha quedado relegado y máxime con los jóvenes —y si no, recordemos cómo se comporta un adolescente ante las exigencias continuas. Es el triunfo de las habilidades del hemisferio derecho, como explica José María en este libro con las 4C: líder con creatividad, convergencia, cocreación y comprensión. Creatividad, porque en los entornos VICA se han perdido los mapas y la imaginación se ha convertido en uno de los epicentros de la transformación. Convergencia, porque, como escribe en este libro, “no consiste en podar y arreglar unos pocos árboles, sino en imaginar un nuevo ecosistema”. La cocreación es esencial en un entorno donde el trabajo en equipo gana una nueva dimensión, donde todos han de “bailar con sincronía y sinergias”. Y, por último, comprensión como un paso más allá del entendimiento o porque “la clave es aprender a ser consciente del significado profundo de pertenecer a una organización, conocer y reinterpretar su misión, adaptándola a los tiempos”.

      Otro de los ingredientes que José María analiza es el compromiso más allá del convenio. El compromiso nace de la libertad de cada uno y tiene como resultado querer dar más allá de lo que dice nuestro contrato. Una persona comprometida cree en lo que hace y confía en su organización, en sus compañeros y en sus jefes. El compromiso que transforma e innova no se inventa ni se compra con dinero. Es una decisión profundamente emocional. Por eso, el líder VICA consigue que los equipos no solo estén motivados, sino que estén realmente comprometidos. Pero, para ello, ha de comenzar en él mismo. Él o ella es quien primero se ha de comprometer con las personas, reconocer sus esfuerzos, hablar de los errores propios como camino de aprendizaje y dar ejemplo. Y todo ello desde la autenticidad. Las personas, y en especial los jóvenes, valoramos lo que nos hace vibrar y no lo impostado. Estamos en la era de la intuición, reconoce José María. Captamos quién nos dice la verdad de aquel que está intentando darnos gato por liebre. Por eso, el líder VICA mira hacia adentro y reconoce su vulnerabilidad. Solo desde ahí podrá ser auténtico y tocar los corazones y las mentes de sus equipos.

      Otro de los elementos en los que profundiza el libro es la transformación de la jerarquía en entorno horizontal. José María sugiere que los líderes VICA han de crear una cultura o un mindset organizativo que sea horizontal, es decir, un espacio donde haya pocas diferencias de estatus y donde se primen las iniciativas creativas y no los cargos. En dicho mindset los resultados y los objetivos últimos son prioritarios frente al presentismo, por ejemplo. Eso significa que las personas pueden organizarse desde un punto de vista responsable. Otras dos de las cualidades que destaca son la autonomía, por encima del control; y el aprendizaje y la formación. En un mundo tan cambiante como el actual, nuestro principal visado va a ser la mentalidad de aprendiz y las culturas que la posibiliten.

      Por último, me gustaría compartir algo más sobre el autor. José María explica en el libro cómo nos conocimos y ahora es mi espacio para explicar mi versión. Comenzamos a colaborar gracias a mi socia y amiga, Marta Romo, contándome que era una persona sorprendente. Ya lo sabía. José María me había impresionado cuando tuvimos la oportunidad de conocernos un tiempo atrás en un congreso de Escuelas Católicas, en el que fui invitada a dar una conferencia. Me sorprendieron su experiencia en educación, su cercanía y sus valores humanos. Luego, colaboramos en Be-Up y en el Laboratorio de la Felicidad, como explica en su libro de una manera tan simpática. Allí comprobé que en todos los proyectos en los que participa José María aporta una mirada distinta, muy creativa y retadora. Los productos que desarrollamos juntos tuvieron un éxito increíble, gracias a aplicar cuanto él escribe en su libro.

      José María es un líder VICA, comprometido, lleno de sabiduría y valores, con una caja de pandora bajo el brazo, repleta de ideas imaginativas, prácticas y poderosas. José María y su esposa, Ana San José, hacen un equipo extraordinario en Learning Flow, ayudando a colegios y profesores para que desarrollen la mejor versión de ellos mismos, para que cualquier asignatura pueda ser una oportunidad para entrenar las brújulas en un mundo VICA. José María es un gran hombre y un gran profesional. Este libro recoge parte de su filosofía, su inspiración, su trabajo y sus valores. Por eso, Liderazgo VICA debería ser un texto obligatorio para todas aquellas personas comprometidas con la sociedad, la educación y el liderazgo, porque nos remueve, porque nos inspira, porque apela al líder que todos llevamos dentro y porque nos ofrece claves prácticas para la transformación social que tanto anhelamos. Ojalá se lea en muchos sitios y ojalá se practique el liderazgo VICA en muchos centros educativos y en muchas organizaciones. De este modo, conseguiremos entre todos construir un mejor mundo.

      Muchas gracias, José María, por este libro.

      Introducción

      El Juego de tronos de los equipos directivos

      Ya pasaron los tiempos en los que todo libro sobre educación que aspirara a ser leído debía empezar con algo así como: “Vivimos tiempos de vertiginosos cambios...”. Esta era una máxima cargada de enorme contenido emocional. Era como decir: “¿Por qué no se queda todo como estaba, con lo fácil que era cuando todo se encontraba en su sitio y permanecía en él todo el rato?”. Pero también era una sentencia paralizante, depresiva, que venía a significar “como todo cambia tanto, no sé si tengo que cambiar, porque me temo que más adelante todo volverá a cambiar”.

      Escuela millennial

      Ese era el espíritu que reinaba en el espacio educativo, justo en el cambio de milenio, cuando alboreaba el nuevo tiempo del nuevo milenio. Así empezábamos en 1999 el congreso Educnet, el primero en el que se hablaba de Amazon, inteligencia artificial, videojuegos, etc. ¡Qué ilusos éramos! Pensábamos que habíamos comprendido el nuevo mundo de internet y ya está. Pues no. En 1999 nació Google y no os quiero contar lo que pasó después.

      Cuando dirigía el foro “Calidad y Libertad de la Enseñanza”, empleé estas mismas palabras: “vertiginosos cambios”, en la primera página de la publicación Educar en la convivencia. Todo ha cambiado con la generación Z, ese era el título del primer libro que se publicaba sobre los millennials, la escuela y la pastoral.

      De la misma manera que hubo una generación millennial, también hubo una escuela millennial. La respuesta de la escuela millennial fue admirable y, por cierto, bastante aristotélica: “El mundo cambia vertiginosamente, ergo la escuela debe cambiar”.

      En 2008, año de la llegada del iPhone a España, empecé a asesorar a media docena de instituciones para lo que denominamos