Pam Grossman

Despertando a la bruja


Скачать книгу

termina saliendo de la escena para ir a visitar a uno de los amigos de Mister Rogers, sin que ella se haya quitado el vestido de bruja.

      M.H.: […] Me parece que me voy así, tal cual.

      F.R.: Ah, ¿de verdad?

      M.H.: ¿Le parece bien?

      F.R.: Creo que todos en el barrio estarán encantados…

      M.H.: Será divertido.

      Y se despiden. Margaret Hamilton baja la cabeza para pasar por el marco de la puerta y no chafar su inmenso tocado.

      «¡Allá voy!», dice, y sale de escena.

      Las primeras veces que vi el vídeo, me embargó la emoción. Hay tantas cosas que me resuenan… La admiración que se muestran esos legendarios gobernantes de sus respectivos barrios imaginarios. La alegría sin remordimientos que demuestran ante el miedo que inspiraba la Bruja Malvada. La mezcla de orgullo y vulnerabilidad de Hamilton, que entonces se aproximaba al final de la vida, al meterse de nuevo en un papel que hizo cuatro décadas antes con respeto, placer y gracia.

      Sin embargo, lo que más me conmueve es la danza delicada que ella y Mister Rogers ejecutan intentando disipar los miedos de las personas sin robarle la magia a la bruja. Sí, nos dicen que todo eso es un cuento, pero que también es real y accesible para ti. ¿Verdad que ese es el mejor encantamiento de todos?

      Repetidas veces a lo largo de la vida yo he hecho algo parecido: mostrarme al mismo tiempo que trato de preservar el misterio; permitirme a mí misma dar miedo al tiempo que necesitaba asegurar a los demás que no represento ninguna amenaza, resistiéndome a quedarme estancada en un solo extremo.

      Siempre estamos intentando clasificar las cosas. Poner los dos extremos en sobres diferentes, bien etiquetados, y cerrarlos con un lengüetazo. Nos resistimos a comprender los matices de cada instante, y eso se multiplica por diez en las mujeres. O son mojigatas o son furcias, o son pasivas o son invasivas, o son muñequitas o son arpías, o son rameras o son brujas. Si muestras interés por la moda y la belleza, y por los vestidos deslumbrantes, te consideran sosa y superficial, o no te consideran, o bien terminas siendo digna de desconfianza. Si expresas en voz alta tus opiniones o cuentas lo que ambicionas, o hablas mucho o ríes muy alto, eres dominante, ansiosa, una arpía o una bruja.

      Quizá el regalo más grande que nos ha hecho L. Frank Baum ha sido la visión en todo el espectro tecnicolor del poder femenino.

      Sí, yo soy una bruja buena y una buena persona, pero también soy mucho más compleja que todo eso. Mi intención es ponerme una capa negra sobre mi proverbial vestido rosa. Reírme con todas mis fuerzas y enfadarme mucho, y defenderme a mí misma y también a las personas que me importan. Quiero sacar mucho más de la vida que andar por ahí flotando suavemente en el interior de una burbuja. Quiero ponerme el sombrero puntiagudo y llevar la corona a la vez. Vivir con tanta intensidad como pueda, tal y como soy. Ser mala y encantadora, salvaje y plena. Quiero ser mucho más, y no limitarme a tener que elegir entre cualquier cosa.

      Sin embargo, lo que deseo de verdad, en lo más íntimo de mi ser, es vivir en una tierra mágica que dé valor a todo eso: a la bondad de Glinda, al regodeo de la bruja Gulch, al arte de Margaret Hamilton y a la promesa de Matilda Joslyn Gage. Y poder llamar a ese lugar «mi casa».

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4R4MRXhpZgAATU0AKgAAAAgADAEAAAMAAAABF8oAAAEBAAMAAAABJXYAAAECAAMAAAADAAAA ngEGAAMAAAABAAIAAAESAAMAAAABAAEAAAEVAAMAAAABAAMAAAEaAAUAAAABAAAApAEbAAUAAAAB AAAArAEoAAMAAAABAAIAAAExAAIAAAAkAAAAtAEyAAIAAAAUAAAA2IdpAAQAAAABAAAA7AAAASQA CAAIAAgALcbAAAAnEAAtxsAAACcQQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIENDIDIwMTkgKE1hY2ludG9zaCkA MjAyMDoxMToxOSAwOToyODoyMQAABJAAAAcAAAAEMDIzMaABAAMAAAABAAEAAKACAAQAAAABAAAH cqADAAQAAAABAAALuAAAAAAAAAAGAQMAAwAAAAEABgAAARoABQAAAAEAAAFyARsABQAAAAEAAAF6 ASgAAwAAAAEAAgAAAgEABAAAAAEAAAGCAgIABAAAAAEAAByCAAAAAAAAAEgAAAABAAAASAAAAAH/ 2P/tAAxBZG9iZV9DTQAB/+4ADkFkb2JlAGSAAAAAAf/bAIQADAgICAkIDAkJDBELCgsRFQ8MDA8V GBMTFRMTGBEMDAwMDAwRDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAENCwsNDg0QDg4QFA4O DhQUDg4ODhQRDAwMDAwREQwMDAwMDBEMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwM/8AAEQgA oABmAwEiAAIRAQMRAf/dAAQAB//EAT8AAAEFAQEBAQEBAAAAAAAAAAMAAQIEBQYHCAkKCwEAAQUB AQEBAQEAAAAAAAAAAQACAwQFBgcICQoLEAABBAEDAgQCBQcGCAUDDDMBAAIRAwQhEjEFQVFhEyJx gTIGFJGhsUIjJBVSwWIzNHKC0UMHJZJT8OHxY3M1FqKygyZEk1RkRcKjdDYX0lXiZfKzhMPTdePz RieUpIW0lcTU5PSltcXV5fVWZnaGlqa2xtbm9jdHV2d3h5ent8fX5/cRAAICAQIEBAMEBQYHBwYF NQEAAhEDITESBEFRYXEiEwUygZEUobFCI8FS0fAzJGLhcoKSQ1MVY3M08SUGFqKygwcmNcLSRJNU oxdkRVU2dGXi8rOEw9N14/NGlKSFtJXE1OT0pbXF1eX1VmZ2hpamtsbW5vYnN0dXZ3eHl6e3x//a AAwDAQACEQMRAD8A1eqU2Mc2zcW0vaWWtdJbI/SMf/J/4z8xYeVdLnhx3AgvaXjQR+6zaHeps/8A Sq0sh9nT2QC3KwbXEEueXVmsgnZLd/p5DY2exZZc2oXFhdcxzS9m5v6QzodzfzbK2fSd+eqeKI1m QdNauxxfu/y4P/C/W7UCIRAP62MPTjrH/OH55SnDi9UscP1fB/SP8l6HV6dmsdRVRaHMuaSxrbBt Ou303On812/02P8A5av0MI