Marco Antonio Vélez Vélez

Michel Maffesoli


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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_a782dfff-cb56-53af-ad35-376d06044e28">32. En ocasiones, Maffesoli concibe los conceptos de episteme de Michel Foucault y de paradigma de Thomas Kuhn como generando visiones epocales, de conjunto, del conocimiento, aunque es difícil pensar en una visión global de lo epistémico en Foucault, pues la episteme en este último está definida por formas localizadas de discurso, generadoras de positividades: vida, trabajo y lenguaje para el siglo xix. Por otro lado, si es el caso de una episteme posmoderna, sus referentes son: lo analógico, las correspondencias, la simbolización, el holismo, la simpatía y la semejanza. En Maffesoli advienen una ontología, una epistemología y una socialidad posmodernas.

      33. Zygmunt Bauman, Modernidad y ambivalencia (Barcelona: Editorial Anthropos, 2005).

      34. Existe un recurso no teorizado por Maffesoli al concepto estoico del logos espermatikos, es decir, a la idea de una razón seminal, razón en la cual se ve reflejada nuestra homología con la divinidad. Para este tema ver: Pierre Hadot, La ciudadela interior (Salamanca: Alpha Decay, 2013). Para quien quiera profundizar en una visión del estoicismo romano desde la perspectiva del cuidado de sí, ver: Michel Foucault, La hermenéutica del sujeto (Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2004). Foucault aborda dicha temática desde una formulación sobre el arte de la existencia, tema que retomará Maffesoli al caracterizar la dimensión ético-estética de las tribus posmodernas.

      35. Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra (Madrid: Alianza Editorial, 1978).

      36. Esta reducción de la razón a entendimiento es el paso de las ideas a las categorías, cuya determinación se mueve en los dominios de las condiciones de posibilidad de la experiencia. Horkheimer y Adorno, Dialéctica de la ilustración.

      37. Guy Debord, La sociedad del espectáculo (Valencia: Pre-Textos, 2002).

      38. Carlos Marx, El capital (Barcelona: Edaf, 1967).

      39. José Manuel Bermudo, Filosofía política. III. Asaltos a la razón política (Barcelona: Serbal, 2005), 298.

      40. Max Horkheimer, Crítica de la razón instrumental (Madrid: Trotta, 2002). Ver el capítulo “Medios y fines”. Aquí el pensador alemán hace una nítida diferencia entre razón objetiva y subjetiva. La primera está ligada a los grandes conceptos que son, a su vez, ideales de la tradición filosófica. Y como razón subjetiva se presenta aquella disponible en el individuo como capacidad de inferencia y capacidad calculística.

      41. Maffesoli, El conocimiento ordinario, 98.

      42. Maffesoli, Elogio de la razón. Esta unicidad de la razón se contrapone a la idea de razón abstracta y separadora de la modernidad. Allí en la razón sensible convergen: lo racional y lo no racional, lo racional y lo imaginario, lo racional y lo intuitivo, polaridades escindidas por la razón instrumental moderna.

      43. Paul Diel, El simbolismo en la mitología griega (Barcelona: Labor, 1991), 238-9.

      44. Un parentesco con el Herbert Marcuse de Eros y civilización es visible en estos planteamientos. Solo que Marcuse parte de la interpretación freudiana de la cultura, mientras que Maffesoli se sitúa en la heterodoxia de los arquetipos jungianos.

      45. Xavier Costa, “De la orgía. Dioniso sin el bálsamo y la fiesta de Grecia”, Revista Anthropos. Huellas del Conocimiento, no. 215 (2007): 200.

      46. Vicente Verdú, “Una mirada a la violencia social”, El País Semanal, 8 enero, 2006, 12.

      47. Brote de una lucha en la perspectiva de las sociedades posmodernas. Los jóvenes de padres inmigrantes se sienten como republicanos de segunda en la Francia ilustrada. Su emerger no puede ser menos que inarticulado, no representado.

      48. Marcel Detienne, Dioniso a cielo abierto (Barcelona: Gedisa, 2003), 78.

      49. Michel Maffesoli, L’ombre de Dionysos. Contribution a une sociologie de l´orgie (Paris: Libraire des Méridiens, 1985).

      50. Ángel Enrique Carretero Pasín, “La misteriosa naturaleza del vínculo societal”. Revista Anthropos. Huellas del Conocimiento, no. 215 (2007): 83.

      51. Berman, Todo lo sólido, 83.

      52. Maffesoli, L’ombre de Dionysos. Este libro, publicado en francés en 1985, asume los presupuestos de un lenguaje muy cercano al texto El erotismo, de Georges Bataille. De este último autor ver: Georges Bataille, El erotismo (Barcelona: Tusquets Editores, 1979). La antiproducción se sitúa del lado de lo sagrado, aunque en principio Maffesoli no lo plantee en estos términos. Una diferencia entre ambos autores se sitúa al nivel de la insistencia de Bataille en las nociones de gasto, desperdicio y dispendio energéticos. Maffesoli se coloca más del lado de la efervescencia y la organicidad propiciadas por el orgiaismo. El uno habla de economía general, el otro (Maffesoli) de ecología generalizada.

      53. Luis Enrique Alonso y Carlos J. Fernández, “La postmodernidad cálida”, Revista Anthropos. Huellas del Conocimiento, no. 215 (2007): 74.

      54. “l’ivresse, l’excés, la prostitution, la débauche, tout cela renvoie a la fusion matricielle, communautaire et par voie de consequence a la fecondité social”. Maffesoli, L’ombre de Dionysos, 65.

      55. La autonomía de la sexualidad contemporánea se sitúa del lado de este dionisismo invocado por Maffesoli. El principio del placer colocado por encima del principio de utilidad sexual, manifestado en el solo interés por la procreación, da cuenta de una sexualidad que, como relación, busca estar emancipada del lazo prometeico. La diversidad de lo erótico, la búsqueda cada vez más fuerte de una ars erótica y la erogeneidad intensificada, el orgiaismo, expresarían esta posibilidad no acumulativa de lo sexual en la sociedad posmoderna, darían cuenta de su carácter fusional.

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