Dirección de la obra: José M. Parramón Vilasaló
Texto: Jesús Ballaz
Ilustraciones: Horacio Elena
Editor: Rafael Marfil Mata
Editor auxiliar: Isidro Sánchez
Documentación: M. Pilar Queralt del Hierro
Layout: José M. Parramón Vilasaló
Portada: Salvador Olmedo González
Ángela Berenguer Gran
1.a edición: septiembre, 1987
© Copyright ParramonPaidotribo—World Rights
Published by Parramon Paidotribo, S.L., Badalona, Spain
Fotocomposición: Llovet, S.A.
ISBN: 84-342-0942-X
ISBN EPUB: 978-84-9910-365-5
En el país de los
esquimales
Jesús Ballal • Horacio Elena
Kunuk, el pequeño esquimal
Se llama Kunuk y es esquimal. Nació sentre los hielos del Océano Glaciar Ártico, en una aldea llamada Qegertat, hace dieciséis veranos. Tiene una hermana más pequeña que él, de nombre Awa.
Viven con sus padres y su abuelo. Este último fue un gran cazador y es un buen narrador de historias; por eso le admiran. De él aprendió el padre de Kunuk. El pequeño esquimal aprende a su vez de los cazadores, con la ilusión de salir algún día a cazar ballenas y narvales. El narval, de la misma familia que la ballena, es, sin embargo, mucho más pequeño.
El frío es muy intenso en aquella terrible soledad. La llanura está helada. De noche aúllan los lobos. Por eso las familias esquimales viven bien unidas en sus viviendas de hielo, llamadas iglús.
Cuando llegue el buen tiempo, los hielos se abrirán y podrán salir al mar, como lo han hecho todas las generaciones de esquimales.
Qegertat, la aldea inuit
Qegertat se asienta en la costa sur de Groenlandia, en una región de hielos perpetuos.
Qegertat es una aldea del pueblo inuit. En lengua esquimal, inuit significa «gente», «hombres». Antiguamente los viejos pobladores de los hielos creían que no había más hombres que ellos. Los demás seres vivientes eran lobos, perros, osos, focas, narvales... No habían visto aún a los primeros blancos, que llegarían en barcos a cazar ballenas o focas.
El esquimal que tenía dos trineos
Durante muchos meses, en el helado invierno polar, los esquimales no ven la luz del sol. Parece como si el rey del calor y la vida temiera que sus rayos se helaran en los interminables hielos.
En el corto verano, aunque sigue haciendo frío, los días son más agradables. El sol permanece fijo en el horizonte, como si quisiera compensar al pueblo esquimal por la oscuridad invernal.
¡Todo eso, el frío y la luz, sus historias y sus costumbres, hacen la vida del pueblo inuit tan diferente de la de los blancos...! Tienen que ir cubiertos de pieles, alimentarse con grasas, dedicarse a cazar en verano yalmacenar alimentos para el largo invierno...
Los blancos llegaron a aquellas costas y se comportaron como si fueran suyas. Fueron ellos quienes actuaron como bárbaros, exterminando brutalmente todos los animales, ysin embargo trataron de salvajes a los inuit.
En son de burla empezaron a llamarles esquimales, que significa «comedores de carne cruda».
—¿Y qué importa que comamos carne de foca y pescado cruda? —se queja Kunuk—. Sabemos manejar el trineo mejor que ellos y también podríamos reírnos de su piel pálida como la nieve o como los osos blancos...
El muchacho se siente orgulloso de ser esquimal. No entiende por qué dicen los blancos que sus costumbres son salvajes. Es cierto que comen carne cruda, pero también es verdad que es un pueblo alegre ysociable que admira al esquimal que tiene un buen trineo y al mismo tiempo es capaz de reírse del que tiene dos, porque nunca podrá utilizarlos a la vez.
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