AL FINALIZAR ESTE CAPÍTULO HABRÁ APRENDIDO:
•Las diferencias entre la fotografía de boda y otras especialidades fotográficas
•¿Qué buscan los novios al seleccionar un fotógrafo para su boda?
•Las condiciones en que se desenvuelve el fotógrafo de bodas
•Las claves de las fotografías de boda excelentes
El auge de la fotografía de boda
Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, la fotografía de boda no constituía una especialidad en sí misma. Los fotógrafos profesionales tomaban un único retrato en estudio de la pareja con el atuendo para la ceremonia. Habitualmente esa fotografía, muy cuidada en su iluminación y frecuentemente retocada a mano, era el único testimonio gráfico producido por un profesional de la fotografía.
Más adelante, desde 1960 a 1980, se observa una expansión del negocio de la fotografía de boda al incorporarse cámaras de menor tamaño, películas más sensibles y flashes electrónicos portátiles que permitían realizar un reportaje completo de la ceremonia y la celebración posterior. La fotografía de boda salta del estudio a la calle buscando producir reportajes con un relato de los acontecimientos más importantes de ese día. No obstante, el uso de películas fotográficas de precio elevado y la necesidad de su revelado por laboratorios profesionales suponían un coste importante que obligaba a mantener acotado el número de fotografías. Por ello, los fotógrafos efectuaban muchas fotografías de grupo y posadas que restaban frescura y espontaneidad a la cobertura del evento. En esos años los laboratorios fotográficos incorporan servicios de revelado y encuadernación de álbumes fotográficos, que constituyen el principal producto vendido por los fotógrafos de boda. También introducen la producción del vídeo de la boda que se constituye en otro producto imprescindible para las parejas que se casan a partir de 1980.
A finales de la década de 1990 la fotografía de boda empieza a tener un gran reconocimiento popular. Entonces comienza a ser una especialidad reconocida y con infinidad de aspirantes a iniciarse en dicho campo. Una de las razones de ese auge puede que se encuentre en el descenso de oportunidades de trabajo en otros sectores, tales como el periodismo gráfico, la fotografía de moda o la publicidad. Ello ha promovido que muchos buenos profesionales de dichos campos hayan migrado a la fotografía de boda, aportando una valiosa renovación en las ideas y procedimientos.
Así mismo, algunas mejoras técnicas en los equipos fotográficos han facilitado mucho el trabajo de los fotógrafos de boda y la expansión de sus posibilidades creativas. Las altas sensibilidades ISO que pueden usarse en los modernos sensores digitales combinadas con las ópticas mucho más luminosas, permiten realizar fotografías en interiores con las luces existentes, sin necesidad de que el fotógrafo tenga que añadir iluminación suplementaria. Esas luces adicionales suponían un problema importante para el fotógrafo de bodas, por el tiempo necesario para su configuración y la mayor dificultad para poder moverse de forma rápida de un escenario a otro.
El procesado digital mediante programas de edición de imágenes como Adobe Photoshop, Adobe Lightroom o Capture-One ha elevado el listón de calidad y opciones creativas sustancialmente; porque permiten un ajuste preciso del color o su corrección de forma más personal, el retoque de imperfecciones de piel y todo tipo de efectos digitales disponibles para añadir un toque personal del fotógrafo, y no como antes del laboratorio.
Peculiaridades de la fotografía de boda
La fotografía de boda constituye una especialidad en sí misma, aunque comparte equipo, técnicas y procedimientos habituales de los reporteros fotográficos. Sin embargo, tiene algunas peculiaridades que requieren de una especial atención por parte de aquellos fotógrafos que deseen iniciarse en este campo. Veamos cuáles son y cómo se enfrentan a ellas los fotógrafos de boda más experimentados.
El enlace se celebra en un contexto que hace imposible su repetición en caso de error. Pero, a diferencia de otros tipos de reportajes, el error de un fotógrafo de bodas puede conllevar consecuencias importantes al estar vinculado por un contrato. Un reportero de un periódico puede recibir una recriminación de su jefe si no consigue una buena fotografía para ilustrar una noticia. Sin embargo, si un fotógrafo de boda no entregara el reportaje por cualquier motivo, incluso justificado, los novios podrían pedir una compensación legal por daños, como han demostrado varias sentencias de tribunales en diferentes países.
Por ello, los fotógrafos de esta especialidad buscan soluciones técnicas y procedimientos que les permitan garantizar su trabajo ante cualquier circunstancia. Llevar duplicado todo el equipo importante (cámaras, objetivos y flashes) es una de las más habituales. Otros fotógrafos sugieren a los novios realizar sesiones adicionales en días diferentes al de la ceremonia, como pueden ser una preboda, o postboda, no sólo para lograr un desembolso adicional sino, también, como una garantía añadida de contar con un conjunto adicional de fotografías tomadas en un entorno más controlado que el del día de la boda. A lo largo de este libro le iré presentando el equipo y los procedimientos usados por los fotógrafos de El Marco Rojo y Xpression International para asegurar el reportaje en todo tipo de condiciones.
En la imagen puede apreciar una de las muchas bodas de ritual judío que han realizado los fotógrafos de El Marco Rojo. Los novios se encuentran bajo la jupá —palio nupcial— donde el rabino realizará el ritual de unión matrimonial. Los eventos que ocurren en cada parte de la ceremonia, e incluso en la celebración, son bastante diferentes a los de una boda civil o católica, tal como podrá apreciar en detalle en el capítulo 6 donde les acompañaremos en el reportaje de una boda de este tipo. Antes de enfrentarse a un nuevo tipo de ceremonia de boda, busque información en Internet y después consulte a los novios sobre la secuencia de eventos, lo que suele ocurrir en cada uno de ellos y cualquier modificación o sorpresa que tengan prevista.
Nikon D750, 16 mm f/2,8, ISO 800, f/5,6, 1/160 segundos.
Las parejas se casan siguiendo alguno de los numerosos tipos de ritos de matrimonio: cristiano, musulmán, judío, hindú, etc. A pesar de su variedad, todo ritual de boda implica una secuencia de acciones establecidas por parte de los novios y los oficiantes. Conocer dicha secuencia supone una gran ventaja para el fotógrafo, ya que en los instantes previos a cada parte de la ceremonia podrá escoger su equipo o situarse en el punto más adecuado.
Posteriormente, en las celebraciones, también hay un número importante de eventos que vienen dictados por las costumbres de los países, etnias y grupos sociales. No obstante, suele ser frecuente que haya un cierto número de acontecimientos adicionales propuestos por la pareja, sus familiares y conocidos, o, más últimamente, por los planificadores de bodas. Recoja el máximo de información, tanto sobre el ritual elegido como la secuencia de eventos durante la celebración, a través de las entrevistas previas para facilitarle una planificación detallada de la cobertura de la boda.
Aunque sea previsible la secuencia de pasos en una boda, ello no quiere decir que el ritmo de trabajo sea lento. Hay muchos momentos importantes que transcurren a toda velocidad, por ejemplo: cuando llega la novia o cuando se ponen los anillos. Un buen fotógrafo está continuamente atento a cualquier gesto o incorporación de otros personajes a la escena que fotografía, disparando centenares