En la periferia las sociedades están estructuradas a través de estructuras desiguales y antagónicas de organización social.
En cuanto a la dependencia como una teoría del “desarrollo del subdesarrollo”, André Gunder Frank afirmó: “Rechazo la idea de un subdesarrollo ‘original’, una sociedad ‘tradicional’, y por consiguiente el esquema de ‘etapas del desarrollo’. Mi lectura alternativa, planteada en 1963, es la del desarrollo del subdesarrollo. En tal año escribí: ‘Subdesarrollo no es simplemente ausencia de desarrollo. Antes del desarrollo no había subdesarrollo’” (Frank, en Arestis y Sawyer, 1992).
“Fue uno de los críticos más severos de las teorías del desarrollo que vieran la luz durante la década de 1960. Utilizó los términos ‘centro’ y ‘periferia’, de Raúl Prebisch, para expresar relaciones jerárquicas, y afirmó que como el sistema capitalista tiene alcance mundial, el desarrollo de los centros y el subdesarrollo de la periferia son dos caras indispensables del mismo fenómeno, el capitalismo global, quedando la revolución como única alternativa” (Beaud y Dostaler, 1995).
El desarrollo es, en sí mismo, un proceso social; aún sus aspectos puramente económicos trasparentan la trama de relaciones sociales subyacentes… El enfoque de la dependencia analiza los problemas del “desarrollo económico” a partir de una perspectiva de interpretación que insiste en la naturaleza política de los procesos de transformación económica… La novedad de la hipótesis no está en el reconocimiento de la existencia de una dominación externa –proceso evidente–, sino en la caracterización de la forma que asume y de los efectos distintos, con referencia a las situaciones pasadas, de este tipo de relación de dependencia sobre las clases y el Estado.36
Para permitir una interpretación global del desarrollo es necesario estudiar desde el inicio las conexiones entre el sistema económico y la organización social y política de las sociedades subdesarrolladas. No solo en ellas y entre ellas, sino también en relación con los países desarrollados… En este sentido hay que distinguir entre la situación de los países subdesarrollados con respecto a los que carecen de desarrollo. La situación de subdesarrollo se produjo históricamente cuando la expansión del capitalismo comercial, y luego el capitalismo industrial, vinculó a un mismo mercado economías que, además de presentar grados diversos de diferenciación del sistema productivo, pasaron a ocupar posiciones distintas en la estructura global del sistema capitalista… Hay que analizar cómo se constituyeron los grupos sociales internos que lograron definir las relaciones hacia fuera que el subdesarrollo supone. (Cardoso y Faletto, 1969).
En los países subdesarrollados el sistema productivo está esencialmente determinado por las relaciones internacionales… La primera consecuencia de la dependencia consiste en preservar al sector exportador tradicional, lo cual en el plano político implica el mantenimiento del poder por parte de las oligarquías tradicionales decadentes. En países donde estos sectores están controlados por el capital extranjero, esto significa la remesa al exterior de altos beneficios. La industrialización no ofrece perspectivas esperanzadoras… Los intentos de analizar el atraso como el fracaso para asimilar los modelos avanzados de producción, o la modernización, no son nada más que ideología disfrazada de ciencia… La dependencia de los países latinoamericanos no puede ser superada sin un cambio cualitativo de sus estructuras internas y de sus relaciones externas… Todo indica que lo que cabe esperar es un largo proceso de fuertes confrontaciones políticas y militares, que conducirá a los países a un dilema: gobiernos de fuerza, que le abrirán las puertas al fascismo, o gobierno revolucionarios populares, que le abrirán las puertas al socialismo. Las soluciones intermedias (propuestas por CEPAL, UNCTAD, BID) probaron, en esta realidad contradictoria, ser vacías o utópicas. (Dos Santos, 1970).
No estamos en la década de 1970, no solo en términos calendarios, sino también en términos de la globalización real y financiera, la multiplicación de los efectos de contagio y demás. Todo ello requiere la correspondiente actualización. No solo el eje principal del análisis económico tiene que ponerse a tono con las actuales circunstancias, sino también los cuestionamientos globales.
Búsqueda de rentas
Basado en la experiencia argentina, al analizar las actividades de los empresarios, en de Pablo (1991) distinguí entre trabajar y estar ocupado. Lejos de constituir un juego de palabras, el empresario trabaja cuando dedica sus energías a averiguar qué quieren los potenciales demandantes, qué novedades tecnológicas aparecieron en su sector, en qué andan sus competidores, y está ocupado cuando le tiene que prestar atención a los economistas y a los abogados, no se pierde ninguna reunión de la cámara que agrupa a los productores de su sector, o vive pendiente de lo que se les puede ocurrir a los funcionarios que establecen y modifican las reglas de juego relevantes.37
Un elemental comportamiento maximizador les lleva a asignar su tiempo entre trabajar y estar ocupado, en función de la diferente rentabilidad esperada en cada actividad. ¿Por qué es esto importante? Porque el PBI real de un país aumenta, pero en serio, cuando a los empresarios les conviene más trabajar que estar ocupados.
Krueger (1974) modeló un caso particular de este principio cuando comparó los costos que tiene obstaculizar el comercio internacional vía aranceles, o a través de restricciones cuantitativas. En esta última alternativa el costo es mayor “porque el sector privado destina recursos a competir por las licencias”. “En este artículo acuñó el término rent seeking (búsqueda de rentas) (Lal y Snape, 2001),38 una actividad socialmente improductiva, pero privadamente lucrativa, que para lograr sus objetivos utiliza recursos humanos y materiales. Incluye actividades como el lobby, las coimas, etc… Siempre se pensó que la corrupción solo implicaba una transferencia de recursos, pero que no afectaba la producción. A la moderna teoría de la búsqueda de rentas también contribuyeron John R. Harris y Michael Paul Todaro, Yoram Barzel, Gordon Tullock y Richard Allen Posner” (Krueger, en Blaug y Lloyd, 2010).
El enfoque planteado por Krueger en 1974 es fácilmente generalizable, porque su planteo también es aplicable al caso de la promoción sectorial o regional, la aplicación de aranceles diferenciales, el control de los precios, el acceso al crédito o energía eléctrica racionados, entre otros.
Importa destacar que tanto el funcionario que acepta una coima para –por ejemplo– autorizar la importación de un bien sujeto a licencias arancelarias, como el importador que la abona, cometen un delito. Ahora bien, desde el punto de vista de la toma de decisiones, distribuir la responsabilidad total en partes iguales implica no entender la naturaleza del problema. Ejemplo: pensemos en un país cuyo gobierno les dice a los constructores de obras públicas que la única forma de tener trabajo pasa por “retornar” parte de lo que cobran a los bolsillos de los funcionarios. Dada la especificidad de la maquinaria (¿para qué otra cosa sirven los equipos que asfaltan caminos, sino para asfaltar caminos?), el empresario tiene dos alternativas: cerrar la empresa y despedir a todo el personal, o bien abonar los inevitables retornos. No hago apología del delito si parto de la base de que la enorme mayoría de los empresarios opta por la segunda alternativa.
Regulación
Los comportamientos “no angelicales” de los funcionarios difícilmente ocurran en el vacío. Cabe esperar que se desarrollen más cuando las circunstancias resultan propicias, por ejemplo, cuando la intervención estatal resulta necesaria. Tal el caso de la regulación de una economía, campo de estudio donde sobresale Jean Tirole, quien en 2014 obtuvo el Premio Nobel de Economía.
“La organización industrial (OI) estudia el ejercicio y el control del poder del mercado… Con frecuencia la esencia de la regulación consiste en asegurar que el inmerecido poder de mercado no se transforme en mayores precios. Tradicionalmente los reguladores se ocuparon más del nivel de los precios, que de su estructura” (Tirole, 2015). “En materia de OI, en 1951 Joe Bain planteó el paradigma estructura-conducta-performance. Durante la década de 1960 la escuela de Chicago sugirió una diferente relación causal… La teoría del oligopolio es el principal tópico en OI. Tirole jugó un rol fundamental en la transformación que sufrió durante la década de 1980” (Comité Nobel, 2014).