la movilización de recursos
Las oportunidades políticas y los ciclos de protesta social en la laguna de Sonso
Las respuestas de las agencias del Estado
Este libro expone una versión ampliada, actualizada y mejorada de uno de los estudios de caso, el de la Laguna de Sonso, abordado en la tesis doctoral titulada Transformaciones ambientales y acción colectiva en el valle geográfico del río Cauca frente a la agroindustria cañera 1960-2015: tres estudios de casos (Uribe, 2017c), realizada en el marco del Doctorado Interinstitucional en Ciencias Ambientales de la Universidad del Valle, la Universidad Tecnológica de Pereira y la Universidad del Cauca en el periodo de 2014-2017. Tesis doctoral que obtuvo la calificación de meritoria y que fue dirigida por la PhD Aceneth Perafán Cabrera, profesora del Departamento de Historia de la Universidad del Valle.
Esta tuvo como objetivo general “analizar las transformaciones ambientales y las expresiones de acción colectiva ambiental llevadas a cabo por algunas comunidades asentadas en el valle geográfico del río Cauca, para hacerles frente a los impactos producidos por la agroindustria de la caña de azúcar sobre sus territorios y ecosistemas” (p. 16). Uno de sus principales resultados, además de recuperar la historia ambiental y las transformaciones del medio geográfico en esta región, fue la identificación de 61 conflictos ambientales existentes a lo largo de este valle geográfico que cubre tres departamentos en el suroccidente colombiano (Cauca, Valle del Cauca y Risaralda) y que estaban asociados a la expansión de la caña de azúcar.
Una vez comprendido el diseño territorial del valle geográfico el río Cauca por parte de los agentes agrícolas, agroindustriales y del Estado colombiano, la tesis logró identificar 61 conflictos ambientales asociados a este proceso, de los cuales se seleccionaron tres para profundizar en su conocimiento. Estos casos fueron los siguientes: 1) el conflicto ambiental en la laguna de Sonso, municipio de Buga en el departamento del Valle del Cauca; 2) el conflicto por el acceso al agua potable en el corregimiento de Villagorgona, municipio de Candelaria en el departamento del Valle del Cauca; y 3) el conflicto ambiental por contaminación del río Palo, municipio de Puerto Tejada en el departamento del Cauca.
La laguna de Sonso es un humedal léntico que, al ser visto por los españoles en su incursión por estas tierras en el siglo XVI, lo llegaron a denominar la laguna de Agua Grande, pues su extensión en aquella época y su riqueza en diversidad de peces y todo tipo de fauna era de tal magnitud que atrajo la atención de todos los que pudieron llegar a ella. Las dimensiones de aquel entonces no se corresponden con la extensión actual, debido a las transformaciones territoriales que se produjeron a lo largo del tiempo y, sobre todo, en el siglo XX en este humedal.
Según lo señala la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), ente encargado inicialmente del desarrollo regional y luego de los temas ambientales en el departamento del Valle del Cauca, “en la actualidad, hay 49 humedales lénticos, remanentes del complejo hidrológico del Alto río Cauca, con aproximadamente 2.500 ha y 2.000 ha de la laguna de Sonso” (CVC, 2012). Estos humedales hacen parte del entramado natural de Colombia, país que es considerado como uno de los países más megadiversos del planeta. Según se reporta en la Tercera comunicación nacional de Colombia a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales [Ideam], 2017, p. 14). Colombia cuenta con 30 436 especies de plantas (que incluyen 4010 orquídeas, 262 palmas, 1643 helechos y afines, 1636 musgos y afines), 7432 especies de vertebrados (que incluyen 2000 peces marinos, 1533 peces dulceacuícolas, 1889 aves, 763 anfibios, 571 reptiles, 479 mamíferos), 300 000 especies de invertebrados (que incluyen 3274 mariposas, 7000 escarabajos, 2250 moluscos de mar, 398 abejas), 1644 especies de hongos, 1674 especies de líquenes, aproximadamente 59 134 663 ha de bosque natural y 477 575 ha de plantaciones comerciales. Posee parques nacionales naturales a 2016 con 14 268 224,29 ha (59 áreas protegidas); en 2010, tenía 45,3 km² de glaciares; en 2012, contaba con 2 906 137 ha de páramos; a 2014, poseía bosques secos con 720 000 ha; y a 2014 tenía 30 781 149 ha de humedales. Aun así, reporta deforestación promedio anual entre 2012-2013 de 120 934 ha/año.
En este país, la región del valle geográfico del río Cauca es un territorio que ha sido reconocido como de gran importancia económica por su amplio despliegue productivo nacional, debido a que fue convertido en un espacio especializado para la actividad agrícola y agroindustrial. Las decisiones tomadas y las acciones ejecutadas por parte de la élite política y económica de la región en direccionar la especialización de este territorio tuvieron como resultado efectos en la dinámica socioecosistémica y la producción de conflictos ambientales. Por solo citar de entrada un dato de la primera década del siglo XXI, según el documento Conpes 3624/2009, de 20 de noviembre, la distribución del uso del agua para las distintas actividades humanas ha tenido las siguientes características en el Valle del Cauca: para la producción agrícola con el 75,0 %, seguido de la producción industrial con el 14,0 %. y para el abastecimiento doméstico, el 9,7 % (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2009, pp. 9-10).
Una de las características del valle geográfico del río Cauca es su abundancia en fuentes de agua no solo superficiales sino también subterráneas. El agua es un bien que ha marcado la historia de todo este escenario geográfico. El empleo de este bien (o como se le denomina en la sociedad capitalista, recurso natural) ha beneficiado el conjunto de actividades productivas; no obstante, su aprovechamiento intensivo ha dado lugar a un significativo deterioro. Y este deterioro fue producido porque, con la construcción de obras como embalses, canalizaciones y estructuras para riego, se interfirió su dinámica natural y ecosistémica. A ello se le sumó la desecación de la mayor parte del sistema de humedales que se habían formado a lo largo de miles de años a fin de acondicionar estas tierras para la ampliación de la frontera agrícola. Concretamente, la CVC (2012) ha señalado que
en la década del 50 existían 15.286 hectáreas de humedales lénticos en el departamento del Valle del Cauca, a finales de los años sesenta, el 88 % de ellos había desaparecido, principalmente por la adecuación del espacio para la expansión de los monocultivos de la caña de azúcar, desconociendo los atributos, productos y funciones que cumplen estos ecosistemas.
Al ampliar la frontera agrícola, actividades como la ganadería fueron también desplazadas hacia las faldas de las cordilleras, arrasando con ello los bosques (secos, de laderas y de neblina) en las montañas. Según Pizano y García (2014),
en los análisis realizados [...] se encontró que queda menos del 4 % de la cobertura original del BST (Bosque Seco Tropical) maduro en el país. Otro 5 % corresponde a lo que se puede denominar remanentes de BST con algún grado de intervención, lo cual quiere decir que más del 90 % de los bosques secos del país han sido talados. Más de 60 % de estas tierras deforestadas se encuentra actualmente bajo usos agrícolas o ganaderos, y lo preocupante es que más del 70 % de estas tierras presenta degradación y erosión, y más del 65 % desertificación. (p. 15)
Se introdujeron actividades agrícolas, ganaderas, recreativas, urbanizadoras, infraestructuras y monocultivos —intensivos y extensivos— en nombre del “desarrollo” y del “progreso” de la región. Según el documento Conpes 3624/2009, de 20 de noviembre,
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