grandes dificultades de explotación. Estas fincas se eligieron por su estado y situación, vendiéndose preferentemente las menos productivas o de difícil administración.
En cuanto a la naturaleza jurídica, la dispersión geográfica y la diversidad del patrimonio hacen que nos tropecemos con situaciones de todo tipo. Lo más habitual es encontrar al Hospital como propietario pleno de las tierras. Es el caso, por ejemplo, de la situación de las tierras en Alboraia, Alzira, Llíria o Algemesí, realengos donde las únicas cargas serán los diezmos, que recaían en el cultivador, y la contribución del equivalente, sufragada por el propietario. La descripción de las tierras en los libros especifica que se trata de tierras «libres de todo cargo y censo». Pero, aunque parece ser la situación mayoritaria, no puede ser generalizable.
En algunos casos, la tierra esta sujeta a censos enfitéuticos. En ocasiones se trata de lugares de señorío en los que se ha establecido diferentes cultivadores a través de enfiteusis y en los que el dominio útil de la tierra ha recaído finalmente en el Hospital por herencia. Es por ejemplo el caso de las tierras de Torrent y Picanya, cuyos términos formaban parte de la encomienda de Torrent, señorío de la orden de Montesa.[3]
En algunas parcelas donde existía enfiteusis la situación era mucho más compleja. Las parcelas más grandes que tenía el Hospital en la vega de Valencia solían estar cargadas con varios censos enfitéuticos pertenecientes a diferentes instituciones o nobles. Esto podía ser fruto de préstamos o también de concesiones por herencia del dominio directo fraccionado a diferentes instituciones. La reducida cuantía de los pagos y la dificultad de ejercer con eficacia algunos derechos como el de quindenio, que no siempre estaba recogido claramente, perjudicaba mucho su recaudación efectiva.[4]4
En otros casos las tierras se encuentran en lugares de señorío que establecen sobre las parcelas derechos de partición de frutos. Es el caso de Catarroja o Bonrepós en l’Horta. En la primera población las parcelas estaban «muy pechadas de señorío pues se paga de 5 a 1» y en la segunda la proporción aumentaba de 4 a 1. En estos casos la partición de frutos, superior a otras zonas donde sólo se pagaría el diezmo, supone una pérdida importante del valor de las tierras y una reducción significativa de la renta. En el caso de la Pobla de Vallbona, que era también un espacio de señorío, las tierras además de estar sujetas al equivalente, como las restantes del reino, debían pagar anualmente una pecha real ordinaria. En este caso se trataba de un impuesto en metálico que apenas alcanzaba el 1 % de la renta obtenida por las tierras del Hospital en esta población.[5]
Pese a estas diferencias de naturaleza jurídica en las tierras, el Hospital no estableció diferencias en la gestión y control entre las tierras que poseía en propiedad plena o aquellas de las que era propietario del dominio útil. El hecho de ser titular únicamente de este último, como en el caso de Torrent, no impidió que arrendara la tierra sin ningún tipo de cortapisas al igual que lo hacía con tierras en las que tenía la plena propiedad. Lo mismo ocurría con las tierras con independencia de encontrarse en lugares de señorío o de realengo, siempre arrendó las tierras sin limitaciones de ningún tipo. Por tanto, la renta feudal y la renta de carácter capitalista podían convivir sobre las mismas parcelas, de la misma manera que en muchas tierras lo hacían la enfiteusis y el arrendamiento.
Como veremos a continuación, lo más llamativo es que, a pesar de la difícil coyuntura de la economía agraria valenciana durante las primeras décadas del XIX y al desarrollo de varias fases del proceso desamortizador, el patrimonio del Hospital mantuvo un destacado crecimiento. Las donaciones e incorporaciones superaron con creces las pérdidas patrimoniales. La dinámica de acumulación de tierras no se interrumpió y, pese a algunas ventas, el saldo parece ser siempre positivo. De hecho, los datos que veremos más adelante indican que entre 1790 y 1850 el Hospital multiplicó la superficie de sus propiedades por 2,42 y su renta pactada por 2,34, una vez deflactada.
Pero este saldo positivo no es el fruto de una política inversora fuerte ni de la capacidad económica del Hospital para generar por sí mismo un importante patrimonio, sino principalmente el resultado del apoyo de las instituciones y los sectores sociales que lo fomentaban. La dinámica económica del Hospital, sumido habitualmente en problemas de déficit, era incapaz de generar un incremento patrimonial. Pero el apoyo de la Iglesia, de las autoridades civiles, tanto del Antiguo Régimen como las del sistema liberal, y de los sectores más acomodados de la sociedad valenciana, dio lugar a un significativo proceso de acumulación patrimonial. Por tanto, el «éxito» del Hospital no es el resultado de su propio auge económico, sino de la confluencia de intereses y el empuje decidido de los sectores sociales que lo apoyaban proveyendo periódicamente su patrimonio para mantener su labor benéfica.
2. EVOLUCIÓN DEL PATRIMONIO: UN LLAMATIVO PROCESO DE ACUMULACIÓN
El estudio del patrimonio del Hospital es una tarea compleja dado el tamaño, la distinta naturaleza de sus propiedades y las variaciones que sufrió a lo largo del tiempo. Para analizar su composición y evolución hemos realizado inventarios, utilizando los libros de tierras, de todas las fincas rústicas y su renta en tres momentos diferentes: 1790, 1823 y 1850. Los inventarios, distanciados por algo más de 25 años, nos dan una referencia para analizar los cambios a lo largo del periodo. Los resultados de los tres cortes están reflejados en los cuadros 2.1, 2.2 y 2.3. Con la intención de facilitar la exposición hemos elaborado gráficos y cuadros más simples, que resumen la información de forma más concreta.
Para analizar la evolución real del volumen de la renta obtenida por el arrendamiento de su patrimonio rústico hemos deflactado los valores nominales utilizando la media del precio del trigo en el año del corte, el anterior y el posterior. Los datos sintetizados del crecimiento patrimonial del Hospital en renta y en libras puede verse en el cuadro 2.4 y su representación visual en el gráfico 2.1.
Con el fin de conocer con más detalle la trayectoria del patrimonio es fundamental analizar también los aspectos cualitativos. Intentaremos para ello analizar la composición del conjunto de propiedades rústicas según el tipo de tierras.[6] Los gráficos 2.2 y 2.3 refleja las variaciones absolutas y porcentuales de la superficie según en la calidad y el tipo de tierra en los tres cortes cronológicos realizados. En los gráficos 2.4 y 2.5 hemos reflejado las variaciones también porcentuales y absolutas de la renta percibida según los tipos de tierra.
Dispuestos a añadir elementos cualitativos y plantear explicaciones más precisas, hemos indagado también en su distribución geográfica y las modificaciones que sufre esta distribución lo largo del tiempo. Las tierras del Hospital se concentraban en la actual provincia de Valencia, especialmente en las comarcas centrales. Pero la institución es propietaria de tierras en un amplio y disperso número de términos e incluso en las provincias de Castelló y Alacant. La dificultad de gestionar un patrimonio tan disperso, hizo que se organizara en torno a diferentes administraciones subalternas que se centralizaban en la población más importante. La administración del Hospital en Valencia controlaba el patrimonio cercano a la ciudad y algunas parcelas de particular importancia. El control de las tierras más alejadas era encargado a administradores subalternos. La administración de Llíria reunía las propiedades de la comarca del Camp de Túria y algunas escasas tierras en la Foia de Bunyol. La de Alzira las explotaciones localizadas en la Ribera Alta y Baixa. La administración de Sagunt recogía las tierras de la comarca del Camp de Morvedre. Y la de Xàtiva las propiedades de la Costera, la Vall d’Albaida y el Comtat. Las administraciones de Alicante y Castellón controlaban ambas provincias.[7] Los datos de superficie y renta de las administraciones y su valor en porcentaje se muestran en los cuadros 2.5 y 2.6.
Toda la extensa información que hemos recogido en torno al patrimonio rústico del Hospital nos permite plantear algunas conclusiones acerca de cuál fue su trayectoria, los factores que