más recientes y estimulantes trabajos dedicados a las elites se han resentido positivamente de los influjos derivados de las innovaciones introducidas en el campo de la historia social y la historia política. En otras palabras, han constituido un terreno de encuentro y de relación entre las nuevas orientaciones metodológicas que han surgido en estos dos ámbitos de la historiografía italiana.
No voy a aportar un mapa completo de esta producción, sino que intentaré más bien explicar algunas de las líneas que predominan. Una primera observación que podemos proponer se refiere, al menos con referencia al arco cronológico que aquí nos interesa (el discurso sería exactamente opuesto para el fascismo y para la época republicana), al vistoso declive de los estudios dedicados a las elites políticas nacionales. Pocas excepciones en este sentido, entre las que merece señalarse el trabajo de Cammarano y de Piretti sobre los diputados.52
Sin embargo, parece mantenerse estable el interés por las elites políticas locales: tras la «primera generación» de estudios –caracterizados por una orientación entre la historia urbana y la historia de la administración– que vieron la luz a partir de finales de la década de los 80 por obra, entre otros, de Anna Millo,53 Aurelio Alaimo,54 Roberto Balzani,55 Carlotta Sorba,56 Stefano Magagnoli,57 Alfio Signorelli,58 se han añadido más recientemente otros trabajos entre los que destacamos los dedicados a Génova,59 a algunas áreas de la región del Lacio,60 Milán,61 Reggio Emilia,62 Prato,63 Siracusa64 y Mantua.65
Una nueva perspectiva de estudios, olvidada durante mucho tiempo, parece ser la que se abrió con el análisis de las instituciones provinciales, el organismo que en el ordenamiento descentralizado italiano se coloca en un nivel intermedio entre el Ayuntamiento y la Región.66 Junto a obras de corte general sobre la historia de algunas instituciones provinciales individuales,67 especialmente interesantes –y en línea con una nueva orientación surgida en los estudios de historia de la administración–,68 aparecen los primeros intentos de realizar perfiles prosopográficos de los elegidos en los consejos provinciales:69 desde este punto de vista, el estudio de la composición de los elegidos ofrece, de hecho, significativas indicaciones sobre las características de las elites locales, así como igualmente interesantes se están manifestando algunas biografías de alcaldes.70
Excepto para algunos sectores en los que se ha consolidado una buena tradición de estudios, también en Italia, como en el resto de Europa,71 sigue existiendo un fuerte retraso en el estudio de las elites administrativas.72 Podemos afirmar que el único sector de investigación en el que existe una producción que ya tiene una tradición consolidada es el de los prefectos.73 Parecen en cambio todavía frágiles los conocimientos sobre los altos funcionarios de los ministerios,74 mientras que entre los otros aparatos administrativos del Estado merece la pena señalar el importante estudio llevado a cabo sobre los miembros del Consejo de Estado de 1861 a 1948.75
Algunas novedades surgen de otras líneas de investigación: nos referimos en particular al estudio de las elites científicas, en el que se han producido interesantes pasos adelante, tal como se desprende de la documentada reseña publicada recientemente por Giuliana Gemelli;76 al de las de los militares, sobre todo con una referencia específica a los oficiales de los distintos cuerpos;77 y al de las de los magistrados.78
Por el contrario, en otros sectores la investigación ha ido mucho más despacio. Es el caso, por ejemplo, de las elites diplomáticas, que durante los años pasados eran el centro de estudios79 significativos –en la actualidad prácticamente parados–,80 y de los periodistas.81
El estudio de las elites económicas tampoco parece gozar de demasiada buena salud. Por lo que se refiere a un enfoque general de la historiografía de este específico ámbito de estudio, aconsejo tomar como punto de referencia las consideraciones desarrolladas por Andrea Giuntini en su aportación y la bibliografía que en ella se reseña, limitándome a señalar que, al lado de algunos trabajos de corte biográfico, un proyecto preparado durante mucho tiempo como el Dizionario biografico degli imprenditori de la Enciclopedia Italiana nunca se desarrolló y permanece bloqueado desde hace tiempo.
Una mención aparte merecen algunos trabajos dedicados a las elites hebraicas, que por sus características se sitúan en el límite entre los distintos campos de investigación: me refiero al trabajo de Tulia Catalan sobre la comunidad hebrea de Trieste y al de Barbara Armani sobre la de Florencia.82
El sector que ha registrado los resultados más interesantes, abriendo nuevas perspectivas de investigación, es sin duda el de las profesiones. Disponemos de algunos trabajos de conjunto83 y de una importante monografía de tipo comparativo,84 además de una serie de importantes estudios sectoriales sobre las principales profesiones liberales: los abogados,85 los notarios,86 los ingenieros,87 los médicos.88
En conjunto, el cuadro se presenta, por lo tanto, muy variado, con fuertes desequilibrios entre algunas áreas de investigación que aparecen ya bien exploradas y otras que al contrario resultan todavía vírgenes o poco frecuentadas por los historiadores italianos.
5. LOS PROBLEMAS ABIERTOS Y LAS PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN
Partiendo de este cuadro que hemos trazado hasta aquí, podemos intentar determinar algunas de las perspectivas de investigación que permanecen aún abiertas en el estudio de las elites italianas.
Digamos enseguida que estas elites están vinculadas a la superación de algunos problemas de fondo que han limitado