Jordi Lopesino Corral

Aprender astronomía con 100 ejercicios prácticos


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rel="nofollow" href="#u6086942a-a4c4-5264-af0a-44b67af9bea0">072 Observación de estrellas dobles

       073 Observar y buscar estrellas variables

       074 Observación de exoplanetas

       075 Guías y libros de observación

       076 Mi observatorio fijo

       077 Tipos de observatorios astronómicos amateurs

       078 El observatorio definitivo: cúpulas y otros inventos

       079 Qué telescopio necesito

       080 Cámaras CCD, configuraciones

       081 Cómo conectarlo todo

       082 Software imprescindible para que todo funcione

       083 Plataforma Ascom

       084 Guiado del telescopio

       085 Enfoque del telescopio

       086 Rueda portafiltros y filtros astronómicos

       087 Catálogos estelares

       088 Observatorio remoto

       089 Observatorio robótico

       090 Detector de nubes. ¡Que llueve, que llueve!

       091 Cámara All Sky

       092 Elbrus. ¿Dónde está apuntando el telescopio?

       093 CCDcomander

       094 Astrometría con Astrometrica

       095 Focas. Fotometría con Astrometrica

       096 Estudio de Cometas

       097 Estudio de Asteroides

       098 Estudio de estrellas dobles y de estrellas variables

       099 Estudio de exoplanetas

       100 Colaboración con astrónomos profesionales

001 El ojo humano

      AUNQUE PAREZCA MENTIRA para hacer astronomía no se necesita un telescopio, al menos al principio; lo único que necesitamos es tener la vista más o menos bien y ganas de aprender cosas nuevas. El ojo es la parte más importante de nuestro equipo de observación. Y estaría bien conocer cómo funciona para poder observar el cielo estrellado a pleno rendimiento. El ojo es un sensor muy sofisticado, es capaz de detectar más de 10 millones de intensidades diferentes pero, ¿cómo funciona? Tenemos tan asumida la capacidad de mirar que no le prestamos la suficiente atención. Con la ayuda de un esquema lo veremos mejor.

      IMPORTANTE

      El ojo humano es 40 veces más sensible en la visión lateral que en la frontal, y un buen astrónomo aprende muy pronto a observar objetos débiles con un telescopio combinando la visión frontal con la lateral.

      1 El primer elemento del ojo que atraviesa la luz es la córnea, la parte transparente del recubrimiento del ojo que cubre el iris y la pupila.

      2 El iris es el músculo que regula la entrada de luz al cristalino. Funciona igual que el diafragma de un objetivo fotográfico: se cierra con la luz brillante, se abre en la oscuridad.

      3 La pupila es la abertura del iris independientemente del grado de luminosidad.

      4 El cristalino es la lente que, detrás del iris, hace converger los rayos de luz a la retina para formar las imágenes.

      5 La retina es una membrana sensitiva situada en lo más profundo del ojo y es la encargada de enviar las señales de imagen al cerebro a través del nervio óptico. La retina tiene dos tipos diferentes de sensores para captar la luz: los conos y los bastones. Los conos son los sensores encargados de la visión en color y de detectar detalles finos. Son más numerosos en la visión frontal. Los bastones son los encargados de la visión en blanco y negro, y son mucho más sensibles a la luz. Son más numerosos en la visión lateral o de reojo.

      6 Antes de hacer astronomía tenemos que aclimatar nuestra vista a la oscuridad, y esto no es sólo una cuestión mecánica del ojo que dilata la pupila en la oscuridad. La dilatación máxima del iris en unos ojos normales es de unos 8 mm. Con la dilatación de la pupila el ojo se sensibiliza unas 15 veces, pero esto por sí solo no es suficiente. El mecanismo de adaptación de la vista es químico. El ojo produce una sustancia química llamada Rodopsina que, después de un proceso que dura entre 15 y 30 minutos, aumenta