nos acompaña eficazmente en esa ardua tarea, hoy más urgente que nunca, de hacernos cargo de lo que está ocurriendo en la esfera económica, y nos recuerda que la acción colectiva orientada al bien común supone un reto que supera nuestra condición de meros consumidores para ofrecernos un camino de construcción activa de nuevas alternativas en las que, como se apunta ya desde las primeras líneas del contenido, la acción colectiva basada en la cooperación encierra una de las principales claves para su consolidación.
PERU SASIA
Presidente de FIARE-España
INTRODUCTIÓN
Las entidades que conforman el Sistema Bancario Español, esto es, los bancos comerciales, las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito, están viviendo un proceso intenso y profundo de transformación dentro del contexto de una intensa crisis económica y social. Pero estos cambios que se están produciendo en las entidades bancarias españolas no son neutrales ni afectan de manera limitada y exclusiva a este sector, sino que sus efectos han sido determinantes en el desencadenamiento de la crisis de la economía real, están repercutiendo negativamente en la salida de la crisis e incluso han obligado al Gobierno español a solicitar a la Unión Europea un rescate bancario por un importe máximo de 100.000 millones de euros.
El saneamiento de la banca española está suponiendo un aumento considerable de la deuda pública española, de aproximadamente tres puntos del Producto Interior Bruto (PIB), lo que produce una pérdida significativa en el poder adquisitivo de los ciudadanos, en la medida en que se van aplicando nuevas medidas de ajuste como la reducción de los salarios, las pensiones y los subsidios de desempleo, el aumento de los impuestos sobre el consumo (IVA) y sobre las rentas del trabajo (IRPF) y nuevos recortes en los servicios públicos (servicios sociales, de sanidad y de educación).
La metamorfosis que ha ido sufriendo la banca española se ha desarrollado en el marco de un modelo productivo basado en el crecimiento desmesurado del sector de la construcción, en la generación de empleo de baja calidad (puestos de trabajo de baja cualificación) y gran inestabilidad (peso desproporcionado de los contratos temporales) y en una política industrial basada en la búsqueda de la competitividad a través de la reducción de costes y, como consecuencia de ello, con una escasa diferenciación de los bienes y servicios (poco diseño, mala imagen y un mínimo esfuerzo inversor en Investigación, Desarrollo e Innovación I + D + i). Lo que ha disparado las inversiones especuladoras en activos financieros de alto riesgo, que durante un tiempo se han traducido en la obtención de dinero fácil y rápido, pero que a la larga se han convertido en activos tóxicos de muy bajo o nulo valor económico, los cuales, unido a la mala gestión y a la injerencia de determinados políticos a través de prácticas corruptas, han provocado la bancarrota de bancos relevantes como Bankia.
La banca española ha sido objeto de numerosos trabajos de investigación y existe una amplia literatura sobre ella en relación con su evolución, protagonismo y relevancia en el crecimiento económico. Incluso se han publicado destacados trabajos sobre el papel de determinados banqueros. Sin embargo, el enfoque que se les ha dado a todas estas investigaciones y publicaciones ha sido principalmente de tipo empresarial, insistiendo en el estudio de la rentabilidad y eficiencia económicas y en el análisis sobre la necesidad de los procesos de liberalización, desregulación y concentración del sector. Se ha tratado, por tanto, de dar una imagen de la banca inspirada en su gran capacidad para generar beneficios económicos y para competir con éxito empresarial en los mercados internacionales, reforzada por los procesos de fusiones llevados a cabo con la finalidad de incrementar su tamaño empresarial.
Así, durante muchos años, las noticias de la prensa económica se han centrado en señalar los récords de beneficios económicos obtenidos año tras año por parte de los grandes bancos españoles, así como su fuerte actividad internacional desarrollada en gran medida en países latinoamericanos.
En cambio, la banca española también ha jugado, históricamente, un papel destacado en la labor de apoyo y fomento a las acciones y proyectos sociales a través de la obra social de las cajas de ahorros y el carácter mutualista de las cooperativas de crédito y cajas rurales. Desde sus orígenes, y durante varias décadas, estas entidades bancarias han contribuido, con sus políticas de expansión del ahorro y el crédito, al crecimiento socioeconómico de las comunidades locales urbanas y rurales, favoreciendo estrategias de financiación de ámbito local dirigidas a las familias y a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Precisamente, esta labor de responsabilidad social de las entidades bancarias es la que está en peligro de desaparición en estos momentos. Las fusiones, reales y virtuales, que se están produciendo en las cajas de ahorros y las cooperativas de crédito debido a las reformas del sistema financiero acometidas recientemente, están debilitando de manera constante pero ininterrumpida, el carácter social de estas entidades, a la vez que están destapando diversos escándalos de corrupción, malversación de fondos, prácticas fraudulentas y mala gestión en general en la banca española.
Pero aunque una parte importante de la banca tradicional socialmente responsable, o ha desaparecido o está en proceso de desaparición, también está surgiendo una nueva banca, la llamada banca ética, que como un pequeño oasis en medio del desierto, significa un respiro para la sociedad civil. La banca ética supone una bocanada de aire fresco dentro del fétido sistema bancario español, que nos permite albergar un mínimo de esperanza; y mientras hay esperanza, hay vida.
La función de la banca ética es la de captar el ahorro de los ciudadanos más comprometidos socialmente, de aquellos que están hartos de ver cómo los bancos destinan su dinero a fines, si no ilegales si al menos poco éticos, para ofrecer financiación al desarrollo de proyectos sociales, educativos y ecológicos, en unas condiciones más justas. Se trata, por tanto, de hacer una banca totalmente distinta basada en los principios de la transparencia, la responsabilidad y servicio a la sociedad, donde lo más importante no es hacer dinero sino qué se hace con el dinero.
El presente libro tiene como objetivo realizar una reflexión crítica sobre la evolución que ha seguido la banca en España y, sobre todo, sobre el papel que ésta ha desempeñado en el desencadenamiento y profundización de la actual crisis económica que vive la sociedad española. También se pretende hacer una reflexión sobre el futuro de la banca, poniendo el énfasis en las posibilidades de desarrollo de la banca ética, como modelo económico socialmente responsable alternativo al modelo de banca convencional y especuladora.
Las crisis han de servir para aprender de los errores, identificándolos, aceptándolos y, sobre todo, tomando las medidas oportunas para que no se vuelvan a producir. De lo contrario, una crisis se convierte en una estafa, en un engaño para la sociedad. Los problemas surgidos en la banca española no pueden ser la excusa para desmantelar el Estado del Bienestar, no pueden ser utilizados para recortar los servicios sociales, educativos y sanitarios alcanzados tras muchos años de sacrificios y esfuerzos. La banca y sus gestores han de estar al servicio de la sociedad, de las empresas y de los ciudadanos y no al revés. No es ético sanear un banco en bancarrota con dinero público a la vez que se recortan los servicios básicos de los ciudadanos, mientras que los responsables de la bancarrota de dicho banco se marchan de rositas y con indemnizaciones millonarias.
La sociedad ha de exigir responsabilidades a los causantes de la crisis, pero sobre todo, hemos de cambiar nuestros hábitos de consumo convirtiéndonos en consumidores responsables. Y eso pasa por depositar nuestros ahorros en bancos éticos, en bancos que revierten nuestro dinero en proyectos sociales y no en actividades fraudulentas y opacas. Es el momento del cambio como consumidores. En este sentido, este libro no solo proporciona información sobre lo que ha pasado con la banca en España, sino que también es un alegato en favor del consumo financiero responsable y en favor de la banca ética.
Las reflexiones que se exponen aquí son el resultado de más de 20 años dedicado al estudio de las entidades bancarias desde una doble perspectiva, estratégica y social, y desde un doble ámbito profesional: como profesor universitario y como consultor externo de empresas. Pretenden ser el resultado de una observación crítica desde fuera del sector, y donde se combinan la doble faceta de profesional relacionado con el mundo de las finanzas y de cliente