se requiere para competir en los mercados globales. La ES también ha adquirido un valor estratégico en vista de que sus aportaciones se encuentran entre las causas que determinan el posicionamiento de países y regiones en la esfera de la geopolítica mundial actual. A esta nueva función de la ES se aúnan los efectos de la transformación que se está llevando a cabo al interior de ésta desde hace varias décadas, entre las que se destacan las siguientes tendencias: 1) la masificación de la matrícula; 2) la consecuente diversificación de las instituciones de educación superior (IES) en diferentes tipos de universidades y centros educativos; 3) el incremento en el financiamiento público y privado en estos sectores; y 4) la internacionalización de este nivel educativo(Altbach, Reisberg & Rumbley, 2009; UNESCO Institute of Statistics, 2009). Cada una de estas orientaciones, junto con un entorno fomentado por las ideas políticas surgidas con el auge de la economía de mercado y del libre comercio a escala global, crearon la necesidad de evaluar el desempeño de la ES con mecanismos distintos a los tradicionales, por parte de gobiernos, asociaciones profesionales, padres de familia, estudiantes y empleadores, entre otras partes involucradas. La respuesta ha sido la implementación de políticas e instrumentos de mayor rigor y sofisticación para el aseguramiento de la calidad, la transparencia y la rendición de cuentas. Para ello, se desarrollaron desde hace dos décadas marcos de referencia, sistemas y herramientas que se han instrumentado por medio de políticas públicas y al interior de las IES, habiendo alcanzando varios niveles de institucionalización en distintas regiones del mundo. Entre estos instrumentos se incluyen la acreditación de programas e instituciones, los sistemas nacionales e institucionales de aseguramiento de la calidad, la comparación estratégica entre instituciones (benchmarking), las clasificaciones como la desarrollada por el Instituto Carnegie y los rankings nacionales y globales (Harman, 2011; Hazelkorn, 2012c).
Los rankings globales de IES son instrumentos de evaluación y transparencia cuya finalidad es comparar el desempeño y la calidad de estas instituciones a nivel mundial. El surgimiento de éstos, al inicio de los años 2000, es una manifestación entre muchas otras de los efectos que tienen la globalización y la economía global del conocimiento en la educación superior hasta el punto de considerarse que son un desarrollo inevitable de este entorno (Hazelkorn, 2012c).Para ello, buscan capturar la realidad compleja de cada institución a través de un conjunto reducido de cifras.
La primera parte del presente capítulo se inicia caracterizando los antecedentes y el desarrollo de estos rankings durante la primera década del siglo xxi (sección 1) para describir a continuación los principales rasgos que los identifican, así como su metodología (sección 2). Posteriormente se señalan las limitaciones de estos instrumentos, identificadas por expertos (sección 3). El texto también se ocupa brevemente de los proyectos U-Multirank, AHELO y U21 Ranking of National Higher Education Systems 2012 como alternativas a estos instrumentos (sección 4). La segunda parte (sección 5) se dedica a examinar la posición que ha adoptado la mayor parte de la ES de América Latina ante los rankings globales, incluyendo los proyectos que se han puesto en marcha como herramientas de transparencia necesarias para la evaluación y el aseguramiento de la calidad.
1. ANTECEDENTES Y DESARROLLO
Los primeros intentos por comparar y jerarquizar las IES se llevaron a cabo en los Estados Unidos a principios del siglo xx, tomando como punto de partida la reputación de sus investigadores. Desde el principio, el prestigio de estos académicos determinó la exclusión de muchas universidades públicas al tener una misión diferente -básicamente la formación especializada de profesionales-, de las instituciones de élite de entonces. Posteriormente, se incluyeron otros criterios para evaluar la calidad de las instituciones como la proporción de estudiantes por profesor, los recursos bibliográficos de la institución y la empleabilidad de los graduados, entre otros. Hacia la década de los 60s, se incorporó el uso de indicadores para medir la producción científica de las universidades con posgrados (Salmi & Saroyan, 2007; Hazelkorn, 2012a). Sin embargo, no fue hasta 1983 cuando apareció el primer ranking nacional en ese país: el U.S. News & World ReportBest College Rankings. La publicación de este ranking en un medio de amplia difusión marcó un hito en su popularidad al convertirse en una guía para los estudiantes que buscan estudiar un pregrado. Paralelamente, varios medios en otros países produjeron sus propios rankings nacionales como fue el caso de The Times, con el Good University Guide, y The Guardian. Se calcula que en la actualidad existen alrededor de 50 rankings de este tipo distribuidos en todo el mundo (Hazelkorn, 2011b).
El primer ranking global, el Academic Ranking of World Universities (ARWU), apareció en 2003 elaborado por la Universidad Shanghái Jiao Tong; el cual se publica anualmente desde el 2006 por la agencia especializada Shanghai Ranking Consultancy. Un año después, el diario The Times produjo el Times Higher Education World University Ranking (THE),1 en parte como reacción al ARWU, en colaboración con Quacquarelli Symonds (QS) hasta 2009. Desde entonces se hace en asociación con la organización Thomson Reuters, lo cual trajo consigo un cambio significativo en su metodología. En 2004 también apareció el Webometrics Ranking of World Universities por el Centro de Ciencias Humanas y Sociales de España. Por su parte, el centro UNESCO-CEPES2 fundó en 2004, el «Grupo de Expertos sobre Rankings Internacionales» (IREG), el cual propuso dos años después un conjunto de principios para normar la calidad y las buenas prácticas de los rankings, ya fuesen éstos de alcance nacional, regional o global, conocidos como «Principios de Berlín para los Rankings de las Instituciones de Educación Superior» (UNESCO-CEPES, 2006). Entre estas normas se destacan el reconocimiento de la diversidad de las IES, la transparencia en la metodología, la medición de resultados en vez de insumos y la incorporación del contexto lingüístico, cultural, económico e histórico en la evaluación de estas instituciones. En 2007, surgió un nuevo ranking global, el Taiwan Higher Education Accreditation and Evaluation Council Ranking (HEEACT) enfocado exclusivamente al desempeño de la investigación. En 2008, se publicaron dos más: el Leiden Ranking por el Centro de Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Leiden, y el World Best Colleges and Universities publicado por la revista US News & World Report con la metodología de QS. En 2009, salió a la luz pública el SClmago Institutions Ranking, World Report 2009; y en 2010, el QS World University Rankings.3 Casi al mismo tiempo, la Comisión Europea lanzó la iniciativa para un ranking global con múltiples dimensiones U-Multirank, con el fin de poder incorporar las distintas funciones que pueden tener las IES, aprovechando los resultados de la clasificación de instituciones U-Map. En 2011, apareció el reporte final sobre la factibilidad de este proyecto (Vught van & Ziegele, 2011). En total, hay 11 rankings institucionales de alcance global en 2012.
Existen también rankings nacionales e internacionales que comparan departamentos, facultades o institutos de una IES con sus similares, como en el caso de facultades de medicina o de leyes. Frecuentemente este último tipo de rankings se publica en medios como The Economist, el Financial Times o el Wall Street Journal para las escuelas de graduados en negocios. Hay también rankings regionales como el de SCImago para Iberoamérica, el de QS para Europa, Asia, África y América Latina, y el CHE4University Rankings por el Centro para el Desarrollo de la Educación Superior para las universidades de habla alemana en Europa, entre otros. Por último, en 2012 aparecieron los resultados de un ranking global de sistemas nacionales de educación superior: el U21 Ranking of National Higher Education Systems 2012 por el Instituto de Economía Aplicada e Investigación Social de Melbourne (Universitas 21, 2012). Otros acontecimientos incluyen el proyecto de IREG (2011) para llevar a cabo auditorías de rankings basadas en los Principios de Berlín.5 Ese mismo año (2011), la European University Association (EUA) publicó el primer reporte Global University Rankings and Their Impact (Rauhvargers, 2011) sobre el estado del arte en el que se encuentran los rankings globales, incluyendo un análisis de sus características y novedades metodológicas.
2. LOS RANKINGS GLOBALES
Caracteristicas
Los rankings globales con mayor influencia,6 ARWU, THE y QS, incluyen sólo al 2.9% de las 17 000 IES que hay en el mundo; es decir, un rango que oscila entre 200 y 500 de éstas (Rauhvargers, 2011). Esta selección