En América Latina un amplio sector de IES, organismos, asociaciones y redes de ES considera que los rankings globales, particularmente ARWU, THE y QS, tienen efectos desfavorables para las universidades y los sistemas de ES de la región. Ello se debe, de acuerdo con estas instancias, a dos razones principales:
Primero, las deficiencias y limitaciones metodológicas de estos instrumentos, las cuales están bien identificadas por los especialistas (sección 3), hacen que el resultado de comparar IES a través de un orden jerárquico no corresponda a la calidad de éstas ni a la realidad de sus resultados.
Segundo, más allá de las limitaciones técnicas anteriores, los rankings globales establecen comparaciones con criterios que -de acuerdo con la posición de AL- obedecen a sesgos vinculados a la naturaleza misma de la globalización, colocando a las universidades de la región en una situación de desventaja, ya que se deja de considerar el papel específico que éstas han jugado en las sociedades latinoamericanas.
La postura que sostiene este sector frente a los rankings se delineó a partir de las conclusiones de la Conferencia Regional de Educación Superior 2008 (CRES 2008),39 organizada por el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO). Posteriormente, el tema de los rankings globales y su impacto en AL fue abordado explícitamente en los siguientes foros y encuentros por la representación latinoamericana y del Caribe:
Ante la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (CMES) que se llevó a cabo en París en el año 2009,40 organizada por la UNESCO como una actitud crítica al uso de los rankings como instrumentos para evaluar el desempeño de IES de la región.
Dos años después, ésta se formuló en detalle durante el IV Encuentro de Redes Universitarias y Consejos de Rectores en América Latina y el Caribe41 como respuesta a los efectos indeseados de los rankings globales en el documento Posición de América Latina y el Caribe ante los Rankings de la Educación Superior(IESALC-UNESCO, 2011).42
Esta misma postura sirvió de antecedente para la presentación del proyecto MESALC en el Foro Global de la UNESCO sobre Rankings y Rendición de Cuentas: Usos válidos e indebidos43 como una alternativa regional a los rankings.
Este texto también fungió como base para fijar una posición más depurada y sobre todo propositivamente más amplia en la Declaración Final del encuentro Las Universidades Latinoamericanas ante los Rankings Internacionales: Impactos, Alcances y Límites44 en la Universidad Nacional Autónoma de México durante mayo de 2012 (UNAM-DGEI, 2012b) con la participación de rectores de universidades latinoamericanas, especialistas y representantes de los rankings THE, QS, Webometrics y SCImago.45
El análisis de la posición latinoamericana que sigue se hace a partir del documento Declaración Final complementado por el texto de «Posición». El primero de estos pronunciamientos se dirige a las autoridades gubernamentales, órganos legislativos, a las agencias que producen los rankings, a los medios de comunicación y a las oficinas de comunicación social de las IES, así como a las universidades mismas. En cada caso se distingue entre consideraciones y recomendaciones, por lo cual el texto aborda los mismos temas en varias ocasiones. Estas repeticiones dificultan la exposición del argumento que se desarrolla a lo largo del documento y por lo tanto pueden entorpecer su comprensión. Con el fin de evitar estas reiteraciones, en lo que sigue sólo se examinan los puntos centrales, sin distinguir a quienes van dirigidos.
De acuerdo con lo expuesto en la Declaración Final las consecuencias indeseadas de los rankings globales para las IES de América Latina son:
La homogeneización de la diversidad de instituciones respecto al modelo predominante de universidad elitista de investigación de los Estados Unidos y la consecuente pérdida de identidad de la universidad latinoamericana (IESALC-UNESCO, 2011).
A pesar de que la redacción de este texto pareciera referirse a hechos, su sentido claramente es resaltar que si las IES de AL adoptaran el modelo de universidad de investigación angloamericano, entonces perderían su identidad. Obviamente esta homogenización no es factible, ni necesaria, ya que en los EEUU sólo algunas universidades son de este tipo en vista de que su sistema de ES es diferenciado como lo atestigua la clasificación Carnegie. Resulta poco claro, por otra parte, qué funciones universitarias específicas se perderían ante una hipotética transformación de este tipo. En esta cita se alude a la tradición de las universidades públicas latinoamericanas de contribuir a aliviar la desigualdad, la pobreza y defender la democracia, además de sus funciones específicamente académicas. Sin embargo, a la luz de los actuales instrumentos de transparencia, aseguramiento de la calidad y rendición de cuentas debe especificarse con mayor precisión este compromiso social. ¿Se trataría de la tercera misión de las IES o de algo diferente?, en cuyo caso ¿cómo se podrían diseñar indicadores para medir esta dimensión? ¿Se refiere esta tradición a la contribución de las IES al desarrollo regional a través de sus aportaciones a la cultura, al medio ambiente y al bienestar de la sociedad? El lenguaje de la tradición no aclara si se trata de estos rubros o de un modelo idiosincrático de universidad, único a la región.46
1 La influencia de estas visiones parciales en tomadores de decisiones a nivel nacional y en las mismas instituciones.
2 Hay efectos indeseables de la difusión de rankings pues se presiona la orientación de las decisiones de política universitaria o de cambio institucional, a partir de la opinión pública que genera; y no en función de un claro proyecto institucional.
Aquí se alude a una consecuencia negativa distinta, externo a la metodología misma: la difusión mediática que alejada de las consideraciones especializadas difunde resultados a partir de una interpretación popular, distorsionada, de estos instrumentos.47
3. Hay un riesgo real de vulnerar la autonomía de las instituciones ejerciendo una fuerte presión para enfocar el esfuerzo institucional sólo en aquellos aspectos que valoran el prestigio.
4. Favorecen políticas de financiamiento diferencial que obligan a las instituciones a responder de mejor manera a los criterios definidos por el ranking. Lo peor es que en una gran mayoría de los casos, los rankings son elaborados por agentes externos a las comunidades universitarias (periódicos, colegios profesionales, empresas, etc.).
5. La deslegitimación de las IES nacionales, en particular de aquellas que impulsan modelos alternativos al de la universidad centrada en la investigación.
Como ya se mencionó, para la posición latinoamericana estas consecuencias desfavorables tienen un doble origen. Por un lado se deben a las deficiencias técnicas inherentes a la metodología de los rankings globales; y por otro, a un sesgo implícito en las evaluaciones que se hacen desde una de las perspectivas de la globalización. Esta distinción busca separar las distorsiones derivadas de una metodología inadecuada, y por lo tanto superable a través de alternativas, de aquellas otras cuyo origen es una cierta ideología.
Efectos de las limitaciones metodológicas en AL
De acuerdo con los documentos anteriores, las características metodológicas de los rankings que afectan desfavorablemente a las universidades latinoamericanas son:
Se totaliza la calidad de una institución a partir de un pequeño conjunto de indicadores de desempeño (IESALC-UNESCO, 2011).
La utilización de los rankings como instrumentos que buscan comunicar el nivel de calidad alcanzado por las instituciones universitarias, tienen un rango limitado de indicadores (IESALC-UNESCO, 2011).
Los rankings constituyen, en el mejor de los casos, comparaciones, basadas en sumas ponderadas de un conjunto limitado de indicadores, frecuentemente asociados a la circulación internacional de los productos de investigación. Estos ordenamientos de universidades no incorporan el conjunto de aportaciones, ni el desempeño de cada institución en su totalidad (UNAM-DGEI, 2012b).
. . .es necesario tener en cuenta que la mayoría de los rankings, utiliza mediciones sobre publicaciones registradas en dos índices de revistas científicas