María Angélica Garzón Martínez

El estudio de la sociología.


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esta forma, propone una primera ley sociológica que, en sus términos, puede denominarse “crecer y multiplicarse”. Esta ley aplica tanto a seres individuales como colectivos. Hace referencia a fenómenos de transformación que van desde la debilidad, la virilidad y la madurez, hasta llegar a la descomposición, decadencia o muerte. En general, el ciclo de la vida.

      El proceso anterior es definido por el autor como evolución, un fenómeno que le resulta “misterioso” y que acompaña la reproducción de la vida, de sus formas físicas, intelectuales y morales. A la vez, dicho proceso se presenta en un escenario de escasez de recursos lo que propone luchas por la supremacía en las que se impone el más fuerte. Estas luchas socialmente se traducen en guerras por territorios, por intereses comercia- les, por independencias o conquistas o por lograr influencia política o social. Así, la primera ley no habla solo de la vida y su reproducción, sino de la confrontación y luchas por imponerse.

      De lo anterior se desprende la segunda ley sociológica que es tomada de la propuesta de selección natural realizada por Darwin e interpretada por Camacho Roldán como una selección antropológica y social, donde tribus, pueblos, razas o imperios débiles sucumben ante colectivos más fuertes y mejor adaptados. Para el autor, la historia está llena de vestigios que testimonian este proceso. La lucha del hombre con la naturaleza y del hombre con el hombre propone una tercera ley sociológica: la asociatividad. Esta ley da cuen- ta de la transformación histórica de las formas políticas que varían de la totalidad a una mayor individualidad y garantía de libertades.

      Para el autor, el devenir de la humanidad ha consistido en grados más amplios y complejos de asociación: la tribu, la ciudad, el Estado, las naciones. Es la necesidad de adaptarse a la naturaleza y sus cambios lo que le propuso en primer término al ser humano la asociación de sus individuos, de allí vino el lenguaje, los sentimientos, la idea de bien común y una estructuración organizativa. También formas regulativas como el derecho, que pueden pensarse en términos universales a manera de un derecho internacional que tiende a perfeccionarse en concepción y aplicabilidad. Así, el objetivo principal de la organización política es garantizar la libertad individual.

      La industria nacional, la agricultura, la conexión del país mediante vías, la constitución de un Estado moderno a tono con sociedades europeas y norteamericanas, las garantías a los derechos individuales, entre otros, no son preocupaciones del pasado. En el país actual —los constantes escándalos de corrupción paralizan, entre otras cosas, el desarrollo de su infraestructura; suenan alocadas las ideas de fortalecer la economía mediante la exportación de productos agrícolas, como el aguacate; campea la incompetencia para constituir un Estado de bienestar, o uno moderno o al menos uno social de derecho, pero en cambio es muy eficiente en reprimir con fiereza la protesta social, la búsqueda de garantía de derechos y la protección de los pactos por lograr la anhelada paz— las inquietudes de Camacho Roldán y sus palabras cobran vigencia.

      La autorreflexión es responsabilidad de la sociología contemporánea. Conocer qué hemos hecho, en qué momento, bajo qué supuestos y con qué fines permite elaborar nuestra genealogía como académicos, académicas, profesionales y gremio sociológico, identificándola y transformándola de ser necesario. Esto es parte del trabajo intelectual y político que la sociedad y nuestro propio ejercicio nos invita a realizar. Conocer nuestros orígenes como pensamiento, ciencia y acción para entender nuestra historia y reconocer en ella alternativas y matrices diversas de pensamiento y acción es la oportunidad que nos ofrece la relectura de este discurso.

      1 Fernando Cubides, “Estudio de la sociología”, en Escuela de litera- tura y filosofía, editado por Fernando Cubides, Luis Javier Villegas y Eduardo Santa, Bogotá: Centro de Estudios Sociales. Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 2004.

      2 Alberto Henao, “La influencia del positivismo en la obra de don Salvador Camacho Roldán”, en Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982, editado por Carlos Uribe Celis, Alberto Henao Valencia y Miguel Ángel Hernández, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2010, 156.

      3 Javier Ocampo López, “Positivismo spenceriano y tradicionalismo en la Constitución de 1886. La regeneración”, Universitas Huma- nística, vol. 15, n.o 26, 2004. https://revistas.javeriana.edu.co/ index.php/univhumanistica/article/view/10163 (Consultado el 2 de octubre de 2020)

      4 Al parecer, según lo documenta Gabriel Restrepo en el prólogo del libro Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982 [op. cit., 9-19], previo al discurso aquí presentado ya se habían impartido clases de sociología en Popayán.

      5 Gabriel Restrepo, “Prólogo a la presente edición”, en Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982, op. cit.

      6 Carlos Uribe Celis, “Semblanza intelectual de don Salvador Camacho Roldán, precursor de la sociología en Colombia”, en Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982, op. cit.

      7 Ibíd., 144.

      8 Ibíd.

      9 Henao, “La influencia del positivismo”.

      10 Gonzalo Cataño, “Salvador Camacho Roldán. Fundador de la sociología en Colombia”, Credencial Historia, n.o 4, 1990. https:// www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/ numero-4/salvador-camacho-roldan-fundador-de-la-sociologia-en-colombia. (Consultado el 15 de junio de 2020).

      11 Miguel Ángel Hernández, “La presentación de la sociología en Colombia, los ejes de una polémica”, en Cien años de la sociología en Colombia. 1882-1982, op. cit.

      12 Cataño, “Salvador Camacho Roldán”.