Pablo Cervera Barranco

El Vía crucis de los santos


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con los atribulados; cuando estás aliviado, estás junto a ti, que eres tu misma flaqueza; porque la virtud y fuerza del alma en los trabajos de paciencia crece y se confirma.

      Oración

      Padre de infinita misericordia, que quisiste que tu único Hijo se sometiera por nuestra salvación al cruel tormento de la Pasión y cruz, concédenos reparar con una vida penitente el mal que hemos cometido y haz que el recuerdo constante de sus llagas nos ayude a no ofenderle de nuevo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

      R/ Amén.

      Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

      R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

      Santa Faustina Kowalska

      V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

      R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

      Palabra de Dios

      Jn 19,13-17

      Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gabbatá. Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dice Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey». Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!». Les dice Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?». Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César». Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él, cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota.

      Reflexión

      Jesús a santa Faustina: No tengas miedo a los sufrimientos, yo estoy contigo [151]. Cuanto más ames el sacrificio, tanto más puro será tu amor hacia mí [279].

      Santa Faustina: Oh Jesús, te doy gracias por las pequeñas cruces, por las contrariedades con las que tropiezan mis propósitos, por el peso de la vida comunitaria, por una mala interpretación de mis intenciones, por las humillaciones por parte de los demás, por el comportamiento áspero frente a mí, por la salud débil y por el agotamiento de las fuerzas, por repudiar yo mi propia voluntad, por el anonadamiento de mi propio yo, por la falta de reconocimiento en todo, por los impedimentos hechos a todos mis planes [343].

      Oración

      Jesús misericordioso, enséñame a apreciar las dificultades de la vida, la enfermedad, cada sufrimiento y a llevar con amor esta cruz cotidiana.

      R/ Amén.

      Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

      R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

      San Pío de Pietrelcina

      V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

      R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

      Palabra de Dios

      Mt 10,38-39

      El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

      Reflexión

      No queremos persuadirnos de que nuestra alma necesita el sufrimiento; de que la cruz debe ser nuestro pan de cada día.

      Igual que el cuerpo necesita alimentarse, así el alma necesita día tras día de la cruz, para purificarse y separarse de las criaturas.

      No queremos comprender que Dios no quiere, no puede salvarnos ni santificarnos sin la cruz, y que cuanto más atrae a un alma hacia sí, más la purifica por medio de la cruz.

      Oración

      Dios omnipotente y misericordioso, que amaste tanto al mundo que entregaste por él a la muerte a tu único Hijo, haz que todos los que creen en él no perezcan, sino que tengan la vida eterna. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

      R/ Amén.

      Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

      R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

      Santa Maravillas de Jesús

      V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

      R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

      Palabra de Dios

      2Cor 12,9b-10

      Con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte.

      Reflexión

      ¿Para qué dejó el mundo, los suyos, cuanto tenía, sino para seguir a Cristo? ¿Para qué la llamó Él con tanto amor, sino para que, siguiendo su palabra, se renunciase a sí misma, tomase su Cruz y le siguiese?

      Entre todo lo que hay aquí para agradar al Señor, escojamos el padecer por su amor, que esto nos enseñó Cristo nuestro Bien y a esto nos convida.

      Oración

      Ilumina, Señor, nuestras mentes, para que meditando los ultrajes que padeció tu Hijo, Jesucristo, sepamos estimar lo que es verdaderamente útil para nuestra salvación y, en medio de las adversidades de la vida, cumplamos siempre tu voluntad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

      R/ Amén.

      Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

      R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

      III. ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez

      San Francisco de Asís

      V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

      R/ Porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

      Palabra de Dios

      Is 57,10

      De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: «Me rindo». Hallaste el vigor de tu mano, y así no quedaste debilitada.

      Reflexión

      Miremos, hermanos, al buen pastor que para salvar a sus ovejas soportó la pasión de la cruz. Las ovejas del Señor lo seguirán en la tribulación, en la persecución y en la ignominia, en el hambre y en la sed, en la enfermedad y en la tentación, y en otras cosas semejantes, y por ello recibirán del Señor la vida eterna. Por ello es gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, el hecho de que los santos actuaran con los hechos y nosotros, diciendo y predicando las cosas que ellos hicieron, queremos recibir por ello honor y gloria.

      Oración

      Padre santo, única esperanza de aquellos que, débiles y heridos, caen; tú conoces lo que hay en cada hombre. Nuestra debilidad hace crecer aún más tu perdón y tu amor hacia nosotros. Haz que, a la luz de tu misericordia, reconozcamos nuestros pasos en falso y, salvados por tu amor, podamos proclamar las maravillas que hace tu gracia en cada uno de nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.

      R/ Amén.

      Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

      R/ Pequé, Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

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