básicas como realizador.
Sociales. Bases de tu interacción personal y que te posicionarán como líder.
Orden: establece una coordinación y una consideración especial del tiempo requerido para cada situación.
Calma: mantente sereno para resolver las constantes inclemencias que van a aparecer.
Constancia: sé fiel a tus ideas, a la trama central del guion y a quienes cooperen en la producción.
Selección: al tratar con un ambiente altamente cambiante, debes acelerar el trabajo, descartando de inmediato cualquier elemento que te retrase.
Firmeza: tienes que resolver las situaciones difíciles rápidamente, sin dudar demasiado, demostrando que estás prevenido. Igualmente, debes ser el primero en dar soluciones necesarias ante los problemas que surjan.
Aquí una acotación. Cuando sientas que estás ante una solución difícil; recuerda “las soluciones siempre van a ser simples… lo difícil es ejecutarlas”.
Relaciones públicas: eres el representante de tu obra y esta, además, dependerá de la expectativa que se genere y por eso es importante entender la tendencia del público y su opinión en alguna escala acerca del proyecto y la trama.
Morales. Te van a permitir una valoración del trabajo que vas a realizar.
Valentía: al ser un rebelde te vas a enfrentar a un ambiente formado por empresas, gobiernos, prensa y públicos, que en su mayoría “tratarán” de mermar tu trabajo. No te puedes desalentar y tienes que seguir.
Justicia: no dejes de ser objetivo y considerado, tanto con el equipo a tu mando como con la historia que vas a contar.
Flexibilidad: las situaciones y escenarios cambiantes te obligarán a adaptarte a las más variadas circunstancias de trabajo.
Entusiasmo: como principal interesado en el éxito del proyecto, te corresponde dar el ejemplo a tu equipo y mostrarte capaz. Serás, por tanto, el primer fan de tu propio trabajo, así como de tus objetivos por cumplir.
Físicas. Hay que tomar también en cuenta las características físicas de la producción, que probarán tu resistencia y voluntad. Debes estar preparado para resistir el agotamiento y el sueño, así como el dolor. A la hora que debas dar un paso al frente para alentar al equipo, tendrás que hacerlo sin quejarte, aunque estés cansado o adolorido, golpeado o con hambre.
Cabe resaltar que como realizador audiovisual serás el individuo más sacrificado por el bien de la historia que se va a contar. Durante el rodaje te despertarás más temprano que nadie, comerás más rápido (o menos), caminarás más, estarás pendiente de más detalles, conversarás con más personas, darás el ejemplo ante cada situación que se suscite y, finalmente, coordinarás todo y te irás a dormir más tarde que nadie, para repetir el proceso al día siguiente… y esa será la parte fácil.
UNA REFLEXIÓN SOCIAL
En este punto me parece propicio comentar la relación con tu entorno, la cual no solo se verá reflejada en tu arte sino que afectará de manera especial la orientación y el estilo de realización, al apuntar hacia metas sociales específicas. Por esto podemos definir al productor de guerrilla en tres niveles:
Es un ser social. Se desarrolla en un ambiente gregario y busca comunicación constante. Su desenvolvimiento se basa en la interacción y la comunicación, todo el tiempo analizando el entorno en el cual querrá insertarse, visualizando tanto posibles alianzas como detractores y cómo deberá actuar en cada circunstancia. Además, construye un público y se debe a él.
Es un ser pedagógico. Busca extender su conocimiento, su metodología, en pro de una masificación y un entendimiento de la comunicación audiovisual. Es un ser político. Está consciente de las condiciones sociopolíticas que afectan su desenvolvimiento y trata de ser un elemento impulsor de cambios para lograr sus objetivos.
Es así como en este medio vas a convertirte en un ‘actor social’, es decir, afectarás (o deberás afectar) el curso de los eventos a tu alrededor; y no hablamos del hecho de dirigir tu producción, estamos hablando de alterar la concepción del público. Como agente sociocultural, no puedes menospreciar la capacidad de congregar al público y masificar un mensaje o, al menos, orientar al público hacia este. Vas a tener la capacidad de entretener e irás tomando conciencia de la diferencia entre ‘Qué quiere ver el público‘ versus ‘Qué debe ver el público’ y ambos muy distintos a ‘Qué está acostumbrado a ver’.
Como te das cuenta, no se trataba solo de “Agarro mi cámara y grabo”. La capacidad de mostrar algo y de masificar el mensaje te obligará a cambiar primero tú mismo. El poder del cual te hablé antes implica que te prepares previamente, y no solo me refiero a la parte teórica, sino a que te sientas capaz de manejarlo. Ahora respira hondo, que empezarás a jugar con la imaginación.