Carmen Lucía Díaz L

Cuerpo, emociones y sentido de vida


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hallazgos. Inicia con un primer análisis sobre cuerpo, emociones y sentido de vida, constituyéndose en una elaboración que permite agrupar estas tres dimensiones de la indagación adelantada en el componente “Organización y vivencia subjetiva”. Junto a este, se sitúa el desarrollo de los análisis del componente de familia, identificado como “Las situaciones de familia en el sufrimiento emocional profundo”, lejano a un ejercicio de caracterización de las familias de origen de los y las estudiantes. Enriquece este capítulo el análisis resultante del doble papel que juega la Universidad en la configuración del sufrimiento y la ideación suicida, pero también como instancia de protección y resignificación: Universidad y comunidad permite estructurar una importante reflexión entorno de los procesos de prevención y acciones orientadas al desarrollo de una mayor comprensión del problema por parte de los actores institucionales y, por supuesto, de los mismos estudiantes, en busca de una mayor autonomía, con oportunidades de resignificación, prevención y participación en sus propios procesos de recuperación. Voces de esperanza y la docencia como acción de cuidado forman parte de este análisis.

      El capítulo cuatro, titulado “Discusión: las relaciones y las conexiones”, desarrolla el enfoque de riesgo articulado a los enfoques psicosocial, de acción sin daño y los análisis de resultados desde la perspectiva de género, planteándose como un capítulo abrebocas para las reflexiones que se vienen desarrollando en torno a los factores incidentes en el sufrimiento emocional profundo y suicidio en los sectores de población más joven de la sociedad. Para no hacerlo más extensivo, se concentra la información en las conexiones y articulaciones de los hallazgos, permitiendo que el capítulo concentre de manera práctica factores orientadores de la intervención institucional y de política en el tema, dejando planteados factores visiblemente incidentes, como la clase, el género, el territorio, y algunos no tan visibles que dejan abierta la discusión sobre categorías enunciadas: las inequidades territoriales de origen, los modelos productivos, las dinámicas de producción y reproducción de las subjetividades, la presencia de las redes sociales y el incremento y papel del sufrimiento emocional en la sociedad contemporánea.

      El capítulo cinco, “Apreciaciones conclusivas, aprendizajes y recomendaciones”, retoma las principales reflexiones orientadoras de la acción institucional en el tema y se constituye en base y soporte de las propuestas de intervención emergentes y presentadas en el capítulo seis, “Casa Tejido de Vida”, así como las recomendaciones de política institucional desarrolladas en el capítulo siete, “Algunos elementos para retroalimentar la política en la Universidad”.

      Como tal, el capítulo seis desarrolla la propuesta de intervención Casa Tejido de Vida desde una perspectiva preventiva distinta, pero complementaria a la atención a la demanda implementada por la Universidad a través de su sistema de Bienestar y salud estudiantil. La propuesta Casa Tejido de Vida busca articular y enriquecer los escenarios de la atención individualizada y de carácter biomédico, con procesos de atención de corte colectivo, psicosocial y socio-familiar, orientados a superar el fraccionamiento tanto en la concepción de la atención, como en los tiempos disruptivos1 en que se realiza la misma. Formas y tiempos altamente cuestionados por las y los estudiantes entrevistados. La propuesta Casa Tejido de Vida despliega y atiende el mapa de factores de riesgo (amenaza, vulnerabilidad, riesgo) y de factores protectores identificados en la investigación, permitiendo además involucrar en la tríada cuerpo, emociones y sentido de vida, indagadas, las dimensiones psicológicas, emocionales, físicas y espirituales2, vinculando a los y las estudiantes como actores principales de sus procesos de cambio, desligándolos y desligándolas del exclusivo papel de “pacientes no activos”, acercándolos a un proceso proactivo de recuperación y resignificación, no solo paliación de síntomas.

      El capítulo siete recoge las recomendaciones de política, donde un paradigma tanto de corte social, inclusivo y participativo tiene cabida como un enfoque integrativo y alternativo de las medicinas, una vez deslindado el tema del sufrimiento emocional profundo y la ideación suicida de la exclusiva responsabilidad de los y las estudiantes, permitiendo transformar su lugar como agentes partícipes del cambio. Las recomendaciones de política reconocen, en consecuencia, la importante presencia de los escenarios colectivos donde la familia3, la comunidad y la institucionalidad académica intervienen y asumen responsabilidad, como fundamentales elementos del accionar institucional sobre los sujetos y su cambio.

      Finalmente se incluye como anexo, una herramienta para trabajar y elaborar el duelo. Es una propuesta orientadora para el desarrollo de talleres de soporte, dirigida a padres, madres, hermanos y/o hermanas de estudiantes que optaron por el suicidio. También se incorpora una guía de trabajo con las familias, como material preventivo y de alertas tempranas. Vale la pena recordar que son solo herramientas recomendadas, que deben ser utilizadas con el cuidado y bajo el rigor de profesionales comprometidos con la vida de las y los jóvenes, desarrollando los principios de la atención y de la acción sin daño.

      El problema de la “salud mental” no es un problema de cada individuo aislado. El problema de la salud mental entendido holísticamente como sufrimiento emocional profundo es un tema-problema que nos compete a todos como sociedad e institución, en el marco de los acuerdos entre lo que consideramos “normal” o permitido y aquello “anormal” que se excluye y oculta. En ese intersticio reside un universo de posibilidades subjetivas, ligadas a las condiciones que el propio medio provee y significa y las que desde un pensamiento alterno se proponen y construyen.

      Esperamos que este primer material motive y genere confianza en la comunidad universitaria para acercarse con respeto, sin miedo y mayor familiaridad a la prevención del suicidio y el sufrimiento psíquico, emocional profundo de nuestros estudiantes: hombres y mujeres, espíritus jóvenes que viven su vida dentro de la Universidad. Seguramente esta apertura alimentará caminos de encuentro con otros importantes sectores dentro de la vida académica: el sector administrativo, el sector de los y las docentes de planta, así como el de la docencia ocasional por prestación de servicio, cada vez más presente dentro de la vida académica de la Universidad. Todas y todos actuando en su conjunto como actores, partícipes configurantes de la vida y emocionalidad de esa subcultura que atañe a las universidades públicas, y concretamente, a la Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá.

      Bertha J. Niño M.

      Agradecimientos

      Esta investigación no se hubiese podido adelantar sin el apoyo de los y las estudiantes vinculados de manera voluntaria a las entrevistas, los talleres y espacios de seguimiento implementados. A ellos y ellas nuestro profundo agradecimiento. Una investigación que escuchó las voces reflexivas de jóvenes que mantienen su espíritu de supervivencia y crecimiento en medio de la adversidad enfrentada.

      Un proyecto nacido de la iniciativa docente y nombrado desde la Rectoría como proyecto de importancia institucional, orientado a comprender el problema del sufrimiento emocional profundo y la ideación suicida en estudiantes de nuestra alma mater, cuyas orientaciones derivadas se convierten en propuesta para la política institucional de Bienestar Universitario.

      Un gran reconocimiento a la profesora Carmen Alicia Cardoso de Martínez, aliada incansable en este proceso, a las profesoras: Bertha Niño, gestora de este proyecto, Eucaris Olaya, Carmen Lucia Díaz y Vilma Torres, a la investigadora Laura Márquez-Ramírez, y a las demás participantes del equipo de investigación 2019 y 2020 por el rigor y compromiso con el que adelantaron este difícil trabajo, aun con todas las circunstancias de la declaratoria de pandemia en contra. Al equipo amplio de la Dirección Nacional de Bienestar y de la Sede Bogotá; a la Facultad de Ciencias Humanas, especialmente a las profesoras Martha Nubia Bello y Alexandra Garzón, por sus aportes como lectoras-par en el informe de investigación elaborado. A José David Primo Cabezas, director ejecutivo de la Corporación de Residencias Universitarias (CRU), y a María Angélica Rangel, trabajadora social de esta corporación, por su trabajo con las y los estudiantes y la solidaridad brindada durante la investigación.

      Al equipo de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión, por su incansable apoyo, acompañamiento y motivación en momentos difíciles.

      Un proyecto de investigación-intervención que permite finalmente al equipo docente vinculado proponer el espacio Casa Tejido de Vida, más allá de