Pedro Alarcón Gómez

Conecducamos


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numerosos temas, los cuales, estudiados de uno en uno, con toda la información que generan, darían para un nuevo libro. Nuestra intención con Conecducamos es seleccionar aquellos contenidos, ideas, estrategias o propuestas que hemos considerado más prácticas y novedosas y que a su vez pueden contribuir mejor a ayudar, facilitar y favorecer la práctica educativa cotidiana en clase y en casa.

      La educación es integral y tiene que tener en cuenta todos aquellos ámbitos de la persona que la hacen única e irrepetible. Desde esta perspectiva, encontraréis en este libro distintas propuestas, ideas, estrategias y técnicas para aplicar y mejorar aspectos que tienen que ver directamente con la personalidad, la educación, la comunicación y el desarrollo físico, cognitivo y emocional. Todo seleccionado con una idea principal: favorecer tu práctica docente, mejorar tu labor educativa en casa y contribuir a que sea más provechoso y mejor aprender juntos.

      Todas las aportaciones que hace la neurociencia y las que exponemos en Conecducamos tienen detrás su rigurosa comprobación y el trabajo decidido, constante y valioso de grandes neurocientíficos/as. Citaremos a aquellos/as que nos han aportado más en nuestro aprendizaje. En este libro no incluimos la reseña bibliográfica cuando escribimos sobre estas aportaciones, para conseguir favorecer una lectura más ágil y efectiva del mismo. Consultando la bibliografía podéis acceder a esta información de una manera más rigurosa.

      Hablar de evidencias, comprobaciones y resultados es fácil, pero en neurociencia, como en cualquier otra rama del saber, las comprobaciones que preceden a las afirmaciones posteriores son numerosas y rigurosas. Por eso, es importante tener en cuenta que siempre que hagamos referencia a estas actividades de comprobación de hipótesis o resultados, tenemos que valorar el gran trabajo que hay detrás, por parte de grandes profesionales que después comparten sus datos y conclusiones, para seguir avanzando en el conocimiento, entre todos.

      Conseguir aportar algo interesante, novedoso o práctico para tu trabajo y práctica educativa es nuestro objetivo y con esa intención elaboramos este libro. Estaremos satisfechos si en alguna medida lo hemos conseguido después de haber dedicado tu tiempo a su lectura. Adelante pues, puedes contactar con nosotros en conecducamos@ gmail.com aprendemos juntos/as.

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       Cerebro, neuronas y aprendizaje

       ¿Conectan tus aprendizajes?

      Aprendemos y educamos desde la conexión:

      • A nivel cognitivo cuando conectamos las neuronas del cerebro.

      • A nivel emocional cuando conectamos nuestros aprendizajes con nuestras emociones y cuando conectamos con las emociones de los demás.

      El cerebro es dinámico, cambiante y es muy plástico, cuanta más estimulación ambiental tiene, más se modifica. El cerebro va cambiando durante toda la vida. Estos cambios están relacionados con la neuroplasticidad que es la capacidad del cerebro de cambiar, modificando o aumentando el número de conexiones entre sus neuronas, contribuyendo así a una mejor adaptación medioambiental y desarrollando un mejor aprendizaje.

      A nuestro cerebro le gusta aprender: desde que nacemos, tenemos ganas e interés por aprender. Aprender es instintivo. Cuando una niña o un niño pequeño cogen un objeto, comienzan de manera instintiva a aplicar lo que podíamos denominar su particular método científico, para descubrir algo más sobre ese objeto: primero lo coge, después lo mira, lo mueve, golpea, lanza, comprueba qué pasa manipulándolo, y así seguirá comprobando, manipulando y formulando sus hipótesis particulares, hasta llegar a sus conclusiones. Es decir, aprende de manera natural.

      Si esto es así, y nuestro cerebro está predeterminado para aprender, ¿por qué después a medida que avanzan los cursos, parece que el interés de nuestros/as alumnos/as por aprender disminuye? Quizás tengamos más adelante algunas respuestas.

      A nivel inconsciente nuestro cerebro hace muchos trabajos, influye mucho en nuestra personalidad y nuestros aprendizajes, sin que nos demos cuenta de ello. Vamos a descubrir algunas de estas actividades, intentando mostrar qué aplicaciones educativas están asociadas.

       Educar y aprender cambia de manera física nuestro cerebro

      El cerebro está formado por neuronas. Las neuronas son las grandes protagonistas de nuestros aprendizajes. Tenemos alrededor de 850.000 millones de neuronas. Pero lo más importante para desarrollar aprendizajes óptimos son las conexiones que se producen entre ellas. Tenemos alrededor de 200 billones de conexiones, que pueden ser muchas más, según la persona dedique tiempo y esfuerzo a su desarrollo intelectual. Cuantas más y mejores sean las conexiones mejores aprendizajes conseguiremos. Nuestros aprendizajes van consolidándose en patrones de conexiones neuronales. Cuando aprendemos algo nuevo, el cerebro intenta asociarlo con aprendizajes parecidos que ya tenía, es decir, con los conocimientos previos ya adquiridos. Las neuronas relacionadas con ese aprendizaje crean conexiones nuevas o mejoran las que ya tenían. Según seguimos aprendiendo, ese patrón de conexiones se consolida aún más y ese aprendizaje queda mejor asimilado. En esto consiste la plasticidad sináptica, en formar redes neuronales nuevas que se modifican y amplían según nos exponemos a nuevos aprendizajes.

      En clase disponemos de una técnica para ayudar a conectar algo mejor los conocimientos nuevos con los conocimientos previos, cuando decimos a nuestros alumnos y alumnas: «Recordáis cuando hablamos de…», «¿qué habíamos estudiado antes que tiene que ver con…?».

      De esta manera tan sencilla les estamos ayudando, sobre todo a los que tienen más dificultades, a que su cerebro encuentre de manera más precisa esa conexión, ese patrón de conexiones, que ya tiene y que puede permitirle asociar y consolidar mejor el nuevo aprendizaje con los que ya posee.

      ¿Qué favorece el aprendizaje y la calidad de las conexiones?:

      • La mirada de los padres, del/la profesor/a. El cariño mostrado.

      • El vínculo, que trataremos más adelante.

      • Mostrar la utilidad de lo que vamos a aprender.

      • Crear la necesidad de aprender y mostrar los motivos por los que algo puede ser interesante.

      • Indicar cuáles son nuestros objetivos a conseguir.

      • Indicar criterios de evaluación.

      • Valorar el esfuerzo que supone aprender.

      • Tener en cuenta las emociones que produce o puede producir el aprendizaje o la forma de enseñar.

      • Tener en cuenta la mentalidad de crecimiento.

      • Comprobar resultados para corregir errores y valorar aciertos.

      • Provocar que tus alumnos/as digan lo que tú quieres decir, más que explicar lo que quieres que escuchen.

      • Cuidar el lenguaje y los encuentros.

      • El interés que muestras al enseñar.

      • La motivación por aprender.

      • Sentirte capaz de aprender, de conseguirlo.

      Más adelante tendremos la oportunidad de ampliar estos temas y algunos más. Como sabemos, es más importante la calidad de las conexiones neuronales que el número de neuronas. Para que un aprendizaje sea óptimo es mejor conectar distintas zonas del cerebro. Cuando hablamos de aprendizajes, no solo tenemos que tener en cuenta aprendizajes de contenidos, también son aprendizajes: actitudes, destrezas y comportamientos. Para un niño, aprender que arrimando una silla al mueble puede coger el juego que le gusta es también un aprendizaje.

      Las enseñanzas transversales y contextualizadas favorecen mejores conexiones y aprendizajes de nuestros alumnos y alumnas. Enseñanzas transversales son las que ponen en relación distintas partes del cerebro para un mismo aprendizaje, es decir, pueden poner en relación áreas como Música, Educación Física, Lengua, lógica