Jorge Tomás Acuña Gutiérrez

El despertar del alma


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la Luz y el Amor Divino.

      No importa cuántas veces tenga que rehacer este libro para expresar mi pensamiento, lo haré cuantas veces mi Padre me lo solicite, porque ahora tengo muy claro que vivimos momentos difíciles en la humanidad en donde hay que corregir esos errores y ellos se corrigen transmutando la oscuridad, la negatividad y la destrucción en Luz, sin destruir nada, y ello se logra solo con el espíritu y con esa Luz inmanente de Dios.

      Por los años 469 – 399 A. de J.C. Existió, un famoso filosofo llamado Sócrates, que enseñaba a descubrir la propia identidad de sus estudiantes a través de la IRONÍA Y LA MAYEÚTICA. Él sabía que dentro de cada hombre existía una parte de la verdad que se podía manifestar a través del diálogo.

      Este filósofo hizo suya una inscripción que se encontraba en el último Oráculo conocido, el “ORÁCULO DE DELFOS”.

      Este Oráculo era un Templo Griego, ubicado en el Monte Parnaso a 700 metros sobre el nivel del mar, Consagrado al Dios Apolo y a la entrada de este se encontraba la siguiente inscripción:

      “Conócete a ti mismo

      Y conocerás el poder

      del universo y a los Dioses”

      Tales de mileto

      Debo aclarar que los filósofos materialistas del Siglo XX y XXI, eliminaron lo más importante de esa inscripción, la parte divina, y cuando hablan de esta inscripción, solamente le ponen la parte material, “Conócete a ti Mismo”; pero en realidad es una enseñanza divina, y Sócrates la utilizaba hacer despertar a sus estudiantes negativos y oscuros.

      Sócrates enseñaba que la mayoría de los seres humanos, por sí solos, nunca podrán descubrir su propia verdad y, este, se refería a descubrir la divinidad que anida en el interior del ser humano. Este pensamiento rige hasta nuestros días y es el modesto objetivo de este libro.

      Es muy difícil demostrar, científicamente, lo expuesto en estas líneas, pero mi alma no se equivoca y la divinidad está ahí, solamente que los seres humanos no la quieren ver.

      Existe un concepto que deseo aclarar y se refiere a que el autor de este libro, no incita a nadie para que adopte una religión y menos al agnosticismo y al ateísmo, su objetivo es exponer sus propios puntos de vista de lo que interpreta como divinidad y lo que él, escritor, percibe como la misión de los seres humanos en la tierra.

      Además; reconoce que todas las religiones, de cualquier credo, cumplen la función importantísima de hacer evolucionar espiritualmente a los seres humanos que se encuentran perdidos entre la Luz y la Oscuridad.

      Por lo tanto, el autor está en contra de todo pensamiento agnóstico y ateo, porque estos conceptos no existen dentro del vocabulario de DIOS. El ateísmo no existe, porque a lo largo de mi vida todos los ateos, de los que tuve la oportunidad de despedirme antes de que murieran, todos, llamaron a Dios en el último momento y antes de que su Alma abandonara el cuerpo.

      Finalmente, les deseo comentar que una persona me preguntó en qué se encontraban fundamentados mis conceptos, para que fueran válidos; y le respondí que no necesito validar mis pensamientos a través de los escritos de otros filósofos o escritores. Porque mi mente es universal y nadie ha descubierto nada en este este mundo, y menos en el universo, porque todo pensamiento o ciencia, se manifestó junto con la creación misma a través del Big Bang; es decir, nadie puede crear ningún pensamiento, porque todo está creado y solamente debemos recordar lo que vivimos en el momento de la Gran explosión y de nuestro viaje llamado involución, cuando bajamos a la tierra y ocupamos un cuerpo mortal.

      El Autor

      Debemos reconocer que hace más de 3 siglos la humanidad se encuentra sumida en el racionalismo Cartesiano y el materialismo Kantiano, neokantiano y otros, que no es importante mencionar en este libro; y ello ha llevado a la humanidad a transitar por la negatividad destructiva más absoluta que ha existido, al igual que la pandemia que estamos viviendo en este siglo XXI.

      Muchos dirán que esta gran catástrofe no tiene nada que ver con ese pensamiento negativo del ser humano, pero claro que sí. La verdad es que todos los seres humanos nos encontramos unidos a través del pensamiento, la palabra y la acción. Y aunque no lo crean, todos estamos unidos por energías que sustentan el equilibrio emocional y espiritual de toda la humanidad y de todos los universos. Y como mis lectores lo saben, la palabra y el pensamiento, son manifestaciones de vida y, es importante aclarar que los seres humanos no son creadores, nosotros somos ARTÍFICES, porque todo lo que hacemos o producimos lo hacemos a partir de lo creado. Y la palabra, la oración, es importante, porque sin plegaria los Dioses pierden el Poder porque ellos también evolucionan a través de las evoluciones de los seres del Espacio – Tiempo.

      Pero el problema principal que existe en las sociedades y la humanidad, es el materialismo que es una causa del Racionalismo, de la falta de espiritualidad, de la falta de moral y de los verdaderos valores humanos y universales. Estas causas se han manifestado en la humanidad, a través de la mente destructiva de los hombres y mujeres, de un caos social y económico, corrupción en todos los niveles de la sociedad, ambiciones desmedidas, ignorancia de lo que significa el ser humano y una economía de mercado, que no refleja la realidad de las necesidades de los pueblos, en donde la delincuencia y el narcotráfico ha dominado a la mayoría de las naciones en vías de desarrollo.

      Nosotros, los seres humanos, somos seres de Luz, y no hemos venido a este mundo para crear empresas y construir imperios de dólares, es importante para poder sobrevivir y para dar educación a nuestros hijos. Pero vivir en un mundo en donde el que tiene más dinero surge y/o aquel que tiene mejores expectativas financieras y contactos es mejor que el que no los tiene, eso, es inhumano. Serán superiores en los bienes materiales, que no se podrán llevar de este mundo cuando mueran; pero muchos se han olvidado de la evolución espiritual, que es un proceso de cambio del pensamiento material a lo divino y es el verdadero legado que tenemos que dejar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.

      El conocimiento divino y espiritual, que es la base para transitar a la casa del Padre, Dios, no se compra con dinero ni con política y menos con materialismo y, con ese conocimiento nos iremos de este mundo que es lo único que puede llevar el ser humano cuando desencarne; y esa experiencia la llevaremos grabada, solamente, en nuestra alma inmortal.

      Es por ello, que hoy la humanidad se encuentra en estas condiciones de supervivencia extrema, porque estamos dirigidos por la mediocridad, los abusadores, los corruptos e inmorales; y también por los que gobiernan en las sombras a los pueblos que son sometidos como esclavos bajo el arbitrio de seres deleznables y oscuros.

      La verdad es que mi libro no trata de temas políticos, sino, sobre temas espirituales y filosóficos y su objetivo es guiar al lector hacia el sendero de la perfección divina y hurgar en su Alma para que pueda despertar y descubrir a la divinidad que anida en su corazón.

      Ahora, las ambiciones, el deseo de vivir, de tener bienestar económico, es realmente lícito y aceptable, es parte de nuestra existencia mortal, pero existen límites y, también, fórmulas para salir de estos sentimientos materialistas extremos que son parte de la separatividad del individuo, porque ellos separan lo material de lo espiritual del ser. Para que esto no suceda, hay que trabajar con esfuerzo y dedicación para descubrir la luz que anida en sus corazones, porque cuando llegue el Poder de la Luz a las manos de los seres humanos, tengo la certeza de que llorarán lágrimas de Sangre por los errores cometidos en la vida.

      Es por ello, que vivimos en lo eterno y en unidad con todo lo que existe. Y, a Dios no lo debemos cuestionar y tampoco expresarse de Él con las características antropomórficas, porque no es un humano, tampoco es una visión, solamente ES.

      DESARROLLO

      El mundo interior es el pensamiento que se manifiesta a través de la esencia del hombre y que no es otra cosa que su Alma; pero otros pensadores, a la esencia le llaman Espíritu, sin embargo, debemos tener presente que el espíritu de la divinidad es parte del Alma y este espíritu junto al Fuego