rel="nofollow" href="#ulink_a4c04461-f71d-5d09-bfe9-48d463a92bd0">7 Según el coeficiente de Gini de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el 2000 Colombia era el noveno país en el mundo por reparto más desigual de la riqueza (UNDP 2002: 183). Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP)y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE 2009), en 2005 el 50,3% de la población colombiana se encontraba en situación de pobreza y el 15,7% en situación de indigencia.
8 Tanto en criminología como en sociología se viene dando una gran discusión sobre el Estado neoliberal, sus características y su relación con un sistema penal altamente punitivo y excluyente. El reciente libro de Loïc Wacquant, Punishing the Poor. The Neoliberal Goverment of Social Insecurity (2009), ha generado un gran debate internacional al respecto. Por ejemplo la revista Theoretical Criminology, vol. 14, núm. 1, 2010, publica artículos de autores de diversos países, quienes discuten críticamente la propuesta de Wacquant.
9 Wilkinson y Picket presentan abundante evidencia empírica que demuestra que aquellas sociedades caracterizadas por altos niveles de desigualdad económica y social, no sólo presentan mayores niveles de violencia, sino también sistemas penales más punitivos (con altas tasas de encarcelamiento que han aumentado notablemente en las últimas dos décadas) (2010: 145-156).
10 Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-851 de 2004.
11 Por supuesto, no son las únicas ni las más importantes. Algunos estudios se basan en la permeabilidad de las instituciones de confinamiento, es decir, qué tan vulnerables son a las influencias exteriores y en qué medida reproducen sus estándares (Goffman 1961b: 28). Otros hacen énfasis en la prisión como una extensión de la red urbana de control social (Pavarini 1995; Cohen 1994), mientras que otros, con base en perspectivas fenomenológicas, indagan por las estrategias individuales para “ajustarse” al mundo del encierro (Goffman 1961a; Adams 1992; DeRosia 1998).
12 Igualmente, ver el análisis de Melossi y Pavarini (1985) en torno a la persona presa como la encarnación del “sujeto puro de necesidad”.
13 Para análisis sobre la segregación urbana y el derecho a la ciudad ver Fernandes (1998 y 2003) y Rico (2009).
14 Zaffaroni (1990) establece tres tipos ideales de prisiones en América Latina. El primero puede ser definido como la cárcel gueto, esto es, instituciones que resultan similares a los barrios pobres y en las cuales las personas presas mantienen relaciones fluidas con el exterior; el segundo es definido como cárcel-campo de prisioneros, es decir, instituciones que únicamente tienen como propósito contener y aislar a las personas presas en condiciones infrahumanas. Por último, las cárceles hotel, lugares de reclusión financiados, generalmente, por personas presas con alto capital económico y que aseguran condiciones de vida relativamente cómodas (Zaffaronni 1990). Para un análisis etnográfico de siete prisiones colombianas ver CIJUS (2000) y Ariza (2010) para una etnografía sobre la prisión Modelo. Carrillo, en su etnografía de la prisión colombiana La Modelo, hace evidente la situación de semejanza entre los espacios de reclusión y los espacios urbanos para las personas presas pobres en los siguientes términos: “Estos patios se asemejan a barrios como Las Cruces o a cualquiera de los barrios de Ciudad Bolívar” (2001: 153).
15 La interpretación que aquí se presenta se basa en la información que hemos obtenido a partir de visitas semanales a la Cárcel Modelo de Bogotá. En ellas, hemos podido observar directamente el mundo del encierro penitenciario en Colombia, así como hablar con las personas que se encuentran involucradas en esta situación en calidad de prisioneros, guardias y personal administrativo.
16 La clasificación de las personas relacionadas con delitos contra libertad sexual merece un comentario aparte. Su clasificación, es realizada con base en el significado que este tipo de conductas tiene al interior de la prisión pues, generalmente, estas personas son asesinadas o sometidas a formas extremas de dominación. Por ello, existe un espacio de reclusión especial conocido como “candado”, que no es otra cosa que un pequeño pasillo de la prisión rodeado de barrotes y protegido por un candado.
17 En las zonas dominadas por los actores del conflicto armado colombiano, principalmente prisioneros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y de las Autodefensas Unidas de Colombia, el acceso al espacio no es controlado a través del pago de tributos y se emplea un mecanismo de acceso temporal en el cual la persona debe aguardar su turno para ascender en la espera de un cupo para celdas, talleres o educación.
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