Ratones Robando a un Gato. Max Marshall

      Capítulo 4: El Gato encerrado

      Como la noche descendió sobre el barrio tranquilo, Theo el gato se pusieron en acción. Con Chuck y Christina de vacaciones, fue hasta él para proteger su casa de las amenazas potenciales.

      Con un determinado brillo en sus ojos verdes, Theo acolchado alrededor de la casa, sus patas suave haciendo apenas un sonido en el pulido de los suelos. Él comprobado cuidadosamente cada puerta y ventana, asegurándose de que estaban cerradas con llave y echó el cerrojo cerrado.

      Satisfecho de que la casa estaba fortificada contra los intrusos, Theo se estableció en el centro de la sala, su esponjosa cola enroscada alrededor de sus pies como él contempló su dominio. Pero Theo sabía que la mera cerraduras y tornillos no fueron suficientes para disuadir a determinado ladrones.

      Y así, con un hábil movimiento de su bigote, Theo se puso a trabajar. Él hurgó en la despensa y en el cobertizo, la recolección de suministros a la moda improvisado trampas que la captura de uno de los ladrones por sorpresa.

      El uso de los bits de la cadena, trozos de tela, y las probabilidades y termina que encontró tirado alrededor de la casa, Theo construido una intrincada red de trampas, colocadas estratégicamente en todos los rincones de la casa. De tripwires a los peligros del viaje, no hay rincón que quedaba desprotegido.

      Con sus trampas y sus defensas en el lugar, Theo sentaba a esperar, sus orejas levantadas y sus sentidos en alerta. La noche se extendía sobre, el único sonido que el suave zumbido del viento en el exterior y la ocasional susurro de las hojas en los árboles.

      Pero Theo se dejó intimidar. Él era un guardián, un protector, un feroz defensor de su casa y su familia. Y cuando vio que sobre el silencio de la casa, un sentido de orgullo se hinchó dentro de él. Porque él sabía que no importa qué peligros se escondía en las sombras, enfrentaría a ellos en la cabeza -, con valentía, con decisión, y con un corazón lleno de amor.

      Capítulo 5: a la Espera de que los Ladrones

      Como la noche descendió sobre el barrio tranquilo, Theo el gato se instaló en su vigilia, sus ojos brillantes de escaneo de la oscuridad fuera de las ventanas. La casa estaba en silencio, bañado por la suave resplandor de la luz de una lámpara, como Theo esperó pacientemente a que cualquier signo de problemas.

      Y no tuvo que esperar mucho tiempo.

      Como el cielo se oscureció y la luna que se asoma por encima de la cabeza, una sensación extraña se deslizó sobre Theo. Era como si el aire alrededor de él había crecido pesado con anticipación, como si algo ominoso se alzaba en el horizonte.

      De repente, Theo aguda oídos recogido el más leve de los sonidos – un suave raspado, un ahogado susurro, procedente de algún lugar más allá de las paredes de la casa. Su corazón latía en su garganta, como se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.

      Los ladrones estaban aquí.

      Con un bajo gruñido de advertencia, Theo se pusieron en acción. Él se lanzó de una habitación a otra, sus garras haciendo click sobre el suelo mientras buscaba alguna señal de los intrusos. Pero la casa estaba extrañamente aún, el único sonido de los latidos de su propio latido del corazón en sus oídos.

      Y entonces, tan repentinamente como había comenzado, el ruido se detuvo. La casa quedó en silencio una vez más, como si la celebración de su aliento, esperando el siguiente movimiento.

      Pero Theo sabía mejor que vamos a bajar su guardia. Permaneció en estado de máxima alerta sus sentidos fuerte y concentrado, mientras esperaba a que el inevitable enfrentamiento con los ladrones.

      Porque él sabía que no importa qué peligros por delante, iba a enfrentarse a ellos con valentía y determinación, para él era Theo el gato, guardián de la Robbinson casa de la familia, y él no se detendría ante nada para proteger a los que amaba.

      Capítulo 6: La Ventana Rota

      Theo el gato esperó en la quietud de la noche, un repentino accidente provocó el silencio, el envío de fragmentos de vidrio volando por el aire. Theo de su corazón latía en su pecho mientras él se precipitó detrás de la más cercana a la pieza de los muebles, su pelaje erizado con miedo.