Swami Keith S.

Sanación de los chakras y conciencia del karma


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Sanación de los Chakras y conciencia del karma
Keith Sherwood
Prana (2008)
Rating: *****
Tags: Nueva Era, Cuerpo-mente y espíritu, Motivacional e Inspiracional, Energía y sanación

      Los chakras son siete vórtices energéticos situados en los cuerpos sutiles de cada ser humano, que se encargan de recibir, acumular, transformar y distribuir la energía. Estos puntos esenciales pueden verse bloqueados por la influencia del karma, es decir, el efecto acumulativo de las decisiones y acciones tomadas a lo largo de la vida y existencias pasadas, influyendo negativamente en la personalidad, las emociones y relaciones del individuo. Este libro presenta sencillas y progresivas técnicas, que permiten aprender a sanar y activar los chakras, aumentar el flujo de energía y liberarse del equipaje kármico que impide conectarse con el Yo superior y con el placentero flujo natural del universo.

      

      La paginación, caracteres y gráficos de esta edición electrónica corresponden a una adaptación de la edición original.

      SANACIÓN DE LOS CHAKRAS Y CONCIENCIA DEL KARMA

      KEITH SHERWOOD

      Sanación de los chakras y cociencia del karma

      Copyright Keith Sherwood, 2008

      D.R. Copyright Editorial Lectorum, S.A. de C.V., 2008

      L.D. Books

      Miami, Florida, 33166

      Primera edición: junio de 2008

      ISBN: 978-970-732-244-8

      Copyright Traducción: Silvia Espinosa de los Monteros

      Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

      Parte uno. Conocerte a ti mismo

      Capítulo uno.

      Mejor que dominar este mundo,

      mejor que alcanzar el reino de los dioses, mejor que ser señor

      de todos los mundos es el paso que se da en

      el camino hacia el nirvana.

      —Dhammapada, vs. 178.

      Introducción

      El objetivo de todos los seres humanos que hoy se encuentran con vida —puedan pronunciarlo o no— es encontrar dentro de sí mismos un estado de alegría absoluta. Aunque este objetivo puede parecer ilusorio, el hecho es que ese estado existe dentro de cada persona, independientemente de su condición física, emocional, mental o espiritual.

      El estado al que me refiero no es algo nuevo que está esperando a ser descubierto o que debe ser alcanzado a través del autodesarrollo o aprendido a través de un ciclo de estudios. No es algo que esté reservado para los elegidos o para aquellos que creen en alguna doctrina determinada. El estado al que me refiero existe a priori en lo más profundo de cada persona. Para actualizarlo, simplemente debemos adentrarnos en nosotros mismos, hacerlo consciente y permitir que surja y se haga presente por medio del espíritu, el alma, el intelecto y el cuerpo.

      Desafortunadamente, para la vasta mayoría de las personas con vida, la alegría plena parece ser un objetivo muy difícil de alcanzar. Para muchas personas, el ser humano posee una condición de sufrimiento, dolor, confusión, falta de autocontrol y vacío espiritual.

      ¡Desde este momento te aseguro que es posible lograr ese objetivo! Siempre ha existido un camino hacia el Yo, el yacimiento de la dicha y el éxtasis incondicional que emerge desde el fondo de cada ser humano. Muchas personas antes que tú lo han encontrado.

      El camino a casa nunca ha sido un secreto, aunque no sea fácil seguirlo. Éste nos conduce al interior a través de los niveles del cuerpo, del alma, del intelecto y del espíritu hasta la fuente de la ilimitada energía y la conciencia, el Yo. Sin embargo, el mayor obstáculo hacia la experiencia delYo y la conexión con éste, son los lazos mundanos creados por el equipaje kármico —la densa y limitada energía llevada de una vida a otra en el campo de la energía humana—. El equipaje kármico no sólo limita la conciencia formando un vínculo con el mundo exterior de los fenómenos (maya) sino que desestabiliza la transmisión y la transmutación de la energía descalificada (prana) a través de la mente superior e inferior y del sistema humano de energía. La energía prana puede ser considerada como la fuerza vital. En el macrocosmos ésta funciona como la base del universo fenoménico y en el microcosmos como la base de la mente superior e inferior y del sistema humano de energía. Una vez que, debido al equipaje kármico, se ha desestabilizado la transmisión natural y la transmutación de la energía por medio del microcosmos (el campo de energía humana) se restringirá el acceso al placer, al amor humano, a la intimidad y a la alegría que emerge del Yo.

      ¿Qué es el karma?

      Para darnos una idea de cómo desestabiliza el equipaje kármico —en forma de energía densa y descalificada— el acceso a la alegría, a la intimidad, al amor y al placer, primero debemos saber qué es el karma y cómo funciona. La antigua palabra en sánscrito, karma, proviene de la raíz kri, “actuar”, que denota una actividad o acción. Swami Sivananda afirmaba que karma “...es una ley universal que preserva la armonía interior y el orden lógico del universo”.

      En Europa, karma ha sido definido como “…el efecto acumulativo de la acción”. En cierta forma es verdad, aunque las principales religiones de Oriente van más allá de esta definición describiendo al karma de acuerdo con su estructura y su función. El jainismo ve al karma como “una suma de sutil materia que se acumula en el sistema humano de energía y oculta la conciencia del Yo y de todo lo que emerge de éste, incluyendo la placidez, la alegría, el amor y el placer”.

      De acuerdo con esta antigua religión que hace destacar el esteticismo, la no violencia y el respeto por la vida, el karma tiene ocho aspectos funcionales:

      • El karma oscurece el entendimiento.

      • El karma oscurece la conciencia.

      • El karma provoca falsos sentimientos (emociones y sensaciones).

      • El karma desorienta a una persona (oculta la verdad).

      • El karma determina la edad.

      • El karma define la personalidad a través de la creación de estilos personales.

      • El karma determina el estatus y, por lo tanto, el bienestar anímico.

      • El karma desestabiliza el propio potencial.

      Los primeros cuatro aspectos son limitantes, los otros cuatro no, aunque se consideran autolimitantes porque obstruyen el flujo de la energía descalificada (prana) por medio del sistema humano de energía.

      En el vedanta —la base del yoga y del tantra— el karma se divide de tres maneras de acuerdo con sus efectos. El karma sancita es el balance de las acciones llevadas a cabo en la vida presente o pasada y que han dado fruto. Una persona tiene la libertad de triunfar sobre el karma sancita, el cual se manifiesta en forma de equipaje kármico y/o de debilidad o incapacidad física. El karma agami es el posible karma de las acciones que pueden ser evitadas aun cuando ya exista un patrón compulsivo. El karma prarabdha es el balance de las acciones realizadas en esta vida y que aún no han dado fruto. Una persona no tiene el poder de evitar las consecuencias o los efectos kármicos que se han acumulado por estas acciones, aunque un ilustrado maestro, por virtud de su desapego, se verá menos afectado o no será afectado en absoluto.

      Cualquier persona con un mínimo de discernimiento sabe que el karma es mucho más complejo que el principio abstracto que garantiza que