conclusión, todos quedamos sujetos a otro coronel y sus oficiales, que en la actualidad hacen una causa común, y nos amenazan con males muy abultados.178
La carta transcripta se encuentra en el Archivo de Quiroga, por lo que puede interpretarse que fue interceptada y no llegó a destino. Pero Dávila envió también a Pacheco de Melo para que personalmente gestionara el apoyo a su gobierno. Una nota de Corvalán al gobernador Dávila, informaba haber llegado a San Antonio de Los Llanos en cumplimiento de la misión dispuesta por el gobierno de Mendoza a virtud de la iniciativa de V.S por medio del Diputado D. Pacheco, confirmando así el origen de la misión.179 Con anterioridad, en una carta sin firma, pero cuya letra es de Salvador María del Carril, gobernador de San Juan, quien tomó una posición de abierto apoyo a Quiroga, le informaba sobre la presencia de Pacheco de Melo en San Juan, pero no con intención de promover una mediación, sino reclamando el apoyo de las provincias de Cuyo al gobernador Dávila. Decía del Carril:
Mi querido amigo: ha llegado hoy de La Rioja el Dr. Pacheco enviado por aquél gobierno, para que consiga con los Gobiernos de San Juan, Mendoza y San Luis, que cooperen con él para desarmarlo a Ud. para que así goce la provincia de La Rioja de tranquilidad y se evite la guerra civil.180
En definitiva, la posición del Gobierno de Mendoza fue la de intentar una mediación. El 2 de mayo mediante una carta el gobernador de la Provincia informaba a Quiroga sobre el envío del coronel Manuel Corvalán en carácter de mediador.181 Proponía una reunión entre el gobernador Dávila, Quiroga, el gobernador de San Juan y el mediador designado, quien también llevaba la conocida carta de San Martín:
Señor D. Facundo Quiroga. Mendoza, mayo 3 de 1823.
Muy Señor mío y apreciable paisano: Sé que es Ud. un buen patriota y un hombre de coraje: estas dos circunstancias me han decidido a escribirle lleno de toda confianza sin más objeto que el del bien general.
Se está Ud. próximo a batirse con el Gobernador de La Rioja, yo ignoro los motivos que han dado causa a éste próximo rompimiento, lo mismo me sucede cuál de los dos partidos es el que tiene la Justicia, pero sean cuales fueren las causas yo solo me ciño a lo principal esto es a la sangre preciosa de nuestros paisanos que se va a verter, al crédito de nuestra revolución santa, y a las consecuencias fatales que la libertad de nuestra patria va a experimentar tanto más en las circunstancias críticas en que nos hallamos por los contrastes de nuestros Ejércitos los que exigen imperiosamente, ahora más que nunca, una gran concentración de unión interna, si es que queremos ser verdaderamente libres.
Esta verídica exposición hará en Ud. la impresión más justa, ella le moverá a una transacción con el Gobernador de La Rioja cuyas bases serán el honor y la amistad; si mi paisano, yo lo exijo de Ud. y no me negará una gracia que el reconocimiento acompañará hasta el sepulcro a éste su más afectuoso paisano y seguro servidor Q.B.S.M. José de San Martín.182
Quiroga contestó esa carta sometiéndose al pedido de San Martín:
El señor coronel diputado D. Manuel Corvalán instruirá a V.E. del ardiente deseo y desprendimiento con que me presté a sus insinuaciones.183
La Junta Representativa de la Provincia en su intervención en la disputa y ante la negativa de Quiroga a enviar un representante para tratar de acordar una solución, volvió a citarlo para el día 21 de abril, informándole que el gobernador había enviado el suyo.184 Quiroga, modificando su posición anterior, lo designó, sin que, aparentemente, esa designación haya tenido efectos prácticos,185 ya que el 3 de mayo la Junta Representativa se dirigió a Quiroga y al gobernador Dávila indicándoles que suspendan todo movimiento de tropas y que esperaban al representante de Quiroga para el día 10.186 Al día siguiente Quiroga escribió a Tomás Brizuela, quien se encontraba en Córdoba, diciéndole que suspenda la compra de armamentos que había ordenado, compra que Brizuela ya había hecho cuando recibió la carta.187 El 9 de mayo la Junta Representativa dispuso el cese en su cargo del gobernador Nicolás Dávila y asumió como Junta Gubernativa.188 En tal carácter, el 13 se dirigió nuevamente a Quiroga, en conocimiento de la llegada de la misión mediadora señalándole las dificultades que tendría para el cumplimiento de sus objetivos ya que las fuerzas del comandante Gordillo cargan sobre el pueblo.189 El 19 Nicolás Dávila informaba desde Mallingasta, en las proximidades de Chilecito, al coronel José Nicolás Gordillo, quien actuaba como una avanzada de sus fuerzas, sobre la salida de doscientos cincuenta hombres y siete piezas de artillería al mando del comandante Miguel Dávila, para la cuesta, con el propósito de desplegar esa fuerza para contener a las milicias de Los Llanos.190 El 20 de mayo, la Junta Gubernativa reunida en Patquía ordenó a Quiroga que haga la guerra al ex gobernador:
…ordenan al Comandante de éste Departamento Don Juan Facundo Quiroga, adopte todos los medios positivos para hacer la guerra al ex Gobernador Don Nicolás Dávila, sus comandantes y demás partidarios insurrectos…191
El acta estaba firmada por José Patricio del Moral, Manuel Antonio Blanco, José Benito Villafañe y Baltazar Agüero.
El 20 de mayo el coronel Corvalán, quien ya se retiraba hacia Mendoza, informó a Quiroga que retrocedía porque había recibido un oficio de Nicolás Dávila quien manifestaba sus intenciones de mantener la paz y no permanecer en el gobierno.192 Tal intento no logró evitar un enfrentamiento armado. Fue en la batalla de El Puesto, el 28 de mayo de 1823 en la que Juan Facundo Quiroga derrotó a Miguel Dávila. Decía la Junta Gubernativa al responder al parte de Quiroga:
La Junta Provincial Gubernativa ha visto la nota de Ud. fecha de hoy, en la que le comunica el triunfo de sus armas contra los anarquistas que se habían insurreccionado contra la representación de esta Provincia para hacer desaparecer el orden y envolverla en la maledicencia que debía ser consiguiente.193
En una Proclama de la Junta Provincial de La Rioja a las Provincias se hizo el siguiente relato sobre la batalla de El Puesto, seguramente sobre la base del parte que remitió Quiroga, que contiene elogios al comportamiento en la batalla de Miguel Dávila, actitud ésta propia de Quiroga:
El 28 a las 4 de la mañana les enfrenta sus líneas y le oponen un fuego activo y vigoroso, pero ellas resisten con empeño y constancia. Quiroga impaciente los carga con su escolta y pasando la línea enemiga es herido en un muslo; le pierden de vista los suyos por las declividad del terreno y suponiéndolo víctima retroceden. No bien se alejan cuando lo ven salir flanqueando la derecha enemiga y cobran nuevo aliento con su presencia. Se empeña el fuego por ambas partes y huye despavorida la caballería enemiga y al momento siguen el ejemplo los oficiales, fuera del General don Miguel Dávila, que con semblante sereno, seguía animando su infantería: entra en sus filas y el mismo opera con la artillería y sostiene un fuego vigoroso; pero a su pesar lo cargan con denuedo, y sus hombres se perturban: sube al instante a caballo y con su espada quiere reemplazar la defección de los suyos. Acomete al enemigo y ya lo tocaba con las manos con toda la fuerza de Marte; se le presenta al General Quiroga a quién le dispara una pistola, y este le controla con otra. Se obstina la contienda, se le agolpan más enemigos y les dispara dos balas alternativamente, pero al fin rinde la vida al golpe de un sable. Quedan heridos el Jefe de Estado Mayor don Francisco Penrrus, el Sargento