asiáticos.
Los socios asiáticos han manifestado un marcado interés por la construcción de infraestructuras, que abarca las infraestructuras de transporte, con propuestas tanto de Japón (México), como de Corea y China, con los proyectos de ferrocarril de los dos océanos (Brasil-Perú o Brasil-Chile), o con los dos proyectos de desarrollo rural y de infraestructura planeados en Colombia.32 Los intereses de los países asiáticos incluyen también la generación y el transporte de energía, en especial energía renovable —eólica, fotovoltaica, centrales hidroeléctricas medianas (China), redes inteligentes, energías verdes o renovables (Corea) y tecnología altamente eficiente de generación de energía por carbón (Japón)—.
Las propuestas relativas al desarrollo de sectores específicos coincidieron alrededor de los sectores tradicionales vinculados con los recursos naturales, como la minería y las cadenas de suministro mineras, la agricultura y la i&d agroindustrial, la industria forestal y la cooperación en manejo de bosques, y la pesquería; o en la relación México-Japón, el sector petrolero. Pero incluyen también sectores más novedosos o de mayor nivel tecnológico —hierro y acero, materiales de construcción, equipo de ingeniería (China-Colombia), productos para la defensa (China-Chile), pymes de las industrias creativas, tic (Corea-Chile), industria espacial y astronomía (Corea-Chile y México-Japón), Parques de Ciencia y Tecnología, biotecnologías, nuevos materiales y tic (Corea-Perú)—.
En suma, estas nuevas propuestas de cooperación podrían apuntalar la creación de la necesaria infraestructura física y digital planteada por la ap, con una importante condición: que sus miembros presenten y negocien una postura conjunta y propuestas comunes, algo que hasta la fecha no se ha concretado. Por otro lado, si bien hay pocas propuestas de parte de los tres socios asiáticos relativas a encadenamientos productivos, un planteamiento conjunto de la ap podría utilizar el carácter atractivo del mercado formado por los países miembros para atraer inversiones más allá de los sectores de interés tradicional e incluso fortalecer el desarrollo de actividades y de encadenamientos productivos de mayor nivel tecnológico.
Existen sin embargo vientos recientes en la economía global y cambios a nivel regional que soplan en contra de, o crean, una gran incertidumbre acerca de un fortalecimiento de los encadenamientos regionales intra-ap y con los socios asiáticos. A nivel global, se trata de los cambios en curso en las cgv, debido a avances tecnológicos o a presiones de tipo proteccionista, que tienden a producir los fenómenos de “reshoring”, “onshoring” o “nearshoring”. El impacto de estas tendencias es difícil de predecir, pero debería ser anticipado por las autoridades de la ap para buscar beneficiarse y no padecerlos. En particular, la firma del nuevo usmca (United States-Mexico-Canada Agreement) no es beneficiosa para la vinculación productiva de los tres países andinos con la plataforma exportadora mexicana, pues el alza acordada del contenido regional resulta desfavorable para proveedores externos al acuerdo norteamericano, y no permitirá aprovechar los mecanismos de “acumulación de origen” incluidos en el Protocolo Adicional de la ap. Este nuevo acuerdo es también problemático para el desarrollo de nuevos vínculos formales con China, pues el artículo 32.10 restringe a los participantes la capacidad de firmar nuevos tratados de libre comercio que involucren a países cuyas economías no son consideradas “de mercado” por uno de los socios.
En la medida en que Estados Unidos planea introducir tales artículos en los demás tlc que busca firmar o renegociar —Japón, Corea, la ue, Gran Bretaña, hasta la actualidad—, ello tendrá implicaciones potenciales tanto regionales como globales, que podrían pesar a mediano plazo sobre la economía global y en especial sobre la organización productiva de las cgv. Específicamente, constituye una amenaza potencial para los miembros de la ap que ya tienen un tlc con China, que podrían verse obligados a elegir entre China y Estados Unidos. Finalmente, en el propio seno de la Alianza del Pacífico, un mecanismo “light” a nivel institucional de tipo intergubernamental que no dispone de secretariado y por lo tanto depende mucho de la dinámica establecida a nivel de mandatarios, las elecciones colombianas y mexicanas han llevado al poder nuevos ejecutivos con prioridades distintas que cabe evaluar para analizar el futuro del mecanismo.
Referencias
Abd-el-Rahman, K. (1991). Firms’ competitive and national comparative advantages as joint determinants of trade composition. Review of World Economics: Weltwirtschaftliches Archiv, 127(1), 83-97.
aladi (Asociación Latinoamericana de Integración). (2012). Evolución del comercio intraindustrial en la aladi (N.º aladi/sec/Estudio 201). Recuperado de http://www.aladi.org/boletin/documentos/secestudio%20201.pdf
Bárcena, A. (2016). The Pacific Alliance: Trade, Investment and Strategic Challenges. En M. Torres Jarín y J. Violante Pica (eds.), The Pacific Alliance: Perspectives and Opportunities for Latin America. Salamanca: European Institute of International Studies.
Brülhart, M. (1994). Marginal Intra-Industry Trade: Measurement and Relevance for the Pattern of Industrial Adjustment. Weltwirtschaftliches Archiv, 130, 600-613.
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