eso, fue el parque automotor. Muchos niveles por encima del Argentino, que nunca fue - cómo decirlo - tope de gama. El nivel de autos que se ven en Miami son tantos y de una calidad tan alta que los primeros dos días es casi difícil llevar una charla en la calle ya que te pasás mirando autos. Y eso que a mi los autos, no me representan nada, son un transporte. ¡Me imagino a los que sienten pasión por los autos cómo se deben poner ahí!
La recorrida de Miami estuvo bien, fue también emotiva, porque con Adrián habíamos compartido muchos años de Universidad, y éramos bastante unidos. Quedé impactado con el tamaño de las cosas, de los Malls, de los estacionamientos, de los restaurantes, de las porciones que te sirven para comer y de las propinas que hay que dejar. Todo en una escala más grande de lo que estaba acostumbrado.
En medio de mi estadía, se comunican conmigo gente de Asatej y me informan que el vuelo de Iceland Air que iba a tomar desde New York a Reykjavik había sido modificado. Inicialmente iba a estar unas 10 hs de escala en New York y pasé a estar casi 4 días. Acepté de mala gana quedarme en New York. No quería, seguía negado con estar en Estados Unidos.
Obviamente todo eso cambió en un segundo, cuando estábamos por aterrizar en La Guardia y el avión pasa por al lado de las Torres Gemelas. Sobrevoló un poco Manhattan y ahí entendí que si había un lugar que había prejuzgado de manera absolutamente incorrecta, era New York.
New York me dio una paliza por donde se lo mire, culturalmente, deportivamente, paisajes, luces, comida, gente, parque, todo. No hay ángulo en donde mi expectativa haya estado por abajo en la ciudad. Me había munido de un mapa, ya que en ese momento ni teléfono celular tenía y estaba dispuesto a ir a ver las Torres Gemelas, que en ese momento todavía estaban en pie. El hotel estaba en el medio de Manhattan y las Torres estaban bien en la parte sur, casi en la costa. Cosas que le pueden pasar a todo el mundo, pero puntualmente me pasó a mi, es que agarré el mapa al revés. Y fui caminando hacia la parte norte de New York, luego de más de una hora de caminata, misteriosamente aparecí en el medio de un Harlem que por ese entonces tenía lugares - a mi criterio - un poco marginales. Me di cuenta que me había equivocado y subí al Subway para recuperar la expedición, en donde finalmente pude llegar a la entrada de las Torres Gemelas. La altura que tenían las torres y el hecho que eran dos, producía un impacto visual increíble. Hoy en día, se construyeron muchos edificios inclusive más altos que las Torres, como en Dubai, o mismo ahora en Manhattan, con lo cual hoy en día, pierde un poco la parte exótica, aunque sigue siendo difícil de procesar al principio.
Se podía subir a una sola torre, la que tenía el mirador, subí de noche y pude apreciar todo Manhattan desde una de las torres, era genial que podías reconocer los distintos íconos, como por ejemplo, Times Square. De la tierra salía un hongo de luz poderosa que iluminaba el cielo, éso es Times Square. Tengo una foto de recuerdo de las torres y es lo único que me quedó. Meses después, vi por TV cómo caían y me impresionó bastante ya que yo había ido hace relativamente poco.
Ir a ver deporte fue siempre un fetiche mio desde el principio y Estados Unidos posee múltiples opciones de deporte - que no son por lo general mis favoritos - pero en algún momento hay que verlos. Desde Buenos Aires, había entrado al site de Madison Square Garden y había conseguido on line un ticket para ir a ver a los Rangers - el equipo de Hockey sobre Hielo que representa a New York. Lo compré on line, cosa que en ese momento era muy raro - hoy en día no voy a una boletería a comprar un ticket ni que me paguen por hacerlo. Entro al Madison Square Garden y había un cartelito que decía “Online Purchases”. Fui por ahí y fui con un miedo bárbaro de cómo le explico quién soy, cómo lo compre y mil temores estúpidos. Me pidió el pasaporte, buscó en un cajón y me lo dio. Medio segundo y me da los tickets.
El primer pensamiento es: El sistema funciona. Los Argentinos estamos muy acostumbrados a que esas cosas siempre tengan problemas, que haya que volver, pagar más, o que te pidan algo extra para validar que sos vos el que realmente la compró la entrada - o lo que sea. El concepto este de que “el sistema funciona” de a poco lo fui madurando con mis viajes y he entendido qué quiere decir tercer mundo y qué quiere decir primer mundo. No pasa por el lujo, ni por el auto que tenés, pasa por el respeto del prójimo, que el sistema funcione, es que los que implementan el servicio te respeten. Este concepto, que inocentemente lo percibí en el Madison Square Garden, fue y será muy importante para mi toma de decisiones posteriores.
Europa por segunda vez
“Me imagino que vas a ir a ver a Björk cuando estés en Islandia”. Me decían mis amigos cuando les contaba que el avión iba a hacer escala en Reykjavik. No quería hacerlos quedar en evidencia que no conocen ninguna otra persona que sea Islandesa aparte de Björk.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.