niño con hambre, un niño drogado en la calle, un niño que no tiene casa, un niño abandonado, un niño abusado, un niño usado por una sociedad como esclavo? ¿O mi llanto es el llanto caprichoso de aquel que llora porque le gustaría tener algo más?».31 Intenta aprender a llorar por los jóvenes que están peor que tú. La misericordia y la compasión también se expresan llorando. Si no te sale, ruega al Señor que te conceda derramar lágrimas por el sufrimiento de otros. Cuando sepas llorar, entonces sí serás capaz de hacer algo de corazón por los demás.
77. A veces el dolor de algunos jóvenes es muy lacerante; es un dolor que no se puede expresar con palabras; es un dolor que nos abofetea. Esos jóvenes sólo pueden decirle a Dios que sufren mucho, que les cuesta demasiado seguir adelante, que ya no creen en nadie. Pero en ese lamento desgarrador se hacen presentes las palabras de Jesús: «Felices los afligidos, porque serán consolados» (Mt 5,4). Hay jóvenes que pudieron abrirse camino en la vida porque les llegó esa promesa divina. Ojalá siempre haya cerca de un joven sufriente una comunidad cristiana que pueda hacer resonar esas palabras con gestos, abrazos y ayudas concretas.
78. Es verdad que los poderosos prestan algunas ayudas, pero frecuentemente a un alto costo. En muchos países pobres las ayudas económicas de algunos países más ricos o de algunos organismos internacionales suelen estar vinculadas a la aceptación de propuestas occidentales con respecto a la sexualidad, al matrimonio, a la vida o a la justicia social. Esta colonización ideológica daña en especial a los jóvenes. Al mismo tiempo, vemos cómo cierta publicidad enseña a las personas a estar siempre insatisfechas y contribuye a la cultura del descarte, donde los mismos jóvenes terminan convertidos en material descartable.
79. La cultura actual presenta un modelo de persona muy asociado a la imagen de lo joven. Se siente bello quien aparenta juventud, quien realiza tratamientos para hacer desaparecer las huellas del tiempo. Los cuerpos jóvenes son constantemente usados en la publicidad, para vender. El modelo de belleza es un modelo juvenil, pero estemos atentos, porque esto no es un elogio para los jóvenes. Sólo significa que los adultos quieren robar la juventud para ellos, no que respeten, amen y cuiden a los jóvenes.
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