oramos en gozo, tristeza, en ira o frustración. Oramos para poner en las manos de Dios lo que no podemos cargar solos. Orar en familia y enseñar a nuestros niños a orar es un regalo que dura toda nuestra vida, por generaciones.
Jenifer y Timothy, padres, sacerdotes, educadores y escritores, nos han ofrecido en este libro un regalo que también durará por generaciones, aunque esto implique, como yo espero, tener este libro estrujado, manoseado y pintado. Yo pronostico que muchas de estas oraciones serán aprendidas de memoria muy pronto, y otras, al ser usadas menos frecuentemente, serán las palabras necesarias en el momento necesario. Que las oraciones de este libro nos acerquen a Dios y unos a otros. Que podamos compartir el amor de Dios con todos aquellos que conozcamos. ¡Amen!
Wendy Claire Barrie
Trinity Wall Street
El Padrenuestro y lasoraciones antes de comida
Jenifer creció en una familia que comía junta siempre, a no ser que uno de sus miembros estuviera en la escuela o el trabajo. Su familia esperaba por cada uno cada mañana durante la semana para orar y compartir el desayuno. Ellos esperaban hasta que cada uno llegara a casa de la escuela o del trabajo antes de comenzar a cenar. Las comidas eran sagradas. Y ellos siempre le “devolvían” las gracias a Dios antes de comer. “Devolver las gracias.” Esta frase puede ser única en la familia de Jenifer, pero tiene sentido. Una vez que reconocemos que todo lo que tenemos y somos proviene de Dios, incluso cuando oramos estamos ofreciendo a Dios lo que ya pertenecía a Dios con antelación. Cuán justo es, entonces, devolver las gracias a Dios antes de comer, en gratitud por el fruto de la creación y el trabajo de las manos humanas.
Te animamos a unirte a la práctica de comer juntos frecuentemente en familia. Enciendan un a vela. Tomen y pasen tiempo conversando sobre el día o la semana. Comiencen la práctica de comer juntos y de orar, aunque sus niños sean muy pequeños. Tomen o sostengan sus manos mientras oran. Ellos aprenderán la oración con sus cuerpos. Muy pronto, ellos querrán unírseles. Cuando esto suceda, tú (y probablemente ellos también) habrán aprendido de memoria varias oraciones por los alimentos. Cuando estén listos, ellos comenzarán a decirlas y a compartir sus propias oraciones.
Cuando los hijos de Jenifer eran niños, ella plasticó un grupo de oraciones por los alimentos que habían sido coleccionadas en un libro encuadernado con anillos. Sus hijos habían decorado el libro. La familia escogió las oraciones que habían usado mientras se reunían alrededor de la mesa. Busca la forma que mejor funcione para ti y para tu familia y oren juntos.
¡Devolvamos la gracias a Dios!
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amen.
(Comunidad Iona)
Dios en los cielos,
que tu nombre sea honrado.
Hágase tu nueva comunidad de esperanza en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy lo necesario para la vida.
Líbranos de nuestras malas acciones
así como libramos a aquellos que nos hicieron mal.
No nos pongas a pruebas más allá de lo que podemos soportar;
líbranos de todo lo malo.
Porque tuyos son la justicia, el amor y la paz
ahora y hasta el fin del tiempo.1
Gracias por el dulce mundo
Gracias por el dulce mundo.
Gracias por la comida sabrosa.
Gracias por las aves melodiosas.
Gracias, Dios, por todas las cosas.
(Basado en una oración de Edith Rutter Leatham)
Antes del pan fue la harina
Antes del pan fue la harina.
Antes de la harina, el molino.
Y antes del molino, la lluvia
de Dios, nuestro Buen Vecino.
(Basado en una oración anónima)
Bendice, oh Dios, estos dones
Bendice, oh Dios, estos dones para tu uso
y bendícenos para tu servicio amoroso y fiel.
Haznos ver las necesidades y deseos de los otros,
por tus muchos nombres oramos. Amen.
Ven a nuestra mesa
Ven a nuestra mesa, Señor.
Te adoramos aquí y en todo lugar.
De tus manos amorosas la comida hoy
recibimos contentos y dispuestos a dar.
(Basado en una oración de John Cennick)
Jesucito de Belén
Jesucito de Belén, bendice
nuestros alimentos y a nosotros también.
Jesús, que naciste en Belén,
gracias por darnos de comer.
Bendice, Señor, estos alimentos
Bendice, Señor, estos alimentos
que por tu bondad vamos a tomar.
El Rey de la gloria eterna
nos invita a la mesa celestial.
Danos el