Barrera Patrizia

Robert Johnson Hijo De Diablo


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entre ambos padrinos, grita el apellido Johnson a los cuatro vientos.

       Es combativo, irascible, sufre de continuos dolores de cabeza. Aun habiendo aprendido a leer y a escribir con anterioridad (¡y algunos dicen que tenía una escritura bonita!) no quiere ir más a la escuela y no acaba ni siquiera la escuela primaria. Su único consuelo es ir a la orilla del río y tocar la harmónica y el “arpa del judío”.

       En casa es totalmente inútil y de trabajar en los campos ni se habla. En 1920, la pequeña familia se traslada en Arkansas a Lucas Township, Crittenden County, como parece demostrar un censo de 1920, pero las cosas no van mucho mejor. Es bien sabido que Robert tenía un ojo “bailarín”, esto es, un ojo más pequeño que el otro, y que tenía notables dificultades de atención. Se susurra que pudiese haber sufrido epilepsia... pero no me apetece confirmar este dato, también porque muchas crisis de agresividad típicas de la edad adolescente pueden ser confundidas con esta enfermedad. Y parece que el buen Robert de crisis... tenga una cuantas, ¡visto que al final la familia se resigna a su vida de vagabundo!

      

       Así se veía Crittenden County en 1920

      

       Con 14 años comienza a visitar las barcazas musicales sobre la orilla del Misisipi, a fumar, beber y salir con mujeres. Contagiado con la música de Son House y Willie Brown, se refugia en el Blues, pero la música “maldita” es odiada por la familia, que aísla esta pasión suya de todas las maneras. Quizá nace en este período la manía del joven Johnson de tocar en los cementerios y en los bosques oscuros: lejísimos del pensamiento del “demonio”, el pobre Robert busca simplemente un lugar escondido para practicar en paz su pasión y llorar en silencio. Todavía sin haber sido “tocado” por el Maligno, a los 15 años es un adolescente inquieto y, en realidad, un inadaptado.

       Ahora, antes de continuar, me gustaría concentrar vuestra atención en esta famosa “arpa del judío”, de la cual tantos hablan, y si miráis en derredor encontraréis muchos artículos sobre Robert Johnson que afirman que la tocase... sin ir MÁS ALLÁ en la descripción. No obstante, ¡este pequeño instrumento dice mucho sobre la psicología y, sobre todo, sobre las capacidades artístico-musicales del joven Johnson!

      

       Así se veía Crittenden County en 1920

      

       La “Jew's Harp” es en la práctica... un ARPA DE BOCA, un instrumento de origen gitano que era tocada por los nómadas del Rayastán ya desde el 1500 y que, como muchos otros, había llegado a las orillas del Misisipi junto con los inmigrantes italianos y judíos, que lo habían adoptado. Hoy como ayer, llamar a alguien gitano era llamarlo en modo despreciativo, esto es, “cíngaro”. El pequeño instrumento era entonces casi el símbolo de un estilo de vida fuera de los esquemas, por no decir descarriado. Era además muy fácil de obtener, fabricar y también tocar; no se necesitaba ninguna habilidad particular, tan solo la constancia. Probablemente Johnson la utilizaba también para alcanzar estados de trance y bienestar (hoy lo llamaríamos de “subidón”), porque las vibraciones del instrumento conjuntamente a la utilización de alcohol inducía a una forma de alejamiento de la realidad y de disociación, técnica probablemente aprendida en los locales de mala reputación del Delta.

      

      

       El arpa del judío, de matriz claramente afro, es hasta ahora extendida en Nueva Guinea, entre los Papuas.

       Obviamente con las debidas modificaciones.

      

       Además de tocar el arpa y la harmónica, nuestro Robert parece que hubiese iniciado también a trabajar un poco para sustentarse, sobre todo cuando las relaciones con la madre y el padrino se derrumbaron por completo. Estamos en 1928 y Johnson trabaja como peón en la plantación Abbay-Leatherman cerca de Robinsonville.

      

       Aquí, muy probablemente, encontró al primer y único gran amor de su vida, Virginia Travis, que después esposó a la edad de 18 años en Penton, Misisipi, el 17 de febrero de 1929. Ninguno de los dos tiene dinero y van a vivir a casa de la hermana de esta, Bessie, y del cuñado Granville Hines. Parece que la modesta casita estuviese situada en los alrededores de una comunidad que ya no existe más, la New Africa, pero por tener una idea de cómo estaba orientada social y culturalmente podéis hacer un pequeño viaje a New Road Africa en dirección a Clarcksdale. Se trata todavía hoy de una comunidad bastante rígida, un poco cerrada y seguramente movida por un gran fervor religioso. Todo parece bastante limpio y ordenado y la vida transcurre tranquila según un orden social bastante férreo. ¡Vivir ahí en 1929 no debía ser una diversión para un tipo como Robert Johnson!

      

      

       Una rarísima imagen que retrata a Robert Johnson sobre la barandilla de su casa en New Africa, donde vivía con la mujer Virginia, la hermana de esta y el cuñado. Es 1928.

       Aunque trabajase y amase a la mujer, una tímida y dulce quinceañera ocupada con las tareas de la casa, es bien sabido que Johnson no toleraba la vida rural y que se escapaba de casa muy a menudo. Se retiraba a los locales de mala muerte y a las barcazas sobre el río, persiguiendo un sueño. Ya corrupto por la música Blues y por la obsesión fanática por Charlie Patton y Son House estaba muy poco junto a la mujer, ya embarazada del primer hijo. Pero la tragedia está detrás de la esquina. En la noche entre el 9 y el 10 de abril de 1930, Virginia muere de parto con el pequeño Claude Lee en el vientre: Robert no está con ella, sino tocando para clientes borrachos en las barcazas del Misisipi.

      

       Cuando vuelva a casa dos días después encontrará a la mujer muerta... y sepultada, y el ostracismo de toda la comunidad que lo acusa de “disoluto, libertino y esclavo del demonio”. Asaltado por la cuñada Bessie, que lo acusa públicamente de “haber vendido el alma al diablo y de haber así asesinado a su mujer”, el muchacho es literalmente echado fuera de casa, humillado, herido y con el ánimo completamente destrozado. Desapareció el mismo día e comenzó a vagar por los trenes de mercancías de ciudad en ciudad, adoptando cada vez nombres diversos: Robert Spencer, Robert James, Robert Barstow y Robert Sacks. Lo reencontramos por un breve periodo en Hazlehurst, probablemente a la búsqueda de consuelo. Quizá lo encontrará en uno de los hermanastros del padrino Charles, que le enseñará los rudimentos de la guitarra, e incluso le regala una, una Gibson Kamalazoo che él tendrá consigo hasta la muerte. Aquí conquista a una mujer mucho mayor que él, Calletta Craft, con la que se casará en gran secreto en mayo de 1931 y que no solo le dará un hijo, sino que le permitirá (incluso favorecerá) las visitas a aquel que fue llamado “el Diablo en persona”.

      HIJO DEL DIABLO

      El Maestro oscuro

       ¿Pero quién