Felix Torán

Ley de la autocreación


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de este libro encontrará retos que le motivarán a entrar en acción para emprender el camino. Pero no se trata únicamente de motivarle a pasar a la acción: además, encontrará explicaciones claras acerca de cada reto. Y después, no se va a encontrar sólo. Este libro le acompañará a través de todo el camino, constituyendo una guía y un cuaderno de trabajo.

      Hay una ley universal que subyace detrás de este libro, a la que me gusta referirme como «la ley de la autocreación», que se introduce más adelante en este capítulo. Se trata ciertamente de una ley universal, y que por tanto se cumple siempre, en todo lugar, y bajo cualquier circunstancia. Dicha ley está íntimamente ligada a otras importantes leyes universales que también se introducen brevemente a través de esta obra, como son la ley de la atracción o la ley de causa y efecto.

      Antes he mencionado el uso de retos para lograr un efecto motivador. Pero es precioso que aclare que, cuando hablo de retos, de ninguna manera intento crear una competición entre usted y este libro, o ninguna otra persona. Si hiciera eso, estaría estimulando su ego, y difícilmente podría lograr un desarrollo personal positivo en usted. Y, de hecho, el verdadero objetivo de esta obra es motivarle a que usted logre un crecimiento personal positivo. Al mencionar la motivación, me refiero realmente a animarle a pasar a la acción, con energía y entusiasmo. La forma de conseguirlo consiste en transmitirle entusiasmo para que usted se rete a sí mismo, con el objetivo de superar a la persona más importante del mundo: Usted. El reto es un vehículo, un medio, pero no es el fin. Visto de este modo, su ego no puede resultar afectado, por lo cual podrá emprender el camino con confianza, entusiasmo y energía.

      Para ello le voy a proponer una serie de retos, de sencilla comprensión, y que unidos a la acción, voluntad, y perseverancia, producirán cambios positivos espectaculares en su vida.

      Mi intención no es venderle un remedio milagroso. De hecho, sólo con leer el libro, nada va a cambiar, salvo que pase a la acción y acepte los retos. Ese paso es determinante, y si lo emprende, habrá tomado una de las decisiones de las cuales jamás se arrepentirá.

      Para mostrarle completa honestidad y transparencia, quiero comenzar el libro explicándole con claridad la base que sustenta lo explicado en estas páginas, de tal forma que pueda adquirir la firme convicción de que, efectivamente, este libro va a ayudarle, y mucho. Dicha base la forman dos leyes universales que explico en mayor detalle en la próxima sección, y que enlazan con la ley que engloba lo explicado en este libro: la ley de la autocreación.

      Dos importantes leyes universales que se esconden tras este libro

      Entre las leyes que reinan en el Universo, existe una ley universal sumamente importante, que es la llamada ley de causa y efecto. Permítame comenzar explicando brevemente dicha ley, puesto que es la esencia misma que sostiene la utilidad de este libro, y de ahí su importancia.

      La ley de causa y efecto nos dice que toda causa produce un efecto, y que todo efecto es consecuencia de una causa. En pocas palabras, nada es casual, todo es causal. La cuestión es que a veces podemos explicar, o al menos comprender, la causa que ha producido un cierto efecto. Pero a menudo no es así, y ante las cosas más evidentes, no podemos llegar a explicar lo que percibimos como una cadena de causas y efectos, ya que se convierte en algo sumamente complejo, que se escapa a nuestra capacidad de razonamiento lógico. En esos casos, recurrimos a la estadística, las probabilidades, etc. En definitiva, hablamos de azar. Y en la práctica, en nuestras vidas, recurrimos frecuentemente al siempre accesible recurso de la «casualidad». Nos decimos que lo que ocurre es una casualidad, y de este modo, el tema queda cerrado limpia y elegantemente, pudiendo retornar rápidamente a los temas que más nos preocupan y que, a menudo, no son los que más contribuyen a conducirnos hacia los resultados que deseamos realmente.

      En efecto, nuestros pensamientos atraen circunstancias similares, que facilitan la consecución de nuestros objetivos. Aparece lo que Carl G. Jung llamó sincronicidades. Se trata de conjuntos de eventos sin relación aparente causa-efecto. Ninguno de los sucesos ha causado a ninguno de los otros, ni es el resultado de ninguno de los demás. Pero, sin embargo, se establece una conexión, y el hilo que une dichos sucesos —acausal por definición— es su

      significado, que se sostiene a través de un pensamiento. Así es como el Universo responde a nuestros pensamientos y conspira para ayudarnos a hacer realidad nuestros deseos. Después, está en nuestras manos percibir dichas sincronicidades, actuar, y hacerlo en la dirección correcta. Sin actuar, nada va a venir mágicamente ante nosotros. No vale decir «Voy a atraer el empleo de mis sueños con sólo desearlo». Lo que atraemos no son los deseos ya hechos realidad, sino las circunstancias que, unidas a la acción, nos permitirán recorrer el camino hacia nuestros deseos.

      ¿Qué tiene que ver este libro con dichas leyes universales?

      Para comenzar, ¿qué relación une a este libro con la ley de la atracción? La ley de la atracción es sumamente poderosa e importante, y tiene mucho que ver con los retos que voy a presentarles en este libro. De hecho, mediante la puesta en práctica de los mismos, usted podrá experimentar dicha ley universal mucho más de cerca y ganar conciencia sobre la misma (lo cual tiene una poderosa repercusión positiva en cuanto a la creación de éxito, felicidad y abundancia).

      En realidad, todo se reduce a algo muy sencillo. De lo que sembramos, recogemos. De lo que ponemos en nuestra mente dependen las circunstancias que vamos a atraer. Así que es muy importante poner en nuestra mente el contenido correcto, y muy especialmente instalar los hábitos correctos, que van a ayudarnos a atraer una vida de mayor felicidad y nivel de éxito. Para crear esos hábitos, el vehículo que se presenta en este libro es el reto. Al aceptar y poner en práctica estos retos, podrá apreciar que atrae más de lo mismo. Apreciará la ocurrencia de esas sincronicidades, y aprenderá a ser más consciente acerca de estas, lo cual le permitirá alcanzar sus metas con mayor rapidez y efectividad, disfrutando además del camino.

      La ley de la atracción está íntimamente ligada, y armoniza perfectamente con la ley de causa y efecto. De hecho, los pensamientos (causa), atraen esas sincronicidades, esas aparentes casualidades (que son el efecto).

      Y la ley de causa y efecto tiene mucho que ver con este libro. En pocas palabras, dicha ley se puede entender como sigue: si no hace nada, entonces todo va a seguir igual. Si queremos lograr algo (efecto), tenemos que actuar para crear la causa que producirá tal efecto. Si no hacemos nada, seguiremos en las mismas rutinas de siempre. Y el lugar donde podemos hacer los cambios, donde podemos actuar, no está directamente ahí fuera. Por el contrario, dicho lugar está dentro de nosotros, en nuestra mente. Un pequeño cambio positivo en nuestra mente, una vez convertido en hábito, se refleja en nuestro mundo exterior como un gran cambio positivo. Lo interno (causa) termina reflejándose en lo externo (efecto).

      Y entonces… ¿Por qué hablamos de la ley de la autocreación?

      Como acaba de ver, los retos de crecimiento personal que conforman este libro tienen mucho que ver con la ley de la atracción, y con la ley de causa y efecto, y, a su vez, las dos leyes universales están íntimamente relacionadas.

      Al hablar de la ley de la atracción, aplicada a la obtención de éxitos y a experimentar la felicidad, lo que nos viene a la mente es que nuestros pensamientos atraen circunstancias. Todo en el universo se confabula para ayudarnos a encontrar el camino a recorrer, y después… ¡Hay que recorrerlo! Entendemos que todo se crea dos veces, una primera vez en nuestra mente, y una segunda vez en la realidad. Hablamos de pasar de objetivos en nuestra mente, a deseos hechos realidad. Se trata de materializar nuestros pensamientos. Se le llama ley de la atracción precisamente por el hecho de que atraemos circunstancias externas.