En el codo
En la muñeca
En manos y dedos
III. La cadena de extensión
III. 1. Trayecto de la cadena de extensión del miembro superior
III. 2. Anatomía de la cadena de extensión del miembro superior
III. 3. Análisis funcional de la cadena de extensión
En el tronco
En los brazos
IV. La cadena de apertura (supinación)
IV. 1. Trayecto de la cadena de apertura del miembro superior
IV. 2. Anatomía de la cadena de apertura del miembro superior
IV. 3. Análisis funcional de la cadena de apertura
V. La cadena de cierre (pronación)
V. 1. Trayecto de la cadena de cierre del miembro superior
V. 2. Anatomía de la cadena de cierre del miembro superior
V. 3. Análisis funcional de la cadena de cierre
VI. Síntesis de la programación de las cadenas de los miembros superiores
Introducción
Han pasado treinta años desde la primera aparición del tomo I de Las cadenas musculares. Hoy he decidido retomar la escritura
Las cadenas fisiológicas constituyen una lectura anatómica y fisiológica del cuerpo humano.
No es una teoría.
No es una filosofía.
Como fisioterapeuta desde 1968 y osteópata desde 1979, he impartido clases en el Colegio de Osteopatía Sutherland hasta 1994, cuando sentí la necesidad de dar un paso atrás, sintetizar todo lo que había aprendido, iniciar un trabajo de integración y dar coherencia a todos esos conocimientos. En ese momento, la idea de descodificar el cuerpo en un sistema de cadenas que funcionaran a todos los niveles se hizo evidente. En la práctica, este planteamiento se ha convertido en el hilo conductor de toda mi investigación.
El proyecto puede parecer anacrónico, lo sabemos, la medicina moderna evoluciona desde hace décadas hacia la especialización. Esta especialización ha permitido identificar mejor las diferentes patologías y no negaremos que puede ser una fuente de progreso, aunque presenta un problema importante: segmenta el cuerpo del paciente.
El método de las cadenas fisiológicas, al poner en evidencia las interrelaciones entre todas las partes del cuerpo, va en contra de esta lógica de la segmentación. Por el contrario, reconoce la unidad del cuerpo en su coherencia global y sustituye el examen analítico, que a veces ignora esta coherencia, por un enfoque sintético.
La clave es identificar las disfunciones que afectan el cuerpo del paciente, y son responsables de una mala dinámica que produce un deterioro del equilibrio general del organismo.
Su objetivo es tratar estas disfunciones con el fin de restablecer el equilibrio funcional del cuerpo necesario para volver a crear una dinámica sana.
Mi camino hacia el método de las cadenas
En 1964, comencé mi vida profesional como monitor en un gimnasio especializado en musculación para deportistas y, sobre todo, en clubs de rugbi. Esta experiencia me aportó un primer contacto con el cuerpo humano y permitió financiarme los estudios.
En 1968, me diplomé en fisioterapia. Al no estar satisfecho con las competencias adquiridas (la formación de la época no tenía la calidad de la actual), decidí completar mis conocimientos. Abrí una consulta de fisioterapia y ejercí en una ciudad en la que había un club de rugbi del que yo era miembro. De nuevo, me tuve que enfrentar al mundo del deporte, que exige diagnósticos precisos y resultados rápidos. Paralelamente, un amigo médico me pidió que me encargara de la preparación prenatal y postnatal en su clínica. Esta experiencia en el mundo obstétrico y neonatal, que duró más de quince años, me enseñó la importancia de la parte emocional de la futura mamá y de su bebé mediante la atención, la cooperación y la confianza. Las especificidades de la maternidad y el parto también me enseñaron el papel central de la relación fisiológica «contenido-continente», que es la base del desarrollo del método. En 1975, entré en el Colegio de Osteopatía Sutherland. Estos fueron mis primeros pasos en la osteopatía. En 1977, seguí la formación Mézières con Françoise Mézières y Philippe Souchard.
Cursé paralelamente estas dos formaciones —colegio de osteopatía y formación Mézières—, que en parte se complementaban, pero también confrontaban conceptos. Aunque los profesores de ambas disciplinas eran remarcables, no había convergencia entre sus propuestas. Por un lado, la señora Mézières daba prioridad absoluta al músculo; juzgaban, por el otro, los osteópatas las cuestiones musculares con condescendencia. No obstante, la ventaja de estas actitudes, hasta cierto punto sectarias, era su respectivo rigor: ambas formaciones intentaban ir hasta el fondo de una lógica y una práctica precisas. Sin embargo, en el método que yo propongo, se trata de superar lo que, a mi juicio, las limita.
No obstante, el método de las cadenas fisiológicas les debe ciertos descubrimientos, principalmente a Françoise Mézières, por sus aportaciones sobre la cadena posterior, y a Godelieve Struyf-Denys, en lo que respecta a las cadenas musculares y articulares.
La cadena posterior de Mézières
Históricamente, Françoise Mézières fue la primera fisioterapeuta que tuvo en cuenta el trabajo en cadena. Son varios los métodos posturales que surgieron de sus enseñanzas, que se basan en un enfoque global del paciente. Más precisamente, ha señalado la existencia de una cadena posterior que va de la base del cráneo a los pies. Esta cadena incluía los músculos de extensión. En cambio, en su descripción no tenía en cuenta al resto de los músculos. Sin embargo, en la práctica ha ido más allá de los límites de su propia teoría. Cuando la veíamos trabajar, podíamos constatar que, intuitivamente, iba mucho más lejos y también trataba los músculos del plano anterior.
Las cadenas musculares y articulares de Struyf-Denys
Posteriormente, una colega, Godelieve Struyf-Denys, propuso una organización más completa que incluía varias cadenas, que ella llamó cadenas musculares y articulares. Para identificar y seleccionar los músculos de sus cadenas,
La reeducación postural global (RPG) de Souchard
Por fin llegamos al método desarrollado en la misma época por Philippe Souchard con el objetivo de desmarcarse del método Mézières. La reeducación postural global (RPG), al igual que el resto de los métodos citados, resulta interesante, pero había que ir más lejos.
En 1979, me diplomé en osteopatía. Los directores del Colegio Sutherland me pidieron que me quedara a enseñar. Así que decidí impartir clases de:
– Organización y tratamiento de las cadenas musculares, que en un primer momento llamé ejes miotensivos.
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