Marcelo Paladino

De la empresa familiar a la familia empresaria


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y drenaje que funcionaba en forma independiente para cada parcela de producción y una red de caminos internos de aproximadamente 216 kilómetros (Anexo 2). La superficie total destinada a la producción de arroz en el año 2012 alcanzó las 3.900 hectáreas, con un rendimiento promedio en el último quinquenio de 8.250 kg/ha, equivalente a 32.175 tn/año.

      Mercado del Arroz en Argentina

      En 2015 en la Argentina se produjeron 1.200.000 toneladas de arroz cáscara, de las cuales un 35% son para consumo interno y el 65 % restante se exporta. Las principales provincias productoras son: Corrientes con 75.000 hectáreas, Entre Ríos con 60.000 hectáreas, Santa Fe con 40.000 hectáreas y Chaco y Formosa ambas con 12.000 hectáreas. Las empresas productoras y comercializadoras de arroz más importantes son: Adecoagro, Molinos Rio de la Plata (Arroz Gallo) y COPRA SA — Arroz Dos Hermanos. El 95% del arroz que se comercializa y se exporta en Argentina corresponde al arroz tipo largo fino, el restante 5% son arroces tipo largo ancho, arroz corto japonés y Carnaroli. El consumo per cápita era de 7 Kgs.

      En la última década la producción se mantuvo más o menos estable con una baja de precios en los últimos tres años lo cual afectó la rentabilidad del cultivo. El arroz no cotiza en bolsa, por lo que la mayor cantidad de operaciones de compra-venta se realizan directamente entre productores e industriales o exportadores, y no había un precio de referencia uniforme a nivel nacional.

      Situación antes de la Crisis

      En diciembre de 2007, la situación toma un giro. La empresa Molinos Río de la Plata, absorbe el Grupo Estrella, y cambia los objetivos y lineamientos de su proyecto. Esto deriva finalmente en el 2008, en la decisión de la venta del campo y la oportunidad del grupo de la Familia Meichtry de ser propietarios y proveedores de materia prima para Molinos Río de la Plata. En ese mismo año se compra el campo Cancha Larga de 3.180 hectáreas para la producción de arroz. Así, se convirtieron en los principales proveedores de arroz de la firma con las características y normas de calidad exigidas.

      Al poco tiempo, Horacio Bianchi, quien se desempeñaba en el área de producción de arroz, dejó de trabajar en Molinos Rio de la Plata y retomaron la vieja idea de desarrollar arroz en la región. Con la ya incorporación en el 2007 en el área administrativa de Eugenia, Contadora Pública, Horacio se ocupó del desarrollo de la parte industrial y desarrollo del proyecto integral. Eugenia reorganizó la empresa administrativamente trayendo la contabilidad que hacía 20 años su padre llevaba en Entre Ríos, al Chaco donde ella tenía su oficina. Luego de llegar a un arreglo con sus 6 hermanas, la Sociedad de Hecho formada por Eduardo y su padre, que falleció en 1999, se convirtió en “Arrocera San Carlos SRL” en 2008 y el nuevo campo adquirido en “Arrocera Cancha Larga SA”.

      La crisis de 2010

      En Enero de 2009, un año después del lanzamiento de San Carlos, y con toda la ilusión puesta en el desarrollo de este gran emprendimiento (un sueño hecho realidad) y el desarrollo de la familia, se produjo el evento que casi termina con todas las ilusiones. La presentación ante el juzgado Civil de Resistencia, a través de una medida cautelar, y por la denuncia de un particular, había prohibido el uso de todo tipo de agroquímicos23 en la arrocera hasta tanto no se demuestre la ausencia de contaminación. Con el estudio impulsado por Martín hecho a tiempo, el juzgado levantó la medida cautelar dos semanas antes de la época de siembra estando el suelo ya todo preparado hacía ya un mes.

      Eugenia desde su oficina en Resistencia, capital de la Provincia del Chaco, además de los temas administrativos contables, se hizo cargo de las presentaciones en los juzgados, trámites en el municipio y de todo tipo de gestiones administrativas necesarias para resolver el conflicto.

      No había posibilidades de no sembrar en un año. “Si no nos hubiésemos anticipado con ese trabajo ambiental a tiempo, y su presentación al juez, habríamos perdido un año de trabajo lo cual hubiese sido un gran perjuicio para la empresa. Este trabajo fue para Martín y para Eugenia su prueba de fuego en la empresa”,comentaba orgulloso Eduardo. “Este hecho nos fortaleció como empresa y como familia, nos dimos cuenta de lo vulnerable que era la empresa y que no estábamos preparados para enfrentarnos con los medios y más aún, cómo comunicar lo que realmente pasaba”, comentan Eugenia y Eduardo. Y agregaban: “Tuvimos que interpretar y analizar cómo se hacían las cosas dentro de la empresa y como mejoraríamos la comunicación hacia afuera de ella”.

      ¿Cómo se resolvió la crisis?

      El conflicto duro casi tres años, del 2009 al 2011. Hasta ese momento, la gestión ambiental que se desarrollaba incluía una forestación con árboles nativos, los informes trimestrales sobre los distintos tipos de análisis que se hacían y controles ambientales realizados por el estado provincial (sobre todo de aguas), pero todo esto no fue suficiente para revertir el problema.

      Observaron entonces, que cada vez que se vaciaban los lotes una gran cantidad de aves se alimentaban de peces que se filtraban en el llenado de los arrozales. Se les ocurrió que si colocaban peces en las parcelas en las que se sembraba el arroz, podrían servir como testigos de un ambiente sano. La idea se pensó ponerla en práctica llenando inicialmente solo dos lotes en los que se venía produciendo arroz por más de 20 años que se modificaron para aumentar el nivel de agua y así poder poblarlos con peces.

      Un domingo mientras estaban almorzando en el campo Martín y un encargado, que se había dedicado al cultivo de arroz en Clorinda Provincia de Formosa, le comentó que conocía un Ingeniero Agrónomo que era experto en el tema de la piscicultura y que se había desarrollado como piscicultor de Pacú24 por más de 20 años.

      En mayo de 2010 Eduardo y Martín fueron a Clorinda, Formosa, a conocerlo al Ing. Néstor Gromenida, quien era un experto y un apasionado de la piscicultura, y comenzaron a desarrollar la idea que cambiaría la imagen de contaminadores que le habían impuesto. Néstor viajó al Chaco y decidieron hacer una prueba con 14 hectáreas con el mismo sistema de riego y dejar la idea de 2 piletas chicas.

      A la semana la prueba se había transformado en 80 has. La decisión surgió del análisis del tema de la rotación y sobre los beneficios que la misma tenía, toda vez que el Pacú se come los caracoles que son plaga y crecen durante el sembrado del arroz. El rastrojo al descomponerse se transforma en alimento y el Pacú fertiliza el suelo con los excrementos. Con mayor extensión se cumplía mejor el proceso de rotación (Anexo 3). Es así que con esta idea, se da inicio a la piscicultura en la empresa. Se vio así una oportunidad de dar una respuesta visible con la cría del Pacú al conflicto ambiental (Anexo 4).

      La medida cautelar se levantó finalmente porque se presentó un seguro de caución y un estudio de impacto ambiental con un plan de gestión ambiental. Se pidió la visita al establecimiento al juez para que viera lo que habían hecho para dar respuesta a su solicitud más las piletas llenas de peces en crecimiento.

      Decisiones trascendentes para resolver el conflicto

      En el seno de la familia, consideraban que la clave para destrabar el conflicto fue el sistema de alternancia Arroz — Pacú el cual era innovador y ambientalmente sustentable. “Cuando se habla de producciones agropecuarias sustentables, la rotación de cultivos es una de las primeras cosas que vienen a la mente. Difícilmente se piense en explotaciones que combinen arroz con piscicultura”, comentaba un periodista del Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela25.

      “Por todo esto, vemos no solo una solución al conflicto, sino como una sinergia: el arroz brinda la estructura del canal, el desagüe, los caminos, los sistemas de riego y alimento al pacú; y éste le devuelve un lote limpio, sin malezas, sin plagas y fertilizado para un nuevo ciclo de arroz. Todo cierra en términos de sustentabilidad”, comentaba entusiasmado Eduardo Meichtry.