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3. De la Empresa Familiar-Pyme a las Empresas Familiares-grandes corporaciones
Como ya se comentó, el desarrollo de las Empresas Familiares está fuertemente influenciado por el marco legal y regulatorio de cada país. Las instituciones marcan el desarrollo económico, garantizan la paz social, aseguran la libertad individual, establecen los derechos de propiedad y deben garantizar el cumplimiento de los contratos a través de los sistemas legales15. Estas instituciones tienden a variar a nivel internacional lo cual hace que la relación existente entre concentración de la propiedad y rentabilidad de la empresa varía bastante entre países.
El entorno institucional marca la relación que surge de la concentración de la propiedad y la relación entre propiedad-control familiar y valor de la empresa. Rediker y Seth16 señalan que el valor de la empresa depende de la eficiencia de un conjunto de mecanismos de gobierno corporativo. Los autores evalúan si el mecanismo de gobierno externo de las empresas (marco legal y regulatorio del país referente al grado de protección de los accionistas minoritarios) puede sustituir al mecanismo de gobierno interno (estructura de propiedad concentrada) de gobierno corporativo. En general se da que, en países con marcos legales y regulatorios poco desarrollados, el accionista familiar principal o del grupo de control familiar será mucho más importante en el mantenimiento o incremento en el valor de la empresa, y por lo tanto en la riqueza creada en un país. Por el contrario, en países con marcos legales y regulatorios muy desarrollados con fuerte protección de los accionistas, el rol del grupo de control tendrá menor impacto. El estilo de gobierno corporativo que la empresa adopte disminuirá las oportunidades de obtener resultados a los accionistas controladores a través de sacar riqueza de la empresa restándole valor a la misma.
La concentración de la propiedad en manos de un grupo de familia, puede ser la solución cuando existe un vacío legal o cuando la protección es débil. Sin embargo, notamos que no existe una única forma de protección a los accionistas, ya que las jurisdicciones latinoamericanas difieren mucho entre sí. El índice de Transparency International17 sobre percepción de corrupción refleja que cuando las instituciones son débiles o inexistentes, la corrupción aumenta sin control, aumentando la inseguridad e impunidad. Se genera desconfianza en las instituciones y en los gobiernos encargados de garantizar estabilidad, transparencia y rendición de cuentas. Las diferencias existentes entre países supondrán las diferencias en el nivel de concentración de la propiedad y en la relación existente entre concentración y rentabilidad de las empresas. Y esas diferencias existentes en el nivel de concentración de la propiedad existen tanto para las empresas familiares grandes como para aquellas que cotizan en bolsa. Según Fernández Pérez y Lluch, el capital concentrado del principal accionista familiar es de al menos 53,1%, siendo la concentración más alta en Argentina y Chile con el 79,8% y 62,8% respectivamente. La participación del accionista principal en empresas cotizantes también es la más alta en Argentina y Chile (65,8% y 59,1%). Honduras, Argentina y Colombia son los países con mayor concentración de accionistas, sus cinco primeros tienen una participación próxima al 90%, y superiores al 75% para el caso de empresas cotizadas en Argentina y Colombia.
¿Qué podemos concluir de esto? Del estudio realizado por Fernández Pérez y LLuch sobre estructura de la propiedad y performance de las empresas familiares según entorno institucional, se desprende que los inversores prefieren estructuras de gobierno empresarial concentradas. Esta concentración de la propiedad a cargo de un grupo familiar ofrece una mejor protección al accionista cuando la protección legal o el marco institucional es débil18. Según la jurisdicción latinoamericana en donde se encuentren las empresas familiares los niveles de protección en beneficio de los accionistas cambian según el marco regulatorio o legal de cada país. En general las empresas ubicadas en países con un nivel de calidad y desarrollo del marco institucional y regulatorio menor a la media tienen niveles mayores de concentración de la propiedad. Del estudio también se desprende que la relación entre la concentración de la propiedad y resultados de la empresa familiar varía según quienes gestionen la empresa. Cuando es el fundador quien toma las decisiones y se encuentra a cargo de la gestión los resultados tienden a ser mejores, que en las empresas familiares de generaciones posteriores. Una explicación a esto es el rasgo emprendedor que aporta el fundador.
Respecto al índice de percepción de la corrupción, las empresas ubicadas con mejor marco institucional y regulatorio obtienen unos niveles de rentabilidad inferiores a aquellas empresas ubicadas en países con baja protección a inversores, independientemente si estas son dirigidas y controladas por el fundador. Esto se explica por la mayor exigencia de transparencia y de rentabilidad mínima para el colectivo de las empresas con cotización en mercados. En economías volátiles como las latinoamericanas, la propiedad familiar con un enfoque a largo plazo sobrevive mejor que una empresa tradicional pública que está a merced de los inversores que piden resultados a corto plazo.
Para lograr la transparencia frente al conjunto de stakeholders (inversores, clientes, proveedores, empresas asociadas o cooperantes),la difusión de buenas prácticas de gobierno corporativo exigen el funcionamiento de códigos de comportamiento que las hacen transparentes. La adopción de prácticas de gobierno corporativo es un requisito indispensable para asegurar el crecimiento y expansión, en especial luego de la década del ochenta, la desaparición de ISI, y el acceso a los mercados internacionales.
Las empresas de familia con el fin de asegurar su continuidad se fueron “modernizando”, concepto que se asocia directamente con el de “profesionalización” de ambos. La Empresa Familiar y las estructuras de gobierno de las Familias Empresarias, transformándose las Empresas Familiares en Familias Empresarias. Y esto como resultado de decisiones estratégicas que apuntan a la trascendencia de las Familias Empresarias.
4. De la Empresa Familiar local a las Empresas Familiares Multilatinas y Globales
Históricamente las empresas familiares tienen alto protagonismo en la historia económica y empresarial del mundo hispánico debido a que los empresarios adoptaron una estructura de propiedad y de gestión basada en la red que supone la organización familiar. El funcionamiento de esta empresa ha dependido de las intervenciones del Estado y de sus cambios políticos. Son el Estado y el gobierno los que han jugado un rol central en la regulación de los mercados, su regulación jurídica y sus vínculos con el derecho de familia. Esta es la principal diferencia con las sociedades anglosajonas o escandinavas, donde las regulaciones externas fijaron el funcionamiento de las empresas interiorizando las normas de las propias familias empresarias.
La familia, los vínculos dentro de ella, se trasladaron al derecho y desde el derecho hacia las instituciones. El concepto de familia y empresa son claves para entender la evolución económica que han tenido las sociedades hispanas. La influencia del catolicismo, religión predominante en Latinoamérica, sentó las bases de la empresa familiar, amparadas bajo los valores familiares. Desde sus días coloniales y hasta el presente los gobiernos se han asentado sobre bases inestables lo que provoco el constante cambio de sistemas políticos, desde sistemas feudales pasando por revoluciones populistas, gobiernos dictatoriales hasta llegar a las inestables y cambiantes democracias de la actualidad. En definitiva, han sido proyectos de país que han avanzado sin un rumbo claro.
La consecuencia de esta inestabilidad política se refleja en un pobre desarrollo como sociedad organizada y sin un proyecto claro de nación en estos países, con instituciones débiles y manipulables y poco apego a las reglas sociales y éticas. En este contexto es donde el concepto de familia se hace fuerte, en ellas los individuos se hacen fuertes en defensa de sus intereses, la familia como núcleo duro que a través de un sistema de alianzas explicitas y tácitas construye poder. Durante los años noventa las economías latinoamericanas fueron transformándose, de manera discutible, pero fundamental. Las privatizaciones en el sector público, la liberalización de mercados, y las reformas fiscales, hicieron que Latinoamérica fuera atractiva para inversores. A principio de los noventa la inversión extranjera directa en la región fue de 18.000 millones de dólares, llegando a 108.000 millones en 199919. Luego de la crisis de 2008 provocada por la burbuja inmobiliaria, en 2013 los países emergentes recibieron más de la mitad del total de la inversión