Rafael Paz

Cuestiones disputadas


Скачать книгу

han sido y son constantes.

      En efecto, los cambios en las inferencias reconstructivas cruzados con datos interdisciplinarios variados, que van desde la observación de bebés hasta elaboraciones etnográficas e históricas han dado lugar a mutaciones profundas.

      Y es allí donde los paradigmas, al fin de cuentas actos de fuerza en el territorio de las ideas, juegan su función ordenadora o restrictiva.

      La relativización del edípico en su versión tradicional obedece tanto a la promoción de aspectos relevantes en otros, el del apego, por ejemplo, como a la asimilación de interrogantes surgidos de la inmersión transferencial en el vórtice de sus versiones.

      Ya la idea de Edipo completo destotalizó el esquema base y su congruencia especular con “la familia” ingenuamente entendida, tarea continuada con el desarrollo del concepto de Edipo primario.

      Este, a su vez, no es una mera tracción mecánica “hacia atrás” de lo mismo, pues al articularse con los desarrollos referidos a objetos parciales y emociones básicas, llena de matices el repertorio de figuras presentes en los procesos de crianza.

      Lo cual entra en resonancia con elaboraciones centradas en la idea de apego, facilitando el concebir funciones desacopladas de portadores fijos según género, abriendo esbozos de respuesta a acuciantes cuestiones de la clínica actual.

      Volviendo al hilo de nuestro desarrollo: hemos hablado de lo oniroide, para referirnos al tipo de producción imaginante que favorecemos.

      Pero de ese modo definimos una peculiar consistencia, no una fragilidad; y en todos los sentidos de la palabra, desde el más obvio: en qué consiste, cuál es su sustancialidad.

      Se trata de la materialidad fluente de las fantasmáticas y las fantasías, que transcurren sobre el soporte de continentes que si son propicios favorecen la permeabilidad entre los espacios psíquicos.

      El Mundo Interno tiene escisiones que autonomizan segmentos y sistemas, pero también pulsa para unificarse, recurriendo a polos de convergencia pulsional, fantasmática o deseante; a puntos identificatorios ideales; a recolecciones enunciativas a través de la pronominación.

      Conceptos como el de pantalla del sueño, de especularidad en el sentido de Kohut, o, más abstractamente el de continente para Bion, son desarrollos que dan concreción empírico-transferencial y conceptual a los dispositivos de sostén e interfase, de variada resistencia y porosidad.

       La función de la institución psicoanalítica con relación a la que construimos en la clínica.

      Es este un concepto elaborado por Marx en los Gründrisse, para dar cuenta de la congruencia entre Modos de Producción y las subjetividades que en ellos se configuran.

      Pero es necesario ampliar su connotación más allá de tal dispositivo, en un mundo que tiende a definir identidades no restringidas a las tradicionales figuras de clase debido al estallido de diversidades, y también –contradictoriamente– a la fusión homogeneizadora de la globalización.

       OPERACIONALISMO CRÍTICO

      En lo que sigue nos hallaremos con ideas surgidas de diferentes esquemas referenciales, articuladas desde el marco de una teoría del Mundo Interno y Relaciones de Objeto explorada en transferencia, lo cual permite construcciones consistentes de Campo y de Proceso Analítico.

      Nos movemos así con un operacionalismo crítico, que supone asumir ciertas opciones fundamentales para luego situar en ellas hallazgos procedentes de la rica y heterogénea capacidad instalada, fruto de una vasta acumulación histórica.

      Operacionalismo, para poder recurrir sin inhibiciones o prejuicios a esa masa de conocimientos tanto teóricos cuanto instrumentales y de procedimiento.

      Crítico, puesto que supone la interrogación por el valor extendido de las herramientas técnicas y conceptuales, que originariamente consisten por lo común en recursos de a bordo y sistematizaciones ad hoc con los que el analista intenta entender lo hallado en su clínica.

      Pero se trata además de referirlos a grillas de inteligibilidad que permitan su cotejo en el campo, definiendo criterios de proceso y superando el nivel, necesario aunque insuficiente, de una narrativa persuasiva, la cual, de cualquier modo, es imprescindible como recurso de transmisión.

      Insistamos: es absurdo desaprovechar lo acopiado por generaciones de psicoanalistas, y una de las ventajas de una concepción sistemática de campo reside en que permite la puesta a prueba de las más diversas observaciones, superando los a priori de escuelas.

      Si a los conceptos los situamos en tal perspectiva, les otorgamos pertinencia; es decir, precisión, fecundidad y valor de verdad en un ámbito reglado de indagación y experiencia, adquiriendo capacidad instrumental la masa de ideas e intuiciones con que contamos.

      No podemos darnos el lujo de desperdiciar tantos conocimientos, pero tampoco es cuestión de caer en un eclecticismo débil, que salta de uno a otro marco de referencia sin el procesamiento acabado de sus límites, en el cotejo con la empiria de campo y la elaboración conceptual de sus hallazgos.

      Operan como abstracciones guía, que en la versión primera denominaba paradigmas, la cual parece ahora una denominación exagerada, pues es mejor reservar ese nombre para ordenadores globales de un dominio.

      Señalar que los paradigmas dependen de correlaciones de fuerza en el consenso en determinada coyuntura, es ya sabido desde que el propio Kuhn profundizara el concepto.

      Los que aquí aparecen como ejes corresponden al cruce entre ordenadores personales, que la práctica ha decantado, con las coyunturas sucesivas en la historia del psicoanálisis, cumpliendo una función de transmisión y de esperanza de diálogo más allá de las tendencias hacia repliegues dogmáticos o idiolectales.

      1) De constitución:

      a) Inconsciente.

      Agregando de inmediato: escindido y heterogéneo.

      Desde su misma génesis, relacional y erógena, nos permite pensar los tiempos que coexisten en lo potencial, en lo no realizado y por lo tanto una dialéctica suspendida cuya posibilidad de concreción y/o de repetición es la clínica en transferencia.

      b) Transferencia.

      Convergen allí diferentes lógicas:

       La del amparo/desamparo.

       La del narcisismo.

       La del polimorfismo.19

       La del Edipo (en sus diferentes niveles y versiones)

       La de la sociabilidad abierta.

      Las primeras son formas prototípicas más o menos discernibles en el campo, y ligadas a matrices primarias. La última supone apertura a lo actual, pero incluirla se justifica en tanto el espacio analítico es transicional en sentido estricto y la transferencia es pasado, presente y potencialidad futura.

      Por lo que muestra las tensiones y fantasías propias de explorar y propulsarse al mundo