internas”
CAPÍTULO 4. EL SUR GLOBAL Y LOS PAÍSES-PUENTE: EL CASO DE BRASIL (1956-1964)
Gisela da Silva Guevara
1. Acercamientos teóricos a la temática
2. Kubitschek y la Operación panamericana: construyendo lazos Sur-Norte y Sur-Sur
3. La política exterior independiente en Quadros y Goulart: ¿el Otro como rival?
Bernardo Salgado Rodrigues
1. El enfoque teórico-conceptual de la geopolítica crítica (GC) y suramericana
2. Geopolítica de los recursos naturales
En su obra Le temps des humiliés. Pathologie des relations internationales, Bertrand Badie (2019, p. 237) argumenta que en los tiempos actuales “Europa no es más el campo de batalla que solía ser durante cuatro siglos”. Asimismo, el autor defiende que la mejor forma de cumplir con el interés nacional es auto-imponerse una “política de alteridad” que no solo visualiza al otro como rival sino como un socio que será considerado en igualdad de circunstancias. Badie considera que la diplomacia de la libre cooptación sustituyó, después del final de la guerra fría, las formas estrictas de la bipolaridad.
En un contexto de dinámicas internacionales que ya no obedecen a la lógica de la obligación de alinearse con uno de los dos polos, las tensiones mundiales se inscriben en una “dialéctica del exigido reconocimiento y de la humillación infligida” (Badie, 2019, p. 40). Asimismo, el espacio denominado América Latina es escenario de profundas reflexiones académicas, en todos los dominios, acompañando los cambios contundentes en el sistema internacional, con el ascenso de potencias como China, los re-cuestionamientos profundos en Europa en ámbitos tales como el cultural o económico, o las reflexiones en Estados Unidos sobre su (¿nuevo?) lugar en el panorama mundial.
En el siglo XIX, como asevera Walter Mignolo, intelectuales como el colombiano Torres Caicedo (1830-1889), uno de los primeros en utilizar el término América Latina, lo hizo con los ojos puestos en el “modelo” de cultura que representaba Francia, defendiendo “una postura geopolítica común, que respondía a intereses imperiales franceses” (Mignolo, 2007). Otros, como el prusiano Alexander von Humboldt (1769-1859), visualizaban en un proyecto de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico una forma de “contener” los avances de Estados Unidos, al tomar “muy recientemente posesión de una parte considerable de la costa occidental del Nuevo Continente […]” (von Humboldt citado en Judilevich, 2006, p. 213).
En cuanto a Simón Bolívar (1783-1830), el académico Andrés Rivarola argumenta que este estaba impregnado de una “conciencia geográfica”, la cual “radicaba en ambicionar una integración de los nuevos Estados, a fin de mantener su autonomía contra poderes extranjeros” (Rivarola, 2011, p. 847). Asimismo, se conformaría la noción de una América del Sur, que dejaría de ser solo una unidad articulada a una mera expresión geográfica, pasando a plasmar también una unidad política y económica, con crecientes ambiciones respecto a ser un actor internacional (Rivarola, 2011). Pero Rivarola asevera igualmente que las contundentes divergencias de visiones geopolíticas también llevaron a que se creasen serios obstáculos a proyectos de integración en América Latina.
El geógrafo John Agnew (2005), una de las figuras emblemáticas en los aportes fundamentales para re-conceptualizar la geopolítica como ámbito de estudios, afirma que emergió a finales del siglo XVIII una “geopolítica civilizatoria”, la cual se consolidó en el siglo XIX. Esta se caracterizó por principios tales como “un sentimiento de que otras culturas, aunque pudieran tener un noble pasado con grandes logros, habían sido eclipsadas por Europa” (p. 104).
En el siglo XIX e inicios del XX fueron determinantes los trabajos de europeos tales como el sueco Rudolf Kjellen, por llamar la atención para la emergencia de los estudios de la geopolítica, como campo autónomo. A finales del siglo XIX el autor sueco acuñó el término “geopolítica”. Rivarola (2011) enfatiza que en el modelo de Kjellen, la geopolítica no era una dimensión aislada, sino uno de varios ámbitos de la “ciencia de Estado”. Entre otros, estaba la economía política. Para Kjellen la “geopolítica está asociada con temas de desarrollo y transformaciones del sistema internacional” (Rivarola, 2011, p. 849). Asimismo, el concepto de Lebensraum (espacio vital), desarrollado a partir de finales del siglo XIX y plasmado, en 1901, en obra con el mismo nombre1, por el alemán Friedrich Ratzel, fue determinante en el desarrollo de los estudios de la geopolítica.
La idea de que el concepto de Lebensraum se basaba en la noción de que el Estado era un organismo viviente que seguiría leyes predeterminadas, permitiendo llegar a verdades objetivas llevó a una geopolítica clásica estática con rasgos racializados, mediante la cual emergía la formación de espacios civilizatorios que dividían los pueblos entre los que eran “vigorosos” (dignos de expandirse) y otros “moribundos” (pasibles de ser anexados). La geopolítica pasó entonces a ser considerada como el estudio de la “absorción” de los segundos por los primeros. Según Smith (1980), para Ratzel “La forma por la cual el Estado