Munay

Habla con Dios


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interés viene del ego, el ser viene del alma

       La comunicación con lo divino está desprovista de todo ego

       Un error de concepto

       Cuestionar la tarea

       El camino que lleva a la pregunta

       Los dos caminos

       El camino del dolor

       De medios y fines

       ¿Cómo es vivir en lo eterno?

       No hay diferencia entre tú y yo

       Cuando sobran las palabras

       La devolución del universo

       Amistad

       El ser humano espera encontrarme como si me hubiese perdido. Solo estando perdido comienza a buscarme. Y solo al dejar de buscar, logra encontrarme

       Si hay solo imagen, hay ego

       Excusa perfecta

       Más de lo mismo

       Ser lúcido o ser consciente

       Las relaciones pueden ser una excusa para perderte o la mejor manera de encontrarte

       Lo humano frente a la muerte

       ¿Preparado para morir?

       Diferentes caminos

       ¿Hablar para satisfacer la demanda del otro?

       Compartir el trabajo

       Conclusión

       Agradecimiento final

       Sobre la autora

      Antes que todo comenzara ya existía la Palabra.

      La Palabra estaba en Dios, y era Dios.

      Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra.

      Todo fue creado por ella, y sin ella, nada se hizo.

      De la Palabra nace la vida, y ella, que es la vida,

      es también nuestra luz.

      La Biblia

      Dedico este libro a los buscadores de la verdad, a todos los hombres y mujeres comprometidos con la existencia y movidos por la pasión de saber, aquellos que reconocen la grandeza humana y, persiguiéndola, encuentran la perfección divina.

       Serán ellos los que descubrirán el tesoro que se esconde más allá de las palabras, envuelto entre líneas detrás del verbo, y el que solo se alcanza desde la totalidad del Ser.

       Para ellos, mi profundo reconocimiento.

      Con amor, Munay

      En memoria de Annie Besant, el alma de diamante, un ejemplo de mujer, quien consagró su vida a la búsqueda y a la manifestación de la Verdad.

      No me atrevo a comprar la Paz con una mentira. Una imperiosa necesidad me induce a decir la Verdad tal como la veo, agraden o no mis palabras, reciba alabanzas o vituperios. Debo mantener inmaculada esa fidelidad a lo verdadero, mismo que me cueste amistades, mismo rompiendo lazos humanos. La Verdad podrá conducirme a un desierto, podrá privarme de todo el amor, mas debo seguirla. Aunque me quitase la vida, confiaría en ella.

      Annie Besant (1847-1933)

      A ti

      A ti, que estás del otro lado leyéndome.

      A ti, que en este acto de leerme has aceptado mi invitación.

      A ti te hablo para decirte:

      Gracias por estar ahí.

      Gracias por haber concurrido a la cita.

      Y gracias, porque en este acto de común-unión, se concreta el encuentro, no solo el encuentro entre tú y yo, sino el encuentro contigo mismo, con tu propia divinidad y con Dios.

      Si tú estás ahí y yo estoy aquí, este libro cobrará un nuevo sentido al resignificarse con tu presencia, con todo lo que te hace ser quien eres y con aquello que te conduce al encuentro con tu propia Verdad.

      Te invito a que juntos recorramos este camino, donde la letra será razón suficiente para unirnos en un punto en común, para pensarnos como existencia divina, jugando este juego de la vida, donde hemos venido a manifestar el amor.

      Adelante, pasa, te esperaba desde hace tiempo, cuando el acto de escribir era la excusa perfecta para acercarme a ti.

      Yo soy un seguidor de la religión del Amor,

      no importa el camino que sus camellos transiten.

      Mi religión y mi fe es la verdadera religión.

      Ibn al-Arabi

      No importa tu credo o religión.

      No importa en qué creas o dejes de creer.

      Este es un trabajo que habla de ti, de mí, de nosotros y del mundo.

      Un trabajo que habla de Dios como energía ­universal.

      Te invito a que, más allá de tus creencias, recorras este texto sin juicios previos que detengan tu andar.

      Si elegiste creer en nada, déjame decirte que, por lo menos, te des la oportunidad de creer en aquello que, por ser tan obvio y evidente, no necesita demostración: date la oportunidad de creer en ti mismo. ¿O acaso también negarás tu existencia?

      De ser así, no entiendo qué haces leyendo este libro. Sin existencia, nada es... ni se hace.

      De no ser así, te invito a que sepas que este no es un trabajo de explicación o teorización sobre la vida, ni mucho menos sobre Dios.

      El objetivo de este libro es compartir un recorrido, una mirada, una experiencia; la única diferencia