Hugo Villela Guerrero

Saqueo y exterminio de la clase campesina chilena


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donde las fronteras del «nacionalismo» declarado tienden a borrarse.

      En cuanto a las modificaciones de la tenencia de la tierra realizadas por el régimen militar, el reajuste restaurador estará dado por los siguientes elementos concurrentes:

      Primero, una noción fundante de «modernización», cuyo contenido esencial es el de homogeneizar y elevar al capitalismo agrario preexistente a un nivel de desarrollo cualitativamente superior. Por tanto, rechazo a postulados que envuelvan una reivindicación tradicionalista.

      Segundo, incorporación de la demanda campesina por la propiedad individual de la tierra y ensayo de cooptación de una base social campesina a través de la asignación de parcelas. Se sugiere una «apertura reformista» que no va más allá de un «simbolismo populista».

      Tercero, creación de mecanismos estructurales que, prácticamente, vienen a negar la aparente afirmación del sector campesino como beneficiario y a consolidar la dominación en un nuevo nivel.

      Por referirnos al problema de tenencia de la tierra, deberemos circunscribirnos al estudio de la situación de una parte del campesinado8, el denominado «sector reformado». En parte es una limitación impuesta por el grado de «visibilidad» y acceso a la información –hoy día– existente en la sociedad chilena.

      El carácter coyuntural del estudio y la falta de distancia del proceso que se analiza, nos ha impedido madurar más ampliamente la formulación de algunas hipótesis; lo mismo que alcanzar una precisión más adecuada en la utilización de algunos conceptos empleados en el plano de la descripción. Tal es el caso de la problemática que encierra el concepto de «revolución restauradora» y su capacidad para explicar ciertas formas del desarrollo político de la sociedad chilena, frente al contenido más o menos formalizado del concepto de «reformismo». En esto, como en otros aspectos más específicos del problema agrario, se hizo notar la escasa posibilidad de discusión e intercambio con los colegas chilenos dedicados a este tipo de análisis. Ello obedece principalmente a los condicionamientos sistémicos que ha recibido todo el trabajo intelectual que busca desarrollarse en un marco de libertad de pensamiento.

      Dentro de los objetivos planteados al comenzar esta introducción, nuestro trabajo desarrollará tres dimensiones de análisis:

      Una primera, dedicada a explicitar la racionalidad de la política agraria del régimen militar, con especial énfasis en la política de tenencia de la tierra.

      Además de exponer el contenido de dicha política, nos hemos interesado por rescatar aquellos elementos a través de los cuales es construida una conceptualización de la realidad agraria. Hemos creído de interés intercalar una larga nota sobre los antecedentes de esta política que preexistía en el seno del aparato técnico de la derecha política.

      La segunda está destinada al estudio de los cambios concretos realizados por el régimen y su repercusión en distintos planos de la sociedad agraria chilena. En el ámbito de la clase campesina, sólo hemos abordado la problemática del sector reformado o, más bien, «ex y reformado».

      Nuestro interés principal ha sido detenernos en el análisis de las nuevas estructuras en proceso de creación; es aún temprano para decir consolidación.

      Una tercera dimensión es la que hemos denominado «el punto de vista de los actores». Hemos reunido un conjunto de opiniones en un texto. No han sido actores seleccionados por muestreo estadístico, no hemos tenido pretensiones de este tipo. Nuestro interés es el de identificar las coordenadas subjetivas a través de las cuales se va construyendo lo que hemos llamado «un sentido común crítico» sobre el significado de las modificaciones llevadas a cabo.

      Hemos agregado dos tipos de anexos; uno legal, que reúne el conjunto de decretos que constituyen la «nueva legalidad» de la tenencia de la tierra, y que nos parece útil como material de ulteriores estudios. El otro tipo de anexos se refiere al material estadístico que nos ayuda a visualizar el movimiento de la estructura.

      6 En cuanto en el asentamiento conviven, en un mismo actor campesino, el empresario privado de la explotación individual (cerco, goce) con el campesino asentado de la explotación colectiva.

      7 Jacques Chonchol, El Desarrollo de América Latina y la Reforma Agraria. Santiago de Chile: Editorial del Pacífico, 1965. Solon Barraclough y José Hernández, Diagnóstico de la Reforma Agraria Chilena, México: Siglo XXI, 1974. René Billaz y Eugenio Maffei, “La Reforma Agraria Chilena y el camino hacia el Socialismo. Algunas consideraciones”, en Cuadernos de la Realidad Nacional Nº 11, Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN), Universidad Católica de Chile, Santiago, 1972. Wilson Cantoni, “Poder Popular en el Agro Chileno”, en Cuadernos de la Realidad Nacional Nº 11, CEREN, Santiago, 1972. Eugenio Maffei y Emilio Marchetti, “Estructura Agraria y Consejos Comunales Campesinos: situación actual, análisis y estrategia”, en Cuadernos de la Realidad Nacional Nº14, CEREN, Santiago, 1972. Juan Carlos Marín, “Las tomas (1970-1972)”, y del mismo autor “Asalariados Rurales en Chile”, en Revista Latinoamericana de Sociología, Nº 2, 1969. Cristóbal Kay y Peter Winn, “La Reforma Agraria en el Gobierno de la U.P.” en Revista Sociedad y Desarrollo Nº 3, Santiago, 1972. Silvia Hernández, “El desarrollo capitalista del campo chileno”, en Revista Sociedad y Desarrollo Nº3; Santiago, 1972. José Bengoa, “Movilización Campesina. Análisis y Perspectivas”, en Revista Sociedad y Desarrollo Nº 3, Santiago, 1972. Sergio Gómez, “El rol del sector agrícola y la estructura de clases en Chile”, en Revista Sociedad y Desarrollo Nº3, Santiago, 1972.David Lehman, “La agricultura chilena y el período de transición”, en Revista Sociedad y Desarrollo Nº 3, Santiago, 1972. Manuel Castells, “Reforma Agraria, lucha de clases y Poder Popular en el campo chileno”, en Documentos de Trabajo del Centro de Investigaciones y Desarrollo Urbano (CIDU), Nº 58 Universidad Católica de Chile. De los años recientes: José Bengoa, Reforma Agraria y Revuelta Campesina: Santiago: LOM ediciones, 2016. Jacques Chonchol, Por una nueva Reforma Agraria para Chile, Santiago: LOM ediciones, 2018. En el terreno de las evaluaciones del período realizadas por los actuales técnicos e “inspiradores” del régimen cívico-militar, es importante destacar: James Locke y José Garrido, “La situación de la agricultura y sus perspectivas”, en Revista Portada Nº 28, Santiago, Marzo 1972. José Garrido Rojas, “Origen y alcances de la crisis alimenticia”, en Fuerzas Armadas y Seguridad Nacional. Santiago: Ediciones Portada, 1973.Margarita María Errázuriz, “Participación en el sector rural”, en Participación para una nueva sociedad (Selección y edición de José Garrido). Santiago: Ediciones Portada, 1973. Rodrigo Mujica y Fernando Martínez, “Los efectos de la Redistribución de los Ingresos en la demanda de Alimentos, Chile 1970 -1980”. Programa de postgrado, Economía Agraria, Universidad Católica de Chile, 1973. Alberto Valdés y Rodrigo Mujica, “Producción e Importaciones agropecuarias en 1973”. Programa de postgrado, Economía Agraria, Universidad Católica de Chile. Mimeo, 41 p., 1973. Más allá del ámbito académico, es interesante tener en cuenta el análisis de la Reforma Agraria realizado por el Sr. Sergio Romero Pizarro, actual subsecretario de Agricultura y ex secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura por casi una década. El análisis nos ilustra sobre el tipo de diagnóstico y conceptualización de la realidad que están a la base de la política de tenencia de la tierra: “Análisis y conclusiones de un proceso fracasado: la Reforma Agraria”, en Revista El Campesino Vol. CV, Nº 7, Santiago, 1974.

      8 Al referirnos a un proceso de Reforma Agraria, el uso del término campesino ocupa un lugar clave, especialmente cuando su uso generalizado lo convierte en una noción imprecisa. Con el fin de dar al concepto una consistencia acorde con la realidad a la que se refiere, en este trabajo hemos adoptado la formulación construida por el sociólogo Raúl Urzúa, y la cual ofrece en su investigación sociológica «La Demanda Campesina» : «En este trabajo se entenderá por campesino a un cultivador rural (propietario o no, dependiente o independiente) que produce para mantener el nivel de subsistencia, en que tradicionalmente ha vivido, y que ocupa una posición comparativamente inferior tanto desde el punto de vista económico como desde el social y el político», Raúl Urzúa, La Demanda Campesina, Santiago, Ediciones