Daniel Brailovsky y Ángela Menchón
Estrategias de escritura en la formación
La experiencia de enseñar escribiendo
Colaboradoras: Bernarda Osella Paula Stilman Eloisa Moret
Prólogo: Carlos Skliar
Brailovsky, Daniel
Estrategias de escritura en la formación: la experiencia de enseñar escribiendo / Daniel Brailovsky y Ángela María Menchón. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico, 2020.
(Universidad; 5)
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-538-688-4
1. Formación Docente. I. Menchón, Ángela María II. Título
CDD 371.1
Colección Universidad
Coordinación editorial: Daniel Kaplan
Corrección de estilo: Daniel Brailovsky y Ángela Menchón
Diseño de cubierta: Andrea Melle
Diseño y diagramación: Déborah Glezer
Revisión editorial: Andrea Melle
1˚ edición, noviembre de 2014
Edición en formato digital: octubre de 2020
Noveduc libros
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ISBN 978-987-538-688-4
Conversión a formato digital: Libresque
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Agradecimientos
Deseamos expresar nuestra gratitud a las personas que colaboraron de distintas maneras a la realización de este proyecto: Julieta Tosso, Gabriela Iglesias, Alejandra Saguier, Claudia Gerstenhaber, Silvia Díaz, Julia Pereira Lucena, Laura (Violeta) Colombo, Jennifer Lopera Moreno, Pablo Roffé, Clara Miravalle, Carlos Skliar y a Daniel Kaplan, por convertir (otra vez) nuestras ideas en libro.
Dedicatoria
A todos los docentes que apuestan a una escritura que enseña, que conquista, que emancipa el pensamiento.
DANIEL BRAILOVSKY. Doctor en Educación, Especialista y Magister en Educación (UdeSA), Profesor de Educación Inicial y de Educación Musical. Director del proyecto Aprender Escribiendo (UCES). Integra el equipo del Diploma Superior en Pedagogías de las Diferencias de FLACSO. Profesor de licenciatura y postítulos en UdeSA. Profesor de formación docente en el ISPEI Sara Eccleston. Autor de El juego y la clase (Noveduc, 2011) y La escuela y las cosas (Homosapiens, 2012), entre otros.
ÁNGELA MENCHÓN. Profesora de Enseñanza Media y Superior en Filosofía (Facultad de Filosofía y Letras, UBA) y Maestranda en Políticas Educativas (Universidad Torcuato Di Tella). Dicta diversas materias vinculadas a la Filosofía, la escritura académica y la investigación educativa en el nivel superior. Investiga en las áreas de filosofía, educación y política educativa. Es co-directora del proyecto Aprender Escribiendo (UCES).
Ambos desarrollan el proyecto web: www.nopuedonegarlemivoz.com.
La escritura no es, en la escritura, hay.
Carlos Skliar
Prólogo Carlos Skliar*
LAS DESVENTURAS DE LA ESCRITURA
I. La cuestión es la escritura. Lo que ya sabemos y lo que no sabemos. Lo que se da por sentado y lo que nunca se reduce a una lógica previa. La escritura en medio de la educación, como si fuera evidente, como si jamás lo fuera. Las prácticas entendidas como naturales, el artificio de la lengua. Pedir escritura, obtener copias. Enfatizar la importancia de lo escrito, preferir no hacerlo. Predicar sin demasiados ejemplos a la vista. La escritura compartida, la intimidad no revelada.
Escribir y leer se han vuelto acciones –y sensaciones y ejercicios y gestos– tan evidentes, que ya parece no haber margen para volver a pensarlo: didácticas, buenas prácticas, planes nacionales, bibliotecas, cuadernos, pizarras, computadoras, libros, partes de libros, apuntes, párrafos. De pequeñísimos a grandotes. Desde casi el nacimiento hasta la hora de la despedida. Todo parece recubrirse de escritura y de lectura. Y sin embargo: ¿se trata de un envoltorio ya rasgado o de una forma de comunidad?
En términos educativos es difícil, sino imposible, separar cierta moralidad de lo útil, de lo necesario, lo imprescindible, lo esporádico. En términos culturales también lo es. Quizá se trate de adivinar algo de estos tiempos: discernir entre lo actual, la novedad, lo novedoso y lo contemporáneo. En cuestiones educativas parece que siempre vamos detrás de la novedad y lo novedoso; que no coincidimos en definir lo actual –por lo singular, lo contingente, lo rugoso–; que lo contemporáneo sólo aparece como un campo de batallas. ¿Cómo poner la escritura en medio? ¿Qué escrituras? ¿Sólo las aquí y ahora presentes, las breves, las que responden a demandas, las que relacionan la escritura con el trabajo y no con la creación o con la singularidad o con la subjetividad o con la intimidad?
Educar es poner en medio. Poner la escritura en medio es pensar otra cosa distinta al registro, el archivo, la devolución irrestricta de lo aprendido, la escritura como código cerrado de la evaluación. No parece ser útil ni cortés apenas sostener las imágenes de copistas medievales, de escribientes de convento o de escribidores de ocasión. Hay algo más. ¿Pero qué, exactamente?
Voy a alejarme unos pasos de este libro para presentarlo, luego, como se lo merece.
La escritura ya no es lo que era. Lo que no está ni mal ni bien. Sólo se trata de preguntarse si aún vale la pena darle algunas vueltas a qué era la escritura que ahora no es, a qué es esa escritura que ahora está, a qué hacer entre las escrituras. Lo que estaría mal sería encogerse de hombros en señal de que “así son las cosas”. Lo que estaría bien es sería declinar de la idea de que sin escritura nos transformamos en animales dóciles, o en humanos aberrantes, incompletos. Ya sabemos lo que provoca la domesticación a través del lenguaje como estandarte, como bandera.
Una de las preguntas que, creo, valen la pena hacerse es aquella del humanismo vinculado a la escritura –y, claro está, también en relación a la lectura–. Esa pregunta encuentra aquí –por cierto fuertemente inspirada por algunas ideas del filósofo Peter Sloterdïjk– dos direcciones posibles: 1) la vaga noción de cofradía o de comunidad o de amistad que la escritura produce; 2) la aún más sólida afirmación de la escritura como norma. Ambas ideas provienen, en efecto, de la historia del humanismo, pero en diferentes tiempos. En primer lugar podríamos identificar –sin igualar– la historia del humanismo con la historia de la escritura: la escritura como una suerte de carta universal que va pasando de generación en generación gracias a un pacto íntimo y secreto entre emisarios y destinatarios, originales y copias, un vínculo férreo para poder ir