la parte del SR que combatiera el cáncer para luchar contra el mismo en las etapas menos avanzadas, con el fin de que el cáncer desaparezca, pero lo único que ha generado ha sido prevenir su dolor, no vencer a la enfermedad. Lamento informar que tenemos una anestesia para el cáncer, no una cura. Pero planeamos llegar a una cura para esta enfermedad, no lo duden.
Eugenio tomó un vaso de agua y volvió a dirigirse a la cámara.
—Fue una entrevista muy interesante. Les aseguro que volveré a comunicarme con ustedes ni bien tenga la oportunidad. Me marcho, buenas noches.
La cámara se apagó y la transmisión fue concluida. Una nueva época empezaría con el alba.
3.
Periódico nacional. Fecha: 7 de septiembre. Titular: “Dos nuevas incorporaciones a Happy Powers INC”. Copete: “Eugenio Lamborizio presentó en una audiencia las habilidades físicas aumentadas y la respiración bajo el agua”.
Periódico nacional. Fecha: 17 de octubre. Titular: “Eugenio Lamborizio, ¿complejo de Mesías?”. Copete: “Lamborizio popularizado como figura religiosa en los barrios bajos del país”.
Periódico nacional. Fecha: 25 de octubre. Titular: “Happy Powers Incorporated amenazado”. Copete: “La compañía de Eugenio Lamborizio podría sufrir percances con los grupos conservadores”
Periódico nacional. Fecha: 30 de noviembre. Titular: “Eugenio Lamborizio invicto”. Copete: “Los grupos conservadores retiraron las acusaciones dirigidas a Eugenio Lamborizio y su empresa”.
Periódico nacional. Fecha: 4 de enero. Titular: “Happy Powers se niega a salvar el mundo”. Copete: “Eugenio Lamborizio es agredido verbalmente durante una conferencia tras haber manifestado que su compañía no generará súper humanos para detener la caza ilegal de ballenas”.
Periódico nacional. Fecha: 9 de enero. Titular: “Tragedia en Happy Powers INC”. Copete: “Civiles armados con bombas molotov incendiaron una de las sucursales de Happy Powers Incorporated, causando la muerte de diez personas. Amenazaron con seguir a menos que Eugenio Lamborizio coopere para disminuir el índice de criminalidad.”
Periódico nacional. Fecha: 10 de abril. Titular: “Happy Powers podría convertirse en organismo militar”. Copete: “El Ministerio de Defensa ha presentado su exigencia de disponer los recursos de Happy Powers Incorporated al servicio del país”.
Periódico nacional. Fecha: 13 de abril. Titular: “Yo no vendo súper poderes”. Copete: “Eugenio Lamborizio informó su descontento con el reclamo del Ministerio de Defensa”.
Periódico nacional. Fecha: 20 de mayo. Titular: “Happy Powers INC al borde del abismo”. Copete: “La empresa podría enfrentarse a un severo juicio por evasión de impuestos”.
Periódico nacional. Fecha: 28 de mayo. Titular: “Happy Powers INC irá a juicio”. Copete: “El Tribunal Supremo dará lugar al caso el 14 de junio”.
Periódico nacional. Fecha: 9 de junio. Titular: “Happy Powers reducido a cenizas”. Copete: “Un misterioso incendio destruyó las sucursales principales. Eugenio Lamborizio desaparecido.”
INFRA
1.
VENADO TUERTO, SANTA FE, ARGENTINA
Sobre la avenida Yrigoyen, en un edificio viejo, con más de veinte años de antigüedad, en el doceavo piso, el más alto, se encontraba, en el departamento A, Jeremías Ravecca. Era un departamento de cuatro ambientes, muy espacioso y bastante amueblado, dado el largo tiempo que él había pasado allí.
El lunes primero de agosto, Jeremías, como todos los días, se levantó a la mañana temprano, se cepilló los dientes mientras se bañaba, se cambió y fue a trabajar. A menos de veinte cuadras de su casa había una dietética que había conformado con su amiga Sandra. Ellos se habían conocido en la escuela cuando eran pequeños y siempre se habían llevado bien. Compartían los mismos gustos en libros, series, películas, y, eventualmente, uno por el otro. A los dieciocho años perdieron la virginidad juntos. A los veintiocho, luego de diez años de estar saliendo con otras personas, producto de un noviazgo que no supieron llevar, se dieron una segunda oportunidad como pareja.
Entre los dos habían fundado una de las dietéticas más completas. Incluso el centro médico de la ciudad enviaba directamente a los pacientes que requerían un cambio en su alimentación, Jeremías y Sandra les hacían descuento a dichas personas.
Sandra estaba terminando la carrera de ingeniería química, mientras que Jeremías había terminado el secundario a duras penas a los diecinueve años. Su constante falta de compromiso con el estudio le hizo perder la posibilidad de egresar al mismo tiempo que Sandra. Una de las causas por las que ella había cuestionado una posible relación con él.
Para este mismo día, Jeremías llevaba casi un año en pareja y se veía venir un potencial problema en su relación.
Tan acertada fue su suposición que, el veintiséis de diciembre, Sandra le envió un mensaje de texto a Jeremías mientras tomaba un tren hacia Buenos Aires. Los trámites del título universitario los podía realizar a distancia y este le sería enviado por correo. No tenía necesidad de cortar con Jeremías cara a cara, a ella no le interesaba, ni siquiera quedarse con su parte de la dietética, no la necesitaba, tenía un brillante porvenir a su alcance. Mientras tanto, Jeremías seguía siendo Jeremías. De vez en cuando, por lo general al pensar en Sandra, se imaginaba voces que le decían que no llegaría nada.
Uno de esos días, al cerrar el negocio, Jeremías se encontró paseando por la calle Paz. En una esquina encontró un lugar que no había notado antes. Se preguntó a sí mismo cómo era que no se había percatado de una escuela de teatro con un trabajo de pintura tan provocador. Los colores más vivos del espectro decoraban la entrada del lugar. Para él fue lógico razonar que era un lugar nuevo, recientemente creado. Quizás lo hubiera visto antes y creído que era un restaurante o un bar con cerveza artesanal.
Atraído por su seductora imagen, Jeremías se acercó y tocó el timbre. Al poco tiempo, detrás de la puerta, apareció una chica de cabello rastafari, vestía una remera más grande que su torso, unos pantalones cortos y llevaba un piercing en la nariz y tres en la misma oreja.
—¿Sí? —preguntó ella.
—Ehm... Hola... Vi... el cartel...
—¿Cartel? —En efecto, no había cartel, pero sí una especie de grafiti que decía teatro para principiantes.
—Digo... el aviso de teatro.
—Ah, sí. Lo que pintamos en la pared. Sí. ¿Estás interesado en hacer teatro?
—Nunca había hecho teatro antes. Vine más por lo llamativo del lugar. No creo haberlo visto nunca.
—Lo pintamos hace poco, pero el interior lo fuimos reformando desde hace meses. Seguramente fue por eso.
—Ah, creo que sí —reparó—. Creo haberlo visto y pensado que era para otra cosa.
—Seguramente... —Hizo un breve silencio—. ¿Querés pasar y te muestro un poco cómo es la cosa?
—Dale. Pero te reitero, no sé nada de actuación.
—Tranquilo —le sugirió ella—. Esa es la idea. Por cierto, soy Eliza, ¿vos?
—Me llamo Jeremías.
—Un gusto, Jeremías. Seguime por acá. —Ella le señaló el camino y él la acompañó sin más.
Inmerso en ese nuevo ambiente, se dejó llevar por la calma que le transmitía. Y, aunque sea por un breve instante, se había olvidado hasta del rostro de Sandra.
Y, de esta forma, la clase introductoria había pasado a convertirse en una actividad que realizaría durante un mes. Al terminar ese mes, decidió extenderlo un mes más. Y así sucesivamente.
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